La jesuitina y Cristina Inogés, ponentes ‘estrella’ de la Asamblea Mundial de la Red Global de Católicos ArcoIris María Luisa Berzosa: "Estamos en casa, somos miembros adultos en la fe, la puerta está abierta"

Inogés: “Tenemos que estar dispuestos a aceptar el diálogo, la escucha, el encuentro con quien se acerca”
"Aquí se respira a Dios, un ambiente de Evangelio, de fraternidad, de acogida. Yo sí siento que estoy en casa", destacó la jesuitina
Prosigue la Asamblea Mundial de la Red Global de Católicos ArcoIris, reunida este fin de semana en Madrid, y que esta tarde celebra su vigilia de oración ecuménica en los jardines de la Ermita de la Virgen del Puerto
Prosigue la Asamblea Mundial de la Red Global de Católicos ArcoIris, reunida este fin de semana en Madrid, y que esta tarde celebra su vigilia de oración ecuménica en los jardines de la Ermita de la Virgen del Puerto
“Estamos en casa. Somos miembros adultos en la fe, la puerta está abierta”. Esta fue una de las conclusiones que sacó la jesuitina María Luisa Berzosa después de compartir una mañana de reflexiones y vida con la Asamblea Mundial de la Red Global de Católicos ArcoIris, reunida este fin de semana en Madrid, y que esta tarde celebra su vigilia de oración ecuménica en los jardines de la Ermita de la Virgen del Puerto.
Tanto ella como la teóloga Cristina Inogés fueron las ponentes ‘estrella’ de este sábado, y posteriormente compartieron sus reflexiones con los organizadores. ‘Emaús, después del Sínodo’ fue el título de la charla.
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
“El Sínodo continúa, estamos en camino, camino de Emaús, con todas sus dificultades, bajadas, luces y sombras, de decepciones y gozos… La realidad, al vida, con el hilo conductor de la esperanza, de estar convencidos de que estamos en camino, y comprometidos a continuarlo”, destacó Berzosa.

Por su parte, Cristina Inogés destacó “el camino de la frustración” como algo necesario en ocasiones, “siempre y cuando no nos quedemos como en una cinta de gimnasio, caminando pero sin avanzar”. “Tenemos que estar dispuestos a aceptar el diálogo, la escucha, el encuentro con quien se acerca”, avanzó la teóloga.
Berzosa, además, resaltó el interés y el compromiso de los participantes, y su sentido de pertenencia. “La invitación está universalmente hecha, no nos dejemos atrapar por los miedos, por las cosas que pueden pasar por el camino”, apuntó. Mientras, Inogés valoró las preguntas de los asistentes, sus intervenciones “encaminadas a seguir avanzando, a no tener miedo a caminar por un sendero que a lo mejor no tenemos claro qué tiene a la vuelta. Caminar es lo importante, no quedarse quietos nunca”.

La jesuitina admitió que el encuentro “ha desbordado mis expectativas”, tanto por la procedencia de los participantes, sus situaciones, edades y circunstancias vitales. “Ha sido muy enriquecedor, muy universal”, valoró, destacando “la profundidad y creatividad” de los momentos de oración, así como “la alegría y la gratitud”. “Aquí se respira a Dios, un ambiente de Evangelio, de fraternidad, de acogida. Yo sí siento que estoy en casa”.
De igual modo, Cristina Inogés valoró la acogida, “la alegría y la vivencia de que nadie se siente fuera de lugar”.