Religión de hombres para que la cumplan (¿la cumplieran?) las mujeres

El 14 4 14 me dijo J. T:

Soy una estudiante de periodismo de la Universidad Ramon Llull, en Barcelona. Estoy haciendo un reportaje sobre el papel de la mujer en la religión y sobre los cambios que puede traer (o no), a corto o largo plazo, el papa Bergoglio. ¿Puedo hacerle unas preguntas?...


Aquí van mis respuestas, con libertad y cercanía.Digo lo que pienso, lo que quiero. Se ha dicho que el Cristianismo Católico es una religión hecha por hombres para que la cumplan las mujeres. ¿Es cierto?

Gracias a ti, JT, por las preguntas, me alegra saber que mis respuestas te han servido para el reportaje. Quizá sirvan también para mis lectores. Buen trabajo en la R. Lull, donde recuerdo a mi amiga T. Aubach, gran mujer, gran profesora, que se nos fue antes de tiempo.

(Las imágenes hablan por sí mismas. Me interesa sobre todo la segunda:¿Qué hace el Mosén rezando mientras trabajan las dones, desde niñas?


Entrevista a Xabier Pikaza


1. Cómo describiría el papel que tiene la mujer en la religión, en comparación con el hombre?

‒ Depende de la historia de las religiones y de cada una de ellas en concreto, como he mostrado en Las mujeres en la Biblia Judía (Clie, Terrasa 2013) y en Hombre y mujer en las religiones (Verbo Divino, Estella 1997). En ambos libros he querido organizar el tema, pero no es fácil… De todas formas, en general, en el cristianismo, creo que debe tomarse como punto de partida el mensaje y proyecto de Jesús, con el texto de Gal 3, 28: Hombre y mujer son lo mismo para Cristo... para que no manden los hombres, para que no obedezcan simplemente las mujeres.

2. Hay estudios estadísticos que muestran que el número de mujeres católicas practicantes es mucho más elevado que el de hombres. A qué cree que se debe, por ejemplo, que haya más mujeres que hombres en las iglesias?

‒ Quizá con algo de exageración, el cristianismo católico ha sido en los últimos siglos una religión de hombre para mujeres. Han sido ellos, los hombres, los que de un modo consecuente, han organizado los ministerios y han definido lo esencial de la piedad y vida de la Iglesia, para aplicárselo a las mujeres “devotas”. En ese proceso se ha dado un tipo de imposición de hombres (ellos han “hecho” este cristianismo…), pero también un signo de generosidad de las mujeres, que han tomado más en serio el evangelio, la figura de Jesús, su gran proyecto.

3. Las mujeres que más se han sumado al auge de las iglesias son las afectadas por la violencia. Cómo concibe este dato? Qué razones cree que puede haber para que esto sea así?

‒ No estoy seguro de que esto sea cierto. ¿Quién lo ha demostrado? De todas formas, de un modo general, quizá se pueda decir que las mujeres “más cristianas” han sido de algún modo las más “sumisas”, como parecen haber pedido en los últimos tiempos algunos “pastores” (entre ellos el Granada). El cristianismo se ha explicitado de algún modo como obediencia de mujeres (a partir de una mala lectura de Ef 5), y así se ha creído que las más sumisas son las más cristianas, que las más obedientes a sus maridos son las más piadoras… Pero ha habido y hay otro tipo de mujeres cristianas que no son las más sumisas (en el mal sentido de la palabra) sino todo lo contrario, las más creadoras, las más capaces de explorar formas nuevas formas de conciencia espiritual y de libertad personal, incluso en el campo sexual, pero sobre todo en el afectivo y efectivo. En general, ellas han creído más en la palabra inicial del famoso texto de Ef 5, donde se dice “someteos unos a los otros”, los hombres a las mujeres, las mujeres a los hombres, en diálogo de vida, para ser todo libres y no someterse ninguno. En este sentido habría que ver lo que ha significado la vida religiosa femenina.

4. El Papa Francisco Bergoglio ha mostrado una preocupación especial por este tema. De hecho, en varios puntos del Evangelii Gaudium, habla sobre la cuestión. Por qué cree que esta es una de las prioridades del Papa? Ve posibilidades reales de cambio?

‒ No he estudiado con detención el tema. De todas formas, creo que en un sentido es cierto lo que dices. En esa línea me parece básico el numero 104 de la Evangelii Gaudium, donde el papa Francisco afirmar con gran determinación que el “sacerdocio” no es dignidad, ni supremacía, ni orden superior… sino servicio, y lo dice en el número dedicado a las mujeres. Pienso que el Papa quiere ir en contra de una visión del “sacerdocio” como signo de superioridad del varón… Estoy convencido de que ese número de la EG, llevado a las últimas consecuencias implica que el “sacerdocio” es igual para hombres que para mujeres. Analizando el texto sólo encuentro dos salidas:
a) O el argumento del Papa carece de lógica y se ha metido en un callejón que no tiene salida… (para que le corrija después de hecho la Curia Vaticana, llevando las aguas a su cauce tiberino)
b) O el Papa tiene que afirmar que los ministerios son lo mismo para hombres que para mujeres…, abriendo así (o mejor dicho: dejando abiertos) unos caminos que nos llevan de nuevo a las aguas del “mar de Galilea”.

5. El deseo de muchas mujeres es que llegue el sacerdocio femenino. Pero, de momento, lo que se percibe más cercano o posible con el Papa actual es el diaconato. Qué opina sobre esto? Por qué cree que es tan difícil el sacerdocio femenino?

‒ He aludido a este tema en el número anterior… No se puede hablar de un “sacerdocio femenino”, ni tampoco de un “sacerdocio masculino”, sino sólo de una vida cristiana universal, para hombres y para mujeres… en esa línea lo básico del papa Francisco es la afirmación de la dignidad cristiana del bautismo: ¡no hay otra dignidad cristiana! Ningún bautizado es más cristiano que otro bautizado)… y de la dignidad del ser humano, especialmente del pobre… El tema nos lleva así al fondo de una dinámica imparable que sólo puede resolverse desde el descubrimiento del valor del cristiano y cristiana en cuanto tal… y de la configuración de los ministerios como servicios. Al final del trayecto se verá que no existe más sacerdocio que el de la vida, y en especial (para los cristianos) el de la vida de los bautizados en Cristo, eso que se llama el “sacerdocio común de los fieles”. Eso más “común” (eso de todos) es lo más especial, lo más excelente.A partir de ahí no se podrá hablar de “sacerdotes como ordenados en especial”, sino de sacerdotes, varones o mujeres, como cristianismo. El sacerdocio ministerial es derivado, aunque muy, muy importante para la configuración del cristianismo.

6. En realidad, hay más temas que el Papa pone en cuestión sobre la iglesia, como la concepción de la familia o el rol de los sacerdotes. Considera que el de la mujer es uno de los cambios que más urge en los tiempos que corren o es secundario?

‒ Pienso que el cambio de la mujer está vinculado al cambio de la vida, al descubrimiento de la libertad radical de los hombres y de las mujeres, al despliegue del paradigma radical de la “persona”… y que todo eso remite al evangelio, de manera que nos permite entender y desplegar mejor el camino del Reino. Este cambio es imparable y ha sido suscitado por el mismo cristianismo, aunque también por un tipo de racionalidad (que no tiene que ser ya racionalidad instrumental al servicio del poder, sino experiencia de comunicación personal en libertad). El tema inmediato no es la ordenación ministerial de las mujeres, sino el cambio de paradigma en la experiencia de la iglesia y del cristianismo, entendido como movimiento mesiánico de liberación humana, es decir, de Reino de Dios.

7. Hay movimientos o colectivos de mujeres que luchan por sus derechos dentro de la iglesia. Qué opina del trabajo de estos colectivos?

‒ Hay muchos y buenos movimientos, pero quizá los más importantes no son los que están organizados en forma de lobbies de poder, sino la nueva experiencia eclesial de libertad y de comunicación (comunión) propia de hombres y mujeres. El tema no está en tomar el poder, sino en superar el poder… La cuestión pendiente no es en conquistar derechos por la fuerza para imponerlos sobre los demás, sino en superar todo tipo de derechos impositivos de algunos sobre otros… La gran tragedia de nuestro mundo es la mentira ideológica y asesina de los que defienden sus derechos (a la libertad, a la posesión de bienes, al libre cambio del mercado…) imponiendo para ello su dictadura y creando un mundo de mundo.

8. Cree que las mujeres católicas ejercen suficiente presión para el cambio o considera que hay extendida una pasividad por parte de la mayoría de ellas?

‒ No quiero ni presión para la toma del poder, ni pasividad… Quiero dignidad, que cada uno quien es, y que lo podamos ser todos, varones y mujeres… Que se desmonte un aparato eclesial de poder que hemos ido organizando, quizá sin pretenderlo, por la lógica de un tipo de poder que busca más poder… Se trata de volver al evangelio, de hallarnos “desnudos” ante la gran palabra del mensaje mesiánico. Se trata en el fondo de dar, de darse y de morir… para que los otros sean. Esto es en el fondo el amor. Y esa línea están mucho más preparadas para el gran cambio cristiano muchas mujeres.

9. La teología femenina defiende que a lo largo de la historia ha habido una apropiación masculina de la palabra de Dios (por ejemplo, el Padre Nuestro). Qué opina usted?

‒ Es evidente, ha sido así… En este momento se trata de comprender la historia, no para aceptarla sin más, sino para cambiarla… En vasos frágiles se ha transmitido el evangelio, en símbolos que están determinados por el contexto social y cultural… En esa línea, el tema del Padre debe ser replanteado, no para negar los valores que se han podido transmitir por ese símbolo, sino para situarlo en otro contexto, en el que de pronto el mismo símbolo “padre” tenga que ser mirado de otra forma, y quizá cambiado… no sé si poniendo Padre-Madre o si elevando el término “padre”, para ponerlo en otra dimensión, que no sea ya lo de lo masculino y femenino en nuestro contexto.

10. Hay historiadoras femeninas que argumentan que se puede probar que en la iglesia primitiva hubo diaconisas y dicen que la teórica imposibilidad de ordenarlas sacerdotes no es una verdad revelada, sino un producto de la interpretación masculina de la historia. Usted qué opina?

‒ Eso hay que preguntárselo a los historiadores. Estoy convencido de que en la iglesia primitiva se aceptaron muchas convenciones del tiempo (como los doce varones…); pero los ministerios fundamentales de la iglesia, en un momento determinado, los realizaron tanto varones como mujeres. Eso es evidente en las comunidades de Pablo. En esa línea, como he dicho, el futuro está totalmente abierto, desde el evangelio, al despliegue de la vida real de varones y mujeres, sin distinciones de sexo, porque lo importante es la persona, el amor personal, en forma de hombre o mujer.
Por eso me parece (me sigue pareciendo) poco adecuada la forma en que se plantea esta entrevista…, en línea de poder. Si no superamos un tipo de “búsqueda de poder” no habremos cambiado nada. Esto no es sólo una exigencia del cristianismo, sino algo que tiene que formar parte de todos los movimientos revolucionarios de este momento… que no tienen que ir a la toma de poder (para hacer luego, quizá de otra forma, lo que han hecho los otros), sino a la destrucción del poder.

11. Gracias a Usted, profesor.

‒ Gracias a ti JT, saluda a los conocidos de Barcelona. Me gustaría que pudiéramos vernos la próxima vez en la Ramon Lull, y recordar juntos a Maria Teresa Aubach, cuya amistad me ha animado a responderte.
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