"Llegará a través del pueblo sencillo y por el Espíritu de Jesús" El Movimiento Rural Cristiano alerta: "La Iglesia necesita una renovación sin precedentes"

(Enrique Gómez).- Los hombres y mujeres del Movimiento Rural Cristiano de Acción Católica desde hace unos años, vienen planteándose seriamente qué respuestas dar desde el evangelio, en estos tiempos, a un mundo rural en "alerta roja" y que grita: "Todos se van... y lo que había nos lo quitan".

Esa fue la preocupación que nos reunió en Alcalá de Henares los días 3, 4 y 5 de marzo, bajo el lema "El encuentro con Jesús en medio de nuestros pueblos", en una búsqueda sincera ante los nuevos retos que la realidad de nuestros pueblos nos plantea a la evangelización.

En unas Jornadas de tres días, nos congregamos los rurales de las diócesis de León, Zamora, Salamanca, Zaragoza, Huesca, La Rioja, Albacete, Plasencia, Ávila, Málaga, Mérida - Badajoz, Toledo, Ciudad Real y Coria-Cáceres.

Fue altamente valiosa la ayuda de José Antonio Pagola, teólogo y escritorista, en la trayectoria del Plan trienal que el MRC tiene de "crecer en el conocimiento y experiencia de Jesucristo, así como en una formación del militante rural, para que su compromiso en el pueblo y en la parroquia, evangelice y transforme".

La elocuencia de la experiencia de vida y sabiduría de Pagola, reconocida por tanta gente dentro y fuera de la Iglesia, nos abrió dimensiones en la centralidad de Jesucristo en la evangelización. El diálogo de los asistentes fue poniendo reflejos de la implicación que, en estos tiempos, exige de los laicos rurales para una evangelización más misionera en los pueblos. Es urgente cómo el Papa Francisco nos está llamando a "una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría, e indicar caminos nuevos para la marcha de la Iglesia en los próximos años".

La convivencia, los tiempos dedicados a los entresijos de la organización (cargos, economía, iniciación, acompañamiento y las celebraciones) confirman, cada vez más, de la necesidad de este tipo de encuentros, sobre todo para los laicos que estamos en búsqueda y de saber responder a la encrucijada misionera rural y una pastoral muy acorde con una Iglesia que no quiere ser aduana y sí tienda-hospital de campaña.

Los alrededor de noventa asistentes, trabajaron y expresaron en el siguiente manifiesto sus planteamientos, opciones y esperanzas para un proyecto ilusionante de evangelización en el mundo rural:

"La Iglesia necesita una renovación sin precedentes, porque estamos en una situación nueva, también sin precedentes, debiendo aprender a contagiar el evangelio.

Queremos poner a Jesús en el centro de nuestra militancia para llevar a cabo una conversión radical a Él.

El futuro de la fe, en nuestro mundo rural, se mantendrá en los grupos y pequeñas comunidades, atendiendo a que la religiosidad popular vuelva a Jesús.

Esta renovación necesaria llegará a través del pueblo sencillo y por el Espíritu de Jesús.

Es el momento de reaccionar, de movilizarnos, comprometiéndonos y estando presentes como cristianos en las plataformas culturales, políticas, económicas, sociales... de nuestros pueblos.

Que este momento hay que vivirlo con confianza, valorando lo pequeño, el fermento, la sal... tan parejo a los pueblos pequeños donde vivimos.

Debemos tender hacia el modelo de evangelización inspirado en Jesús, con sus mismos medios, que serán más pobres pero insustituibles: acogida cálida e incondicional, defensa constante de la dignidad de las personas, cercanía a las necesidades más vitales (el paro y el empleo precario en nuestros jóvenes, la soledad de los ancianos, el despoblamiento y sus carencias, la promoción y valoración de las mujeres rurales, el recorte y la no valoración de nuestros campesinos, el trasiego de nuestros niños de pueblo en la enseñanza y su desarraigo...), cobijo a los más olvidados y excluidos, acoger y ofrecer el perdón gratuitamente, valoración más palpable a los movimientos apostólicos de AC...

Debemos, como MRC y MJRC, llevar a Jesús a nuestros ambientes. Si no es así, seríamos unos movimientos decadentes.

Si el centro es Jesús, caminamos hacia un cristianismo más motivado por Él, para organizar la vida y trabajar por el Reino de Dios. Si no sabemos mirar la vida y a las personas con la misericordia de Jesús, seremos una Iglesia ciega".

Han sido unas jornadas en que se refuerzan nuestras opciones y se refrescan nuestras fuerzas. Siempre son para nosotros ocasión de alegría y esperanza. Soñar es hoy casi obligado. Y así, con el corazón contento, volvimos convencidos de estar buscando "salidas" en una Iglesia rural en salida.

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