José Luis Portela abusó de una feligresa Un exorcista español, condenado por abusos sexuales
Si en España hay un caso de exorcismo, es más que probable que José Luis Portela fuera el encargado de solucionarlo. Este párroco gallego de 74 años era principalmente conocido por esta disciplina que consiste en expulsar al demonio. Hasta ahora. Porque a partir de hoy, será más recordado por se un sacerdote condenado por cometer abusos sexuales.
Según revela El Español, Portela abusó de una feligresa de 42 años llamada Valeria a la que arrinconó en la sacristía del templo en donde ejercía. Según la primera sentencia que le condenó, el acusado, "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, abrazó a la feligresa, le introdujo las manos por debajo de la ropa y le tocó los pechos".
Por estos hechos fue condenado en primera instancia a un año de prisión -no llegó a entrar en la cárcel- y a pagar 4.000 euros a la víctima. El cura no quedó conforme con la sentencia y la recurrió. Pero los tribunales no le han dado la razón: la Audiencia Provincial ha ratificado la condena. Y no solo eso, también le ha condenado a pagar los gastos judiciales (6.000 euros). De dormir en prisión sí que se ha librado, ya que la pena no ha aumentado y se encuentra por debajo de los dos años. Al carecer de antecedentes, no ha acabado entre rejas.
Los hechos por los que Portela fue condenado ocurrieron en 2014. Aunque se trata de un caso en el que no había ningún testigo y solo era la versión de la víctima frente a la del agresor, los magistrados le condenaron. Y lo hicieron por la coherencia de Valeria, frente a las diferentes versiones del cura: el religioso negó que la mujer hubiera pisado la sacristía, pero ella la pudo describir perfectamente.
El sacerdote aseguró al mismo medio que Valeria pertenecía a una secta satánica que quería hacerle daño y manchar su nombre. Sin embargo, el abogado del acusado ofreció a la víctima 15.000 euros para que retirara la demanda, algo que nunca llegó a ocurrir.
Valeria llegó a escribir al Papa para mostrar su desencanto porque la Iglesia cobijara a párrocos como el acusado. La misiva hizo que el mismísimo Pontífice se interesara por el caso y pidiera al arzobispado de Vigo que abriera una investigación.
Ahora esa misma institución ha expulsado al condenado de su seno. José Luis Portela tendrá que abandonar la iglesia de San Campio, en donde lleva 47 años dando misa, y también tendrá que abandonar sus labores como exorcista.