Huelga de Jesús, huelga cristiana. Una reflexión de camino
Ese trabajo que yo hacía no entraba en el cálculo de sindicatos, ni en la nómima de bancos, ni en el organigrama de empresas. Pero me dio ocasión de viajar en el coche, por una España interior casi desierta, poniendo a veces la radio (con noticias de piquetes, amenazas verbales de un lado y del otro) y quitándola otras veces para pensar contemplando el paisaje duro del otoño en tregua, sin frío, con nubes cabalgando indiferentes por la estepa.
Pensé escribir y he escrito una pequeña nota sobre la huelga, retomando apuntes de otros días, reflexionando sobre la actitud de Jesús y lo que podría ser una huelga más honda en nuestro tiempo. No ofrezco una solución política ni laboral, planteo unos deseos...
No ofrezco un juicio sobre las razones de fondo de la huelga (económicas, sociales, políticas...), ni sobre los movimientos y sindicatos que la promovían. No quiero entrar en ese campo, que es fundamental, pero se sitúa en otro plano.
Quiero situarme en un plano distinto de reflexión religiosa (sobre el tema de mis conferencias, que era el de Jesús y los enfermos, los últimos del mundo), en un nivel de meditación bíblica (ver y juzgar), no en el de la acción (actuar, comprometerse).
Pensaba que en ese último plano (de compromiso activo) debían situarse las Iglesias concretas y los grupos de cristianos comprometidos, cosa que han hecho ya y muy bien algunos colectivos y personas (desde la HOAC y la JOC hasta algunos obispados...). Lo mío ha querido ser una reflexión previa, de fondo evangélico, mientras pasaba un momento por la plaza vacía de La Santa en Ávila, asomándome a la iglesia de Santa Teresa.
Otros amigos y compañeros están diciendo y dirán palabras de compromiso concreto. Yo en este momento sólo he querido ofrecer una reflexión espiritual de camino, pasando por Ávila, procurando empalmar con el movimiento de Jesús, dirigido a los enfermos, expulsados y pobres (muchos de los cuales se sintieron ayer en huelga, por lo que yo sé).
Me ha rondado la idea de poner alguna imagen fuerte de portada... Pero he buscado una niña con maleta caminando sobre agua hecha espejo... Que los niños y niñas puedan caminar en esperanza, todos, en gozo e ilusión (en Castilla y en el mundo entero). Ese ha sido mi deseo al final de la huelga.
¿Huelga de Jesús?
Podemos quizá decir que Jesús y sus discípulos hicieron una Huelga Evangélica, iniciaron una terapia de choque, con tres implicaciones principales:
1. Huelga para el evangelio: Dejan de trabajar en la función reproductora de aquel sistema porque piensan que piensan que su estructura (fundada en reyes, terratenientes ricos y sacerdotes…) es mala. Hacen huelga romper aquel sistema y superarlo por dentro (con una no-violencia muy activa)… y porque creen que sólo así pueden curar a los “ricos” (es decir, recrearlos en humanidad). Ésa fue es una huelga de “amor al enemigo”, no para destruirles (quemarles las fábricas, incendiarles la mieses)…, sino para amarles más, abriendo para ellos (y con ellos) un camino de humanidad.
2. Es una huelga de “no impuestos” (no a estos impuestos). Frente a aquellos que nos ponen más impuestos para pagar al sistema financiero, Jesús y sus discípulos se negaron a pagar el impuesto (denario del César…), porque andaban por ahí sin dinero, porque no querían contribuir al sostenimiento del “culto y clero” del orden financiero. “Devolved al César…” significa dejárselo todo, que se lo coma el César, no contribuir con él en nada… de manera que muy pronto ese César, como no trabaja -- es clase parásita-- no tendrá nada para comer. Por favor, quien quiera ver el fundamento de esta interpretación de Mc 12, 13-17 vea el comentario al tema en mi libro Comentario a Marcos, Verbo Divino, Estella 2012.
3. Éste es una “huelga general e indefinida” de Reino… que necesita voluntarios que la lleven adelante, voluntarios desprendidos, de esos que se ponen en camino sin un duro en la faja, dispuestos a curar el mundo… Esos, los auténticos “obispos” de Jesús, creadores de nueva humanidad... Ciertamente, habrá que trabajar, pero de un modo distinto...
Ésta es la huelga que yo quiero
Este título está tomado de Is 58, 1-9 (un motivo que Jesús retoma y recrea en Lc 4, 18-19): Éste es el ayuno que yo quiero
‒ abrir las prisiones injustas,
‒ liberar al oprimido,
‒ alimentar al hambriento,
‒ vestir al desnudo…).
Éstos son algunos de los rasgos de esa huelga creadora que yo quiero, huelga "de" un tipo de políticos, banqueros, militares, empresarios etc. etc., huelga para "pasar" de ellos y para construir un orden alternativo que es posible y necesario: social, cultural, humano. No se trata de que políticos, banqueros y empresarios etc. hagan huelga, sino de que nosotros (todos) hagamos huelga "de" ellos, busquemos un orden alternativo en vida social, económica y laboral, en la línea de los mejores documentos de la Doctrina Social de la Iglesia.
1. Es huelga de estos políticos. Nos han engañado varias veces, y no quiero que lo hagan más. Son una máquina para alcanzar el poder, siento la necesidad de cambiarlos. Se trata de pasar de ellos; es procurar que los que ahora existen, pasen (desaparezcan); es hacer lo posible por echarles y para que puedan venir otros, pero que no sean como los anteriores (más de lo mismo), sino expresión de la vida y la verdad del pueblo (¡pues la política es necesaria, y quiero que sea expresión de la bondad de todos, y no de la astucia inepta de algunos). Éste es la huelga que quiso Jesús en Mc 10, cuando dice que “los poderosos oprimen, que los que mandan esclavizan…”. Se tratará de buscar un tipo de administración social que no sea imposición, sino servicio comunitario... Una huelga larga quizá, para que puedan surgir políticos distintos.
2. Ha de ser huelga de banqueros/financieros. Nos han engañado y robado, y encima les pagamos y re-capitalizamos, para que sigan robando, pues éste parece el “mal menor”; Jesús dijo que eran una “cueva de ladrones” (Mc 11), pero nosotros les seguimos pagando, para que roben aún más. Quiero que hagamos huelga de banqueros, que los echemos, que no puedan cobrar sus sobresueldos millonarios… que nadie les salude en la calle, ni tome con ellos un vino…, hasta que cambien. No se tratará de quemar sin más el dinero, sino de quemar este tipo de dinero, para que surja una economía distinta, donde el dinero sea signo y principio de comunicación y servicio humano.
Otro sistema monetario es posible, es necesario. Para eso es necesario que cesen todos los dirigentes del orden financiero actual, que bajen a la calle, que vivan como todos, con lo puesto y poco más. Tendremos que encontrar la manera de lograr que el dinero sea “honesto”, de lo contrarios nos destruimos todos. Líderes económicos nuevos necesitamos, habrá que empezar a poner en marcha un orden nuevo, con valentía. No sé cómo se puede crear el nuevo orden económico mundial, hay gente que sabe de ello y que puede hacerlo, con ética y humanismo... porque es evidente que el actual no sirve (y, en línea de evangelio, es pecaminoso).
Quizá haya que empezar saliendo de este Euro, de este FMI, de este BM y de la OMC… Salir de todo eso, para comenzar una economía de trabajo creador y de la comunicación de bienes, sin que el Capital se haga dueño no sólo del trabajo, sino también de la vida de los hombres.
3. Huelga de este tipo de militares… . No necesitamos que nos defiendan con mísiles y bombas, con ejércitos organizados. Mientras el mundo sea como es se necesita un tipo de orden… Pero no el orden impuesto por el tipo de milicia actual y de pactos militares… Es ya la hora de Is 2, 2-4: la hora de empezar a dialogar y de fundir las lanzas y las espadas, para fabricar arados…
No se trata de un invento nuevo, sino de poner en marcha algo que dijo Isaías hace más de dos mil quinientos años (y después Jesús). Lo que pasa es que no creemos en los profetas. Ciertamente, hacen falta unos "policías", hombres o mujeres especializados en en mantener la paz... pero no al servicio de un orden impuesto, sino de la justicia y de los valores humanos (como los policías alemanes que se quitan el gorro y en vez de reprimir la manifestación al servicio de los derechos humanos la encabezan).
Esta huelga del ejército implica inmensa valentía, vivir más a cuerpo, sin querer que nos defiendan con armas, vivir en apertura internacional (que todos los pueblos busquen el mismo ideal de humanidad. Ésta ha de ser una huelga cultural, humana, que nazca desde abajo, en contra de los pequeños terroristas… y en contra de los grandes del terror internacional. Para ello es necesario estar dispuestos incluso a dar la vida, ser valientes (recuperando los valores de la buena milicia, que siempre han existido, pero en otro nivel, no en el nivel de la guerra).
4. Huelga de empresa y trabajo… No se trata de quemar las fábricas o incendiar las mieses, sino de lograr que las mieses sean para el “bien común” (y no para el hambre de muchos y la riqueza de los financieros de los alimentos….). No es una huelga de “no trabajar”, sino de trabajar en fraternidad, compartiendo los beneficios, sabiendo que el mayor capital es el capital humano, la vida de los hombres y mujeres. No quiero matar a los empresarios, sino que surjan buenos empresarios, con otros esquemas humanos, culturales, sociales...
Ésta es la huelga que, de formas quizá demasiado moderadas, están pidiendo los papas católicos desde hace cien años…, una huelga que ponga al trabajador en el centro de la empresa, sabiendo que el mejor producto es la vida de los trabajadores y aquello que posibilita esa vida, en plano afectivo y cultural. No se trata simplemente de que los obreros tomen las fábricas (como quisieron los soviets hace un siglo), ni los campesinos los campos… (como mil veces se ha dicho), pero mandando como antes se mandaba y hacia. Se trata de cambiar el tipo y modo de producción y de cultivo económico, al servicio de los valores de la vida, en creatividad (la ciencia es necesaria), al servicio de todos los hombres, de todos los pueblos.
Hacen falta empresas distintas, al servicio de una producción que sea humana...
5. ¿Huelga de Iglesia…? No que los obispos y los presbíteros actuales hagan huelga…, sino de que nosotros, todos los cristianos (incluidos obispos…) hagamos esta huelga de evangelio, en la línea de Jesús… para reformar y rehacer la Iglesia. Muchos dicen que es imposible esta huelga, que las estructuras actuales están muertos al evangelio, que este templo templo ha de caer del todo (como decía Jesús hablando del templo de Jerusalén y de sus sacerdotes en Mc 11). Pero yo creo que no es así, que puede y debe haber un tiempo nuevo de evangelio, en huelga creadora.
Ésta no será una huelga en contra de la Iglesia, sino a favor de una Iglesia distinta, en la línea de Jesús, a ras de humanidad, de comunión concreta, de libertad creadora… No se trata de destruir las instituciones que hay, sin más (incluso matando a los obispos, como se hizo algunas veces!), sino de buscar alternativas de iglesia, con gran valentía, con evangelio a la mano, con fe compartida, con eucaristía verdadera, para convertirnos todos, cambiando de mente y de actitud y de acción (como decía Jesús: Mc 1, 14-15).
No se trata de que no haya obispos (como quisieron algunos reformadores del siglo XVI), sino de que sean "católicos y cristianos" y de que lo seamos todos. Para eso es necesario un cambio valiente, cambiarlo todo, pero no para que todo siga igual (como decía Lampedusa), sino para que la Iglesia sea signo fuerte de Evangelio.
6. Huelga de cultura… La cultura se está volviendo ideología al servicio del sistema financiero y de aquellos que la manejan. Las mismas universidades, que nacieron para el servicio universal del conocimiento (del pensamiento, de la salud, de la vida social: Facultades de Filosofía, Medicina, Derecho…) se están volviendo escuelas de instrucción manipulada para la pura ganancia de algunas y la perduración del des/orden establecido.
Necesaria es la investigación y la ciencia, pero al servicio de la humanidad, de la comunión entre todos los pueblos, de la dignidad humana… Huelga significa en este plano romper una cadena de cultura de servidumbre, para que se exprese y se despliegue la cultura en libertad creadora, al servicio de todos los hombres. No se trata de no estudiar, sino de estudiar y aprender de otra manera, cambiando para ello los métodos y formas de vida de los jóvenes de nuestros países. Ha de tratarse de una escuela para aprender a gozar en salud humana, es decir, en normalidad, en cultura, en humanidad.
7. Huelga de comunicación… Estamos viviendo dentro de una sociedad espectáculo, movida por el puro pan y el puro circo…, con medios de información y de diversión al servicio de la mentira ideológica (del sistema) y programas de entontecimiento público, especialmente en los medios vinculados a la televisión.
Huelga sería no ver los programas basura que día a día quieren mal-alimentarnos. Para ello es necesario crear formas alternativas de información, de diálogo y entendimiento (diversión) al servicio de la cultura y de la vida, del gozo y la esperanza… Huelga sería no leer los periódicos que intoxican el país…, para buscar medios alternativos de comunicación. Vivimos inmersos en medio de un mal circo mediático que puede destruirnos. Si no paramos el gran alud de un circo mediático al servicio de la tontería (y de la manipulación) quedaremos en manos de aquello que el sistema financiero que lo maneja quiera hacer de nosotros.
8. Huelga de honradez… Formamos parte de una cultura de pícaros, chulos y aprovechados, que tienden a vivir a costa de los demás. El problema está en que ahora los pícaros y chulos no son unos pobres diablos como Rinconete o Lazarillo, sino los que se hacen los más ricos del país. En contra de eso no hay más remedio que una huelga de honradez social. Esta huelga de honradez ha de ser larga, huelga ético (que a mi juicio puede tener fondos religiosos), al servicio de la humanidad, de la justicia (del bien de todos los pueblos).
Hace unos días oía un programa de radio donde se decía “si pagas las multas de tráfico… y demás” eres un tonto, porque nosotros te ofrecemos, por 200 euritos al año, una asesoría jurídica que te permitirá evadir multas…. etc. ¡Y todo legal! Un país donde eso se pueda decir y se diga en una emisora de gran audiencia es un país sin remedio. A no ser que cambiemos ¿quién va a creer en nosotros, cómo tendremos crédito por ahí?
9. Es huelga para los que saben renunciar… No podemos mantener el ideal de un progreso ilimitado, buscando siempre más, queriendo vivir siempre mejor en el plano externo, cada día más dinero, más consumo… Ese ideal es absolutamente falso. Tenemos que aprender a disfrutar con menos, no necesitamos tener siempre más, consumir más cosas… Volver a la moderación, al disfrute de los valores inmediatos de la naturaleza, de la vida cultura, de la amistad, del tiempo libre…
Ésta renuncia es el ayuno necesario para la felicidad. Quien no sepa ayunar, quien no sepa renunciar para bien de los demás, de otros pueblos, de otros grupos humanos, no será nunca feliz. Hemos olvidado el valor clásico de la cultura del “meden agan”, es decir, del nihilo nimis…, de un tipo de “justo medio”. Ésta no es la mediocridad del cobarde, sino la austeridad del sabio, la moderación del que sabe que no se puede lograr todo. La Hybris (querer tenerlo todo) lleva a la destrucción de todos.
10. Es huelga para que los otros sean felices… Ciertamente, es necesaria una dosis fuerte de “amor propio” (sentirme bien, saber que tengo una tarea, un camino…). Pero ese amor propio no puede separarse del amor a los demás: Mi gozo ha de estar, al mismo tiempo, en hacer posible que los otros sean y tengan, en mi casa y en las casas de mis otros, en mi patria y en las patriar de los otros, porque humanamente hablando no hay más “dios” que la Humanidad, el bien de todos (y cristianamente lo mismo).
Para que este bien de los otros sea posible, para que surja y se despliegue una felicidad abierta a los demás es preciso cambiar los estilos de vida y de educación, cambiar el orden de un capitalismo donde el único bien es el dinero.
Conclusión. Líderes nuevos para una huelga nueva
Este programa de huelga exige unos líderes capaces de ponerla en marcha…hombres como Jesús, en quien confiamos los cristianos (hacer hablé de su “huelga”), hombres como Benito, que buscó una nueva cultura campesina… o como Gandhi… y otros miles y miles de líderes humanos. Es una pena que los líderes de esta huelga no sean los “obispos” cristianos (con otros dirigentes religiosos)… Es una inmensa pena. Ellos se lo pierden, y nosotros lo lamentamos.
Ésta es la hora de los nuevos líderes… los líderes de la “huelga” al servicio de un nuevo tipo de capital (riqueza) y de trabajo (de empresa humanizada…), los líderes de una humanidad que sepa renunciar para enriquecer a otros, que sea elevar la cultura en clave de comunicación fraterna. Estamos en una encrucijada histórica. Si no surgen estos nuevos líderes, capaces de guiarnos hacia la nueva humanidad, corremos el riesgo de perdernos.
Ciertamente, hacen falta unos líderes, como acabo de indicar…, pero éste ha de ser un objetivo abierto a todos. El marxismo clásico buscó la “dictadura” de un partido, con la toma de poder de sólo algunos… y acabó fracasando. El sistema actual, dirigido por algunos líderes ocultos de las financias va a fracasar también. Ha de llegar la hora de “todo”, es decir, de un cambio de la “multitud”, como quiso la iglesia católica del principio. Ésta es una tarea “católica”, es decir, universal. En ella estamos todos, a todos nos atañe.