Marx y la Biblia



Ley y civilización
¿Juicio o justicia?

(Cont., viene del día 16)

Constituyendo el más antiguo texto en que aperezca la expresión "el día de Yahvé", documenta al mismo tiempo dos cosas de máximo relieve: 1. que la escatología no sólo es posexílica,sino que ni siquiera en tiempos de Amós (primera mitad del siglo VIII) y que no fueron los profetas sus inventores

2. que la tradición profética esperaba que el "juicio" y la guerra de Yahvé como el gran evento salvador que liberaría de todas las opresiones, y por consiguiente el juicio final será para él desastroso y aniquilador. Pero antes de Amós, en Amós y después de Amós esa intervención definitiva de Yahvé se espera como liberación de los oprimidos e implantación de la justicia en la tierra. Es ilustrativo el intencional revestimiento que JL 4,9s hace de Is.2, 2-5(Miq 4, 1-4

Lo que en Is 2 (y Miq 4) era la implantación de la justicia y la paz en beneficio de todas las naciones, en JL 4 es la guerra arrasadora contra toda las naciones que oprimieron a Israel(opresiones marcadas con índice de fuego en JL 4, 3.5.6.19; pero la ardiente
espernza de paz y de justicia no mengua con eso (cf 4,16b. 18). Y la idea escatológica del juicio y de la guerra sigue siendo exactamente la misma implantación de la justicia definitiva.

Por eso el cuarto evangelio, cuando ve llegar en Jerusalén la época definitiva en que los hombres nos amaremos unos a otros y en que por tanto ya no habrá quien oprima a su prójimo, puede afirmar que el juicio ya se está realizando Jn 12, 31; 16, 11; 5, 24). El sentido de "no viene el creyente a juicio , sino que ha pasado de la muerte a la vida en Jn 5, 24, nos lo da explícitamente el mismo autor en 1 Jn 3, 14: "Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, en que amamos a los hermanos".

Y el sentido de Jn 12, 31: "Ahora es el juicio de este mundo, ahora el príncipe de este mundo, será echado fuera", resulta claro si tenemos presente lo que Jn 8, 44 nos dice sobre el príncipe de este mundo: "aquel era homicida desde el principio" (advirtiendo que "todo el que odia al hermano es homicida", según 1 Jn 3, 15) De suerte que el juicio consiste en que es eliminado del mundo todo el que no sabe amar al prójimo, pues, como observa Bultmann, constatando la variación de 1 Jn 3, 17 en 4, 20, se denomina odio la simple falta de compasión, el desamor, la inmisericordia.

En el antiguo testamento y en Mt 25, 31-46; 13, 38-43; Rom 2, 5-12 la esencia del juicio final radica en la eliminación de los inmisericordes y en la ocupación exclusiva de la tierra por los justos; y eso es precisamente lo que Juan ve que se está realizando desde el momento en que Jesucristo actúa en este mundo; por eso afirma que "el juicio es ahora" (Jn 12, 31) pues el jefe y padre (Jn 8, 33; 1 jn 3, 8-10)de los que no aman al prójimo será ahora mismo expulsado fuera de este mundo.

Ya veíamos que la auténtica significación del verbo sâfat es salvar de la mano de los injustos, pero hay muchos que no quieren entenderlo; por eso el Cristo joánico lo aclara explícitamente: "No vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo" (Jn 12, 47 y 3, 17). Aun en el Apocalipsis se nos explicita que se trata de que los justos "reinarán sobre la tierra" (Ap 5, 10); y no es cuestión solamente del milenio, pues "sobre ellos la segunda muerte no tiene poder" (Ap 20, 6), sino que en la tierra "reinarán por los siglos de los siglis" (Ap 22, 11).

También Mateo está convencido de que durante las obras mismas de Cristo empezó a realizarse el mispât (Mt 12, 18, 20). A pesar de la oposición y persecución que deciden los fariseos (v. 14.15), Cristo se empeña en realizar el bien en provecho de todos los necesitados (v.15), sabiendo que así "anunciaría el mispât a las naciones" (v. 18), "hasta que llegue el mispât a la victoria (v.20).

Büchsel ha visto muy bien que en esos dos versículos de Mateo krisis es traducción de mispât, como lo es en los Setenta en el pasaje deuterisaino ahí citado y que significa "el derecho (de los pobres)". En la misma mínea se mueve la interpretación de Schniewid; y G. Barth en su excelente monografía advierte que con ello está Mateo refiriéndose a las obras de Cristo en favor de los pobres mencionadas en Mt 11, 2-5: se da la buena noticia a los pobres.

---Ver José P. Miranda, Marx y la Biblia. Crítica a la filosofas de la opresión
Ediciones Sígueme 1975
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