Veinte años de la Gran Masacre. Los muertos de los Lagos (Masabo, D.)

Tres tribus o “categorías” de personas habitaban en la zona desde antiguo: Hutu, Tutsi y Twa (pigmeos, no-hombres). Mejor o peor habían convivido durante siglos. Pero en los últimos años del siglo XX las relaciones grupales se volvieron cada vez más tensas, por culpa de los grupos tribales y también por el choque cultural impuesto por las potencias coloniales (sobre todo Bélgica, Francia e Inglaterra) y sobre todo (last but not least) por los intereses económicos de las viejas y nuevas potencias (las antes citadas con USA).

Las causas no son unívocas, ni del todo claras, y en otros lugares al parecer más “civilizados” se dieron también genocidios (en Alemania y en la URSS, en China y Camboya), pero el de los Grandes Lagos ha sido especialmente duro. Fuerzas de muerte cruzaron la zona, matando de un modo sistemático a grupos inmensos de población (hutus a un lado, tutsis a otros, con los twa negados como siempre).
Yo tenía amigos y compañeros en la zona (Pablo Ruiz, Paniagua…) que me contaron el horror sangre a sangre. Entre ellos recuerdo hoy a Masabo Damase, natural de Burundi, superviviente de la masacre (mataron a casi todos sus familiares, él mismo estuvo al borde de la muerte).
Masabo elaboró y defendió, bajo mi dirección, una notable tesis doctoral, en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, titulada: El drama de los Grandes Lagos (1993-1997). Esbozo de una teología bantú del sufrimiento (Salamanca 28 del VI de 2001). Con ligeros retoques, la tesis se publicó en Roma (Monte Carmelo 3, año 2006).
>Ahora, pasados 20 años de los acontecimientos y más de diez de la defensa de la tesis de Masabo, quiero presentar un esbozo de la misma, para recordar y entender mejor el tema.
(Primera imagen: Masabo. Segunda imagen: Una foto famosa del gran drama en Ruanda, 1994. Tercera: Situación de los Grandes Lagos)
1. Masabo, Damase. Un hombre, una tesis
Masabo representa una generación de teólogos africanos, muy bien educados teológicamente en Europa (y en especial en Salamanca). Actualmente forma parte de la Curia General de la Merced en Roma, y es profesor de teología en la Facultad de Yaundé (Camerún) y en la de Buyumbura (Burundi).
1. Empezó había empezado a escribir la tesis doctoral con el Prof. D. Luis Maldonado, a quien quiero agradecer su atención humana y su dedicación profesional. Le hubiera gustado acompañar a Masabo hasta el final, pero se lo impidieron diversas circunstancias, de manera que yo acepté al final la dirección...
2. Masabo tenía la tesis ya perfilada el año 1998-1999, poco después de los años de la gran matanza, de la que fue testigo privilegiaso... Yo mismo le animé a que pasara un tiempo en África, para entrar mejor en la temática... Desgraciadamente, las circunstancias de violencia y persecución seguían vivas, de manera que no pudo hacer un trabajo directo de campo y estudiar las consecuencias del conflicto en el terreno, a través de testimonios inmediatos. Pero se ha mantenido en contacto con la realidad de los Grandes Lagos, a través de personas, instituciones y estudios teóricos. Masabo es hoy uno de los mejores conocedores de la cultura bantú (común a tutsis y hutus) y de las implicaciones religiosas (cristianas), sociales y económicas del tema (dentro de la gran responsabilidad de los poderes comerciales y económicos).
3. Durante su preparación del doctorado, Masabo ha sido profesor en la Facultad de Teología de Camerún, lugar de cruce de las diversas tendencias teológicas africanas... donde ha ultimado la tesis, pidiendo al fin un años sabático, que ha dedicado a perfilar su tesis, desde Salamanca, ocupado, en contacto con la gran teología académica europea, que le ha permitido interpretar en clave cristológica (trinitaria) y eclesiológica del drama (tragedia, genocidio) de los Grandes Lagos, que ha sido y sigue siendo una tragedia africana, pero que es sobre todo consecuencia del infierno mundial que ha venido encendiendo las grandes potencias colonias y después financieras, al convertir el centro de África en un Territorio de Muerte, al servicio de sus intereses.

2. Un problema múltiple. Punto de partida.
Las potencias coloniales (en incluso muchos hombres de Iglesia) pensaron que la zona de los Grandes Lagos era un “terreno mostrenco”, sin propietarios legítimos, sin verdadera cultura. Así se creó en gran parte una “iglesia colonial”, en situación “protectorado”, como si los “negros” fueran salvajes sin sabiduría, niños sin madurez… Mientras tanto, las potencias coloniales, bajo capa de presencia civilizadora, podrían “robar y robar”, creando una situación insostenible de enfrentamientos sociales.
Pues bien, para elaborar su tesis Masabo empezó estudiado la antropología bantú, y yo pude descubrir con él, con gran sorpresa, el alto grado de humanidad y de equilibrio sapiencial de esa cultura. Él podría haber escrito su tesis doctoral en perspectiva, estudiando los hechos históricos e interpretándolos a partir de la cultura Bantú.... Así hubiera elaborado una tesis de fenomenología e historia de las religiones, pero también de teología, juzgando desde la misma cultura africana el robo de las potencias occidentales y la ceguera de la gran “teología colonial” de protestantes y católicos, con la muerte planeando al fin sobre una larga historia de misión colonial. Hubiera sido una tesis importante, un juicio sobre la teología católica (sobre la iglesia y la sociedad católica y protestante) desde los valores de la cultura bantú y desde el sufrimiento de su gente.
Ese hubiera sido el mejor camino de la tesis, pero no me atreví a pedir (a exigir) a Masabo que lo desarrollara, porque habría encontrado dificultades en una Facultad de Teología Católica (¿colonial?) como la de Salamanca. Por otra parte, ese trabajo hubiera resultado también incompleto, pues el conflicto de los Grandes Lagos no ha sido sólo un choque entre dos etnias que se han establecido en la zona en los dos últimos milenios (hutu y tutsi), sino porque ha estado marcado por otros actores ya indicados, entre ellos, de manera muy intensa la política internacional y la misma iglesia cristiana, especialmente la católica.
El Drama de los Grandes Lagos nos sitúa ante un conflicto y juicio múltiple, que puede y debe interpretarse desde diversas perspectivas. Es claro que un día alguien tendrá que hacer la tesis que yo entonces “buscaba” (cómo los bantús de África pueden y deben juzgar a los “civilizados” colonos europeos y a los “buenos” ministros de las iglesias coloniales). Hoy me atrevería a destacar ese momento del conflicto. Pero entonces pensé (por Masabo y por la Facultad de Teología) que era mejor seguir un método más convencional, destacando el carácter intercultural del conflicto, poniendo de relieve, desde ese fondo, la aportación de la cultura bantú. Por eso, quise que la tesis se moviera en estos tres niveles:
1. Quise que Masabo estudiar la cultura Bantú, con sus aportaciones y sus límites... Desde una perspectiva tradicional, la cultura bantú pfrece grandes valores, pero tiene también sus limitaciones, pues no había sabido lograr una verdadera integración étnica. De todas formas, en el fondo de la misma cultura bantú podían y pueden encontrarse elementos para una integración pacífica de los grupos étnicos; pero esa integración ha estado dificultada por un tipo de misión cristiana proteccionista, que no ha logrado entrar en el entramado vital de los dos grupos principales de bantúes de la zona.
2. Masabo estudió muy bien la aportación del cristianismo católico... Su presencia en los Grandes Lagos ha sido masiva, a lo largo del último siglo, pero no ha tenido tiempo o capacidad para conformar una cultura de paz; ha sido un cristianismo (catolicismo) superficial, que no ha llegado a la raíz de la vida de las poblaciones, como un barniz teñido de infantilismo... Por otra parte, el cristianismo de las Grandes Potencias coloniales y del resto del Primer Mundo no ha ofrecido un rostro modélico de concordia..., sino todo lo contrario.
3. Finalmente, Masabo pudo interpretar (en una clave indirecta) la política real de las potencias europeas y después de la gran Finanza Internacional, tanto en tiempos de la colonización como en tiempos posteriores no ha sido política de integración y de paz... Masabo ha puesto de relieve los problemas internos de las dos grandes etnias... no ha querido escribir una tesis xenófoba, acusando a las potencias coloniales y financieras. En esa línea, en algunos momentos da la impresión de que cara demasiado las tintas en la problemática interna, como si “la culpa” fuera sólo de ellos... Pero, en el fondo, leyendo la tesis entre líneas, ella eleva una inmensa protesta contra los poderes coloniales y contra el mismo estilo de Iglesia que se impuso en la zona
3. Una teología e Iglesia enferma, Cam y los negros
Dentro del análisis bíblico de de la historia, resulta sorprendente la pervivencia e influjo del “mito camita”. Yo conocía bastante bien ese mito, a través de la literatura protestante anglosajona (americana) del siglo XIX, que intentaba justificar desde ese texto (la maldición de Cam en Gen 9, 18-29) la inferioridad de la raza negra, como si allí se dijera para siempre que Cam (=el mundo negro) tuviera que estar sometidos a los “blancos” (semitas y jafetitas).
La bibliografía sobre el tema es inmensa. Pero yo nunca aplicado ese tema a un grupo racial dentro del ámbito más amplio de una cultura africana, perspectiva católica, como hizo Masado, que lo puso de relieve, no de una forma exhaustiva, pero sí importante. Sólo ese tema hubiera dado para una tesis doctoral, centrada en la historia de la interpretación bíblica de un texto (de eso que llaman la Wirkungsgeschicte).
Posiblemente, los católicos no han destacado igual que los protestantes el falso mito bíblico de la maldición e inferioridad de Cam (de los negros). Pero en su conjunto la Iglesia católica ha seguido siendo “colonial”, ha tratado a los negros (hutus y tutsis) como inferiores, dignos de ser colonizados… Más aún, en su forma latina (o anglosajona o alemana), la Iglesia católica (y las iglesias protestantes) han tomado a los africanos, de hecho, como una raza culturalmente inferior, les han colonizado desde fuera, no han entrado en la trama de su vida.
Masabo no ha querido insistir en este tema, por respeto a una facultad de teología de la Europa colonial, por respeto al tribunal que tenía (teníamos) que juzgar su tesis. Pero en el fondo de ella se eleva, con toda claridad, un lamento dirigido al tipo de “colonización religiosa”, que ha mantenido a los “negros” en situación inferior (en el plano litúrgico y teológico, en el plano de los ministerios y de la administración eclesial).
Ellos, los católicos (cristianos) de Ruanda y Burundi, mayoritariamente bautizados y “dirigidos” por clérigos extranjeros, era como un grupo al que se debe dirigir desde fuera “como auténticas ovejas” en el mal sentido de la palabra… Lógicamente, ellos no pudieron recrear el cristianismo desde su propia cultura, y así quedaron en manos de una colonización religiosa extranjera, que (finalmente) les dejó en manos de los poderes financieros extranjeros…
Masabo no lo dice claramente (no se atrevió a decirlo), pero en el fondo de su tesis viene a expresarse la certeza de que la guerra y las matanzas de tutsis y hutus fueron en el fondo promovidas por las potencias coloniales y, sobre todo, por los intereses financieros que parecían cristianos. ¡Que se maten entre sí! parecían decir las grandes potencias y los poderes financieros, así podremos decir que son salvajes y al final convertirnos en dueños de sus bienes.
4. Una teología del sufrimiento en perspectiva bíblica, un camino con rodeo (págs 188-222).
Resultaba claro que Masabo no podía desarrollar expresamente sus tesis desde la perspectiva anterior, aunque ella estaba latente en todo su discurso. Por eso nos pusimos de acuerdo para centrar su trabajo en una visión del sufrimiento desde una perspectiva bantú y cristiana. De esa forma, la tesis acabó siendo académicamente muy “serie”, muy documentada, pero sin entrar de verdad en los problemas reales.
La responsabilidad es mía, pues fui yo quien dirigió su trabajo, pensando que era lo mejor paraqué consiguiera su doctorado, un doctorado muy bueno (muy digno), con sobresaliente o matrícula en el plano formal, pero sin entrar en la última causa del gran drama. Éstos son algunos de los temas y momentos de su tesis:
1. El sufrimiento y dolor en el conjunto de la biblia.
El doctorando ha ofrecido un buen resumen de la visión bíblica del sufrimiento, entre las páginas 151-158... En este campo no ofrece demasiadas novedades, sino que asume y expresa eso que pudiéramos llamar la “condición humana”, tal como viene marcada por una situación de pecado. Estas páginas han querido ser una respuesta a la problemática anterior, son un desmontaje del argumento de Cam, una visión fundamental del sentido genérico del dolor en la experiencia bíblica.
2. El sufrimiento humano. Visión cristiana Ésta es la parte central de la tesis... El autor ha invertido el orden tradicional (con toda intención) y empieza presentando la problemática cristiana para pasar a la “teología bantú” del sufrimiento. Esta parte constituye una teodicea de tipo social y político. Tiene un gran valor, aunque no es muy extensa (págs 188-222). Analiza el tema desde la perspectiva teológica estricta, más que desde la eclesiología. Deja algunos temas abiertos, entre los cuales quiero destacar dos que constituyen uno de los centros de la teología actual
(1) Falta una visión política del tema del sufrimiento..., tema que a mi juicio no ha sido desarrollado todavía de forma convincente por la teología católica. Evidentemente, en esta línea tenemos las aportaciones de la teología de la liberación, incluso de la teología asiática de autores como De Pieris... Pienso que la teología africana no ha entrado aún en esta dimensión del tema...El autor lo constata.
(2)Falta una relectura de la “Populorum Progressio”... En algunos momentos nos da la impresión de que estamos ante una Populorum Regressio, aunque esta palabra “regressio” suele tomar otros matices...
5. Teología bantú del sufrimiento. Los muertos de los Lagos nos juzgarán (págs 222-283).
De un modo significativo, Masabo quiso (y yo quise con él) que la palabra definitiva la tuviera una “teología bantú del sufrimiento”, capaz de iluminar el tema de la Biblia y de juzgar la actitud y la misión de la misma iglesia católica en la zona de los Grandes Lagos. Éste es el corazón y, éste es el núcleo de la tesis. La tradición bantú es capaz de situarse (de situarnos) ante la gran tragedia de los Lagos, juzgando no sólo a sus propios muertos (confesando la culpa del pueblo bantú), sino juzgando también a la Teología Oficial de la Colonia por su participación en el genocidio.
No fue sólo (ni principalmente) un genocidio bantú, sino un genocidio alimentado por la ideología colonial, por la intromisión de las Grandes Pontencias y, de un modo especial, por la complicidad de la Economía Mundial, a la que interesaba (e interesa) la muerte entre los “negros”, para así “lavarse” las manos y dominar mejor las grandes riquezas de la zona.
Hutus y tutsis habían dominado por siglos en la zona, logrando establecer equilibrios frágiles, pero duraderos. Se podía pensar que la presencia de la Iglesia Católica (y de las iglesias cristianas) ayudarían a los diversos grupos de bantúes a buscar la paz y a pactar, en un camino de concordia universal (católica). Pero la iglesia católica no supo o no pudo impulsar verdaderamente un camino de paz… y las “potencias civilizadores” trajeron muerte a la zona, desembocando en la dictadura del gran capital, al que no interesa la vida de los hombres y los pueblos, sino su muerte (para mejor triunfo del dinero).
Ciertamente, se mataron entre sí los “negros”, de un grupo y de otro, en guerras y persecuciones de magnitudes dantescas, en un reino de pura muerte… Pero detrás estaba y sigue estando el poder de los intereses de un dinero que prefiere dividir y matar para elevarse sobre todos.
Conclusión
Masabo Damase defendió su tesis como he dicho el 28 del VI del 2001, atreviéndose a decir, de un modo velado, que la culpa del drama la tuvieron no sólo los grupos étnicos de la zona, sino también la misma evangelización colonial, con las grandes potencias coloniales y el (des-)orden económico mundial. Se atrevió a decir, también veladamente, que serán los muertos de los Grandes Lagos los que nos acusarán a “nosotros”, los que vivimos y nos aprovechamos, representantes de los poderes fácticos, causantes de aquellas muertes, y de otras que continúan.
Masabo se atrevía a decir, veladamente, que la teología oficial de los colonizadores no era (ni es) capaz de entender aquel inmenso sufrimiento… Pero que puede surgir, que está surgiendo, un nuevo tipo de teología africana, de fondo bantú, que nos ayudará a comprender la marcha de la historia, desde la cruz y la resurrección de Cristo, hecha carne en la historia de los bantús vencidos, ajusticiados, masacrados.
Por eso he querido decir que los muertos de los Grandes Lagos, sacrificados hace veinte años por los intereses de un capitalismo mundial asesino, se levantarán y nos juzgarán. Esa fue y sigue siendo la aportación escondida de la tesis de Masabo, que tuve el honor de dirigir, y que se publicó en Roma el año 2006. Desde aquí le deseo un buen trabajo, en fecundidad personal y paz interior, en medio de la gran tormenta de su vida en gran parte segada por aquel inmenso Drama de los Grandes Lagos, de su inmensa y dolorosa tierra.