ONGs en el punto de mira

(AE)
Como si fuera la continuación de un capítulo que ya tocamos en un post del pasado 13 de Marzo, se ha vuelto a confirmar actividades fraudulentas en una ONG bastance conocida del ámbito español. Es curioso mencionar que tanto en los días previos al anuncio de las diligencias de la fiscalía contra la organización Intervida como en el preciso día que se conoció el asunto, aparecía en la portada principal de la página de Periodista Digital una noticia que hablaba de una iniciativa de esta misma organización recaudando fondos a través de mensajes de SMS.

Creo que es sintomático que ninguna de las dos ONGs en cuestión (Anesvad e Intervida) perteneciera a la Coordinadora Nacional de ONGs de Desarrollo y que además nunca aparecieran en la lista que la organización Fundación Lealtad presenta en su página web. Para las personas que no lo sepan, esta organización sin ánimo de lucro (www.fundacionlealtad.org) se dedica a auditar la gestión de diferentes ONGs según unos criterios preestablecidos y estándares de transparencia y de gestión. Ya en el post en el que hablábamos sobre la picaresca en las ONGs mencionábamos que, quien quisiera confiar su dinero a una ONG, haría muy bien en darse una vuelta por esa página web y comprobar tanto los criterios de evaluación como la valoración de cada organización de acuerdo a esos criterios. Quizás más de una decepción se hubieran ahorrado los colaboradores de estas organizaciones si hubieran tenido el tiempo o la oportunidad de arrascar algo más de información y saber cómo se valora el trabajo de estas organizaciones según esos baremos de calidad y transparencia.

A este lamentable asunto de la mala gestión financiera se añade también el sistema de apadrinamientos, el cual, como mencionamos también en otro post anterior, puede ser un caldo de cultivo para fraudes y para medias verdades, como parece ser está saliendo en más de 300 casos en los que un niño se le asignó a dos padrinos diferentes, propiciando así la justa ira de aquellos que se sienten timados al no haber sido informados de tales prácticas, como debería ser.

Desde este rincón quisiéramos de nuevo recordar que es necesario que los donantes o bienhechores de cualquier institución pregunten y se informen sobre los medios, procedimientos y métodos de verificación de las ayudas que confían a las mismas. Ellas están obligadas a darles información fehaciente y verídica. En este blog representamos tanto a la iglesia misionera como a las ONGs de desarrollo y desde aquí hemos defendido lo necesario que es que tanto la una como las otras se pongan las pilas y den ejemplo de transparencia y de honestidad. No es suficiente “hacer cosas buenas”, hay que hacerlas bien... y si hablamos de construir un dispensario que al final no sea un convento de monjas y si la gente ha dado un cierto dinero para la manutención de huérfanos que no termine en gastos administrativos que nada tienen que ver con la gestión del orfanato. Por aquí hemos visto de todo, desde personas e instituciones modélicas, modestas y con un gran compromiso como otros individuos y grupos (tanto del ámbito misionero como de las ONGs) con una gestión más que dudosa de sus recursos y con procedimientos cuando menos cuestionables.

Otro aspecto que ha salido a colación al hilo de este escándalo ha sido el uso de publicidad agresiva y tendenciosa de cara a captar fondos. La Coordinadora de ONGs tiene dentro de sus estatutos un código de conducta que se tiene que acatar por parte de los miembros y que señala expresamente que los problemas de la pobreza se tienen que exponer de manera clara y concisa, sin manipulaciones de imágenes llamativas o impactantes para poder hacer una presión sobre el público y los potenciales donantes. Esto es un punto que nos resulta innegociable y elemental. Los pobres y los indigentes tienen también su dignidad y los problemas que causen las situaciones de pobreza se tienen que presentar también dignamente, sin exageraciones ni frases chocantes o usos inapropiados de imágenes o de testimonios.

El fin aquí tampoco justifica los medios, no todo vale para mover el corazón (y la cartera) de los donantes. Además, haciendo siempre hincapié en la parte más lóbrega de la situación se acentúan al mismo tiempo los tópicos simplistas del mundo “subdesarrollado” y caótico que no tiene arreglo, de la civilización frente al “salvajismo”, del que todo lo sabe frente al que todo lo ignora... las diferentes situaciones vitales no son así de concluyentes, no todo es blanco o negro... quizás hasta la imagen más dura necesite una matización o una información adicional que a veces se silencia para que no pierda en efectismo.

En resumen, no es oro todo lo que reluce... no todas las asociaciones benéficas, ONGs o actividades caritativas son trigo limpio, pero podemos contribuir a que disminuyan estas situaciones tan lamentables de fraude y de desinformación. Lo último que quisiéramos es que estos malos ejemplos desanimen a todos aquellos que quieran colaborar para mejorar otras realidades o para contrarrestar la injusticia de muchas situaciones.
Vaya también nuestra alabanza y reconocimiento a muchos grupos serios que merecen toda la confianza y que mirarán para que se gaste bien cada céntimo que se les confíe y si quieren tener nombres de organizaciones transparentes de este tipo no hay más que repasar la prensa de estos últimos días o recabar información de la web de la Fundación Lealtad.

Y, en caso de duda, la información es la mejor medio para evitar que estos lamentables hechos sigan sucediendo y que individuos sin principios se aprovechen de la generosidad de otros para su propio beneficio.
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