Carlos Romero se perfila como próximo presidente de la ACdP Los propagandistas divididos ante las próximas elecciones a la presidencia

(José Manuel Vidal).- A menos de un mes de la celebración de las elecciones a la presidencia de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), las espadas siguen en todo lo alto. Por vez primera en las últimas décadas, el presidente actual, Alfredo Dagnino, no será reelegido automáticamente, como venía siendo costumbre. Tendrá que vérselas con un contrincante de prestigio, el ex militar y actual director de las Jornadas de Católicos y Vida Pública, Carlos Romero. En estos momentos, el aspirante tiene muchas probabilidades de ganar la contienda electoral, porque la asociación se encuentra dividida y partida por la mitad.

"Se confirma que va a haber dos candidatos con los avales correspondientes: Alfredo Dagnino y Carlos Romero", explica el actual secretario general, Antonio Urzáiz. El primero presentó 130 avales y el segundo, 40.

Pero, como matiza Urzáiz, hombre de confianza de Dagnino, "tiene más avales Alfredo, porque Carlos no quiso contar con los avales de la gente que está trabajando en las obras de la asociación, pero seguramente tiene más respaldo que el que ha presentado".

os candidatos y un electorado muy dividido. "En estos momentos, la asociación está dividida por la mitad. Aunque los dos tercios de los miembros reclaman un cambio y se va conformando una mayoría que considera que el actual presidente no puede liderar el cambio que necesitamos", explican en la candidatura de Carlos Romero.

Y ponen dos ejemplos claros y significativos de esta división, que se plasma en el Consejo Nacional, máximo órgano de decisión, asesoramiento y consulta, y en el Patronato de la Fundación universitaria San pablo CEU. De los 12 miembros del Consejo nacional, 5 están con Dagnino y 7, con Romero. Y en el Patronado de la fundación, 5 con Dagnino y 6 con Romero. Lo reconoce el propio Urzáiz: "Entre los consejeros y los patronos hay dos grupos muy definidos en un sentido o en otro y un tercero que intenta tender puentes".

La vieja guardia, también dividida

Siguen teniendo mucho peso en la ACdP, aunque llevan años de capa caída. Les llaman la "vieja guardia" y es el grupo de los miembros más mayores, de confesión demócratacristiana, aglutinados en torno a Marcelino Oreja y Eugenio Nasarre.

En la candidatura de Romero aseguran que "ninguno de los dos ha firmado por candidato alguno", pero, al parecer y aunque no se han pronunciado,  "no estarían contentos con la situación actual". En la otra orilla, Urzáiz reconoce que "la vieja guardia está dividida y no sigue una línea definida".

En el fondo, la vieja guardia no parece estar de acuerdo con la manera en la que se está conformando la espiritualidad de la asociación en los últimos años. Dicen (y otros muchos con ellos tanto dentro como fuera) que la ACdP, en su intento por aglutinar a todo el catolicismo social, se ha echado en brazos de los movimientos conservadores y está perdiendo su propio carisma.

Por eso, tanto los 'antiguos' como la candidatura de Romero apuestan por una vuelta a los orígenes y por desclericalizar la asociación, que es, por definición, asociación privada de fieles.

De hecho, entre los objetivos del equipo de gobierno entrante se encuentra "la vuelta a la propagación de la fe católica, el apostolado en su sentido más amplio, un plan de ajuste económico de la institución garantizando la participación de todos y la recuperación de las señas de identidad del propagandismo desde la unidad que otorga el pensamiento del Cardenal Herrera Oria, única forma de hacer de la institución una organización fuerte, eficaz e influyente".

En la candidatura de Dagnino, en cambio, se muestran "orgullosos de tener al líder del catolicismo social español", dice Urzáiz.

Pero los dos tercios de los propagandistas parecen pedir un cambio de rumbo. "La asociación tiene que dejar de hacer política o parapolítica y centrarse en su carisma de formar líderes para la empresa, la política y la sociedad en general. Lo que siempre hemos hecho", dicen en la candidatura de Carlos Romero. Un cambio que, según ellos, no puede liderar Alfredo Dagnino.

Urzáiz, en cambio, cree que lo lógico y lo habitual, en los últimos tiempos, es que el presidente sea reelegido para un segundo mandato y acusa a la candidatura de Romero de "romper el principio de lealtad", al tiempo que dice no entender cuáles son las razones de Carlos Romero para presentar su candidatura.

Rouco no mueve ficha

A pesar de ser una asociación privada de fieles, la ACdP ha mantenido siempre una sintonía profunda con la Iglesia y, sobre todo, con el arzobispado de Madrid. En estos momentos, el cardenal Rouco forma parte del patronato y su obispo auxiliar, César Franco, es miembro del Consejo nacional en su calidad de consiliario de la asociación.

El cardenal de Madrid sabe perfectamente que los propagandistas son fervientes católicos, pero muy celosos de su independencia. Una interferencia directa del purpurado en las elecciones sería muy mal vista por toda la asociación.

De ahí que Rouco no se haya implicado directamente, al menos hasta ahora, y se limite a mandar ciertas señales, que pueden ser susceptibles de diversas interpretaciones. La gente de Romero asegura que el cardenal, como no puede ser de otra manera, apoyaría la vuelta a los orígenes del carisma de la asociación. En cambio, Antonio Urzáiz, explica que "si el cardenal no se ha movido, es que quiere que continúe Alfredo. Porque, si las cosas marchan bien, como en este caso, ¿para qué cambiar?"

Romero encarna los deseos de cambio

En cualquier caso, ambas candidaturas están convencidas de ganar las elecciones. Y, aunque, Urzáiz, asegura que "Alfredo va a ganar holgadamente", los hombres de Romero están convencidos de capitalizar el descontento y los deseos de cambio en la cúpula de una de las asociaciones más influyentes de la Iglesia católica española. Y confían ciegamente en su candidato.

Por muchas razones. Entre otras, porque "no tiene pretensiones más allá de la propia ACdP, esto es, no va a utilizar el cargo para promocionarse ni políticamente ni de ninguna otra manera. Tiene el carácter y dotes de mando de un militar, pero es de modales suaves, eficaz en el consenso y en el cumplimiento de objetivos, así como capaz de interpretar los signos de los tiempos".

Carlos Romero, de 58 años, es militar de carrera, marino de guerra con el empleo de Capitán de Navío del Cuerpo General, experto en gestión y propagandista profundo. Perteneciente a una familia de nueve hermanos, su padre fue el conocido Almirante Carlos Romero.

Estuvo relacionado con Cursillos de Cristiandad antes de incorporarse a la ACdP, por lo que tiene desde antiguo experiencia eclesial. Ingresó en la institución en el Centro de Cádiz y en 2001 se incorporó al Centro de Madrid, siendo nombrado, cuatro años más tarde por el Consejo Nacional, como Secretario Técnico de la ACdP.

Su enorme capacidad de consenso y su eficacia en la gestión le llevaron a ser nombrado en 2006 Vicesecretario General. Muy conocido en toda España por ser el director de las Jornadas Católicos y Vida Pública que se han ido celebrando cada dos meses a lo largo y ancho de prácticamente todas las diócesis.

La última palabra la tienen los 330 propagandistas "activos" o con derecho a voto.

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