Entrevista hermenéutica y poemas

ENTREVISTA HERMENÉUTICA A A.ORTIZ-OSES

por Fernando Vergara

Universidad Católica SH, Chile

En esta original entrevista el prof. Fernando Vergara plantea las preguntas que Andrés Ortiz-Osés (Universidad de Deusto-Bilbao) planteó hace casi 50 años al fundador de la Filosofía hermenéutica H.G.Gadamer.

FVH: Profesor Ortiz-Osés, ¿podría enunciar sintéticamente lo que la hermenéutica “viene a decir” en el contexto de nuestro mundo cultural actual?

AOO: La hermenéutica es la gran mediación de la cultura y las culturas, así pues una mediación intercultural basada en el diálogo y la implicación de los contrarios, lo que H.G.Gadamer llamaba la fusión de horizontes dispersos y diversos. El método de la hermenéutica es la “inter-pretación”, que es el modo de ponerse en ese medio o mediación, en base al médium articulador del lenguaje, que es logos o razón común capaz de decir el ser de los seres.

Pero el ser o logos de los seres dice relación o relacionalidad, como dice nuestro filósofo Ángel Amor Ruibal, y que yo interpreto como coimplicación, así pues complicidad o eros correlacional. Por ello el dios de la hermenéutica es Hermes, el dios mediador entre lo divino y lo demónico, lo espiritual y lo material, que por cierto es el lugar que cohabita dualécticamente el hombre, como he estudiado en el contexto del Círculo junguiano de Eranos en mi obra Amor y sentido.

FVH: La hermenéutica parece unas veces como una especie de antropología fundamental, otras como una semiología generalizada. En cualquier caso, el lenguaje humano obtiene una función central. ¿Privilegia la hermenéutica una dimensión del signo lingüístico, la dimensión semántica, sintáctica, pragmática? ¿O es que coimplica a las tres dimensiones?

AOO: El hombre es un animal hermenéutico, de cuya interpretación de lo real depende su sentido existencial. Por eso el hombre proyecta una hermenéutica diacrítica o distinguidora/diferenciadora de las realidades, así como crítica con dicha realidad y autocrítica de la propia posición que debe mantenerse abierta al otro radicalmente, precisamente para logar un interlenguaje o lenguaje intersubjetivo, en el que el disenso pueda consensuarse democráticamente.

Una hermenéutica crítica es una hermenéutica emancipadora y liberadora del hombre, cuya práctica está en la democracia parlamentaria, a menudo convertida por desgracia en mera democracia parlarentaria o pseudodemocracia. La auténtica democracia realiza una aproximación al ideal romántico- ilustrado de la Fratria o fraternidad de inspiración cristiana, una fraternidad que anida en el lenguaje humano como ámbito de encuentro interhumano, el cual implica una intención semántica (el significado), unas reglas sintácticas (el código) y un proyecto pragmático o práxico de carácter humanista generalizado.

FVH: ¿Cómo funciona la interpretación crítica y quién critica al crítico?

AOO: Yo diría que la interpretación crítica critica precisamente el mero significado cósico o bien el mero significado abstracto, tanto la práctica sin teoría como la teoría sin la práctica. La auténtica interpretación es una mediación crítica que critica la obviedad o inmediatez de lo dado, lo que lleva al fanatismo ideológico. Por eso el fascismo y el comunismo tienen una visión anti-hermenéutica, basada en la acción directa que por eso lleva directamente al precipicio.

El fanatismo procede de la anti-hermenéutica, tal y como aparece también en las religiones cuando sus revelaciones no pasan el filtro de la interpretación de carácter crítico; incluso la ciencia precisa de una interpretación crítica continua para no recaer en un nuevo fundamentalismo a menudo irreligioso. La hermenéutica proyecta una interpretación transformadora del mundo, por ello no hay cambio posible sin interpretación plausible. Pero frente a la inmediatez irreflexiva, la hermenéutica propugna la mediatez reflexiva, como quería el buen Hegel. Por eso el crítico puede y debe ser criticado, sobre todo si no es autocrítico, porque para decirlo pos-socráticamente: “solo, sé que no sé nada, sino acompañado”.

FVH: ¿Considera acaso la hermenéutica que, puesto que -al menos en determinadas circunstancias fundamentales o no-, no puede cambiarse el mundo, habrá al menos que interpretarlo?

AOO: Interpretar es ya continuar el rumbo y aderezarlo/enderezarlo, afinar la perspectiva, sonsacar un sentido y no un mero significado, auscultar la realidad simbólicamente. Por eso proclamo una hermenéutica simbólica, porque el simbolismo amplifica la realidad, insuflando sentido axiológico o valorativo, frente a los extremos del positivismo y el abstraccionismo.

Y es que la hermenéutica lo es de lo hermético, oscuro u oscurecido, reprimido u oprimido, precisamente para su despresión y conscienciación. El simbolismo traspira el sentido y la sensibilidad frente al entitativismo y a todo reduccionismo, sea materialista o espiritualista. Como decía san Agustin, no hay sentido sin alma, y el alma es de algún modo todas las cosas, afirmaba Aristóteles. Y la hermenéutica es el alma del sentido como significación humana del mundo, que diría Cassirer.

FVH: ¿Qué es el “sensus communis” al que apela la hermenéutica? ¿No debería más bien hablarse en hermenéutica de sentido común crítico, e incluso de crítica del sentido común (si bien en provecho del propio sentido común)?

AOO: La hermenéutica apela al sentido común entendido como sentido comunitario, frente al dogmatismo que procede de arriba y al individualismo que procede de abajo. Por eso hoy en día la hermenéutica aporta un suplemento de coligación de las personas, ya que para el personalismo la persona es el individuo social y abierto, y no encerrado o clausurado en sí mismo (incurvatus in seipsum, decía Lutero), puesto que la persona es un para-sí para-otro: mismidad abierta a la otredad.

Ahora bien, el sentido común a menudo aparece en sociedad como alienado o enajenado. Es el impersonal heideggeriano, por eso apelo a un sentido común crítico de carácter personal e interpersonal, frente al individualismo típico del capitalismo neoliberaloide. Tenemos que mantener la interpretación libre pero abierta al otro, el hermeneuta es uno mismo en otredad, de aquí que la interpretación es una “otración” de lo real, el ser-en-devenir propio de una evolución que nos constituye abiertamente frente al involucionismo regresivo y al revolucionarismo dislocado.

Posdata: Sin embargo, la hermenéutica es sobre todo una interpretación recreadora de lo real, una interpretación recreativa del mundo, en su doble sentido de juego y conjugación del ser de los seres, así pues del sentido cromático de la existencia. Pues abogamos por una hermenéutica trasfiguradora y no meramente figurativa: esto es lo que entendemos por una hermenéutica simbólica y axiológica.

CONFINAMIENTO


Llueve sobre mojado en mi alma encinta
un doloroso vaho somnoliento
recorre esta ciudad desperezada
el bello y turbio ángel de alborada.

Desde el confinamiento veo algunos
presos que se despresan en la calle
bajo el húmedo aura de la aurora
melancólica y desamparada.

Yo me despierto poco a poco y pienso
en la gente atrapada aún en su casa
y en su casa atrapada por la niebla.

Un buen día saldremos a este mundo
tan bello y tan siniestro variopinto
y otro día saldremos de esta vida

camino de una eternidad sin tiempo
camino de una eternidad sin dueño
camino de una eternidad sin riesgo.

(Que el riesgo es rasgo de este mundo).

GRACIANESCO

En la filosofía soy Critilo
cribo las cosas buscando sentido
y atisbo ese sentido atravesando
el mar de las azores y azares.

En poesía en cambio soy Andrenio
mezcla de clásico y posmoderno
tratando de auscultar lo presentido
buscando sonsacar lo intuído.

Como aforista en fin soy gracianesco
porque concilio lo breve y lo abrupto
en un parejo tacto y tracto estático.

Esto es un homenaje a B.Gracián
apaleado por nuestros compadres
y rescatado por los alemanes.

Schopenhauer y Nietzsche sus amigos
Schopenhauer y Nietzsche sus validos
descubriendo un secreto jesuítico:

buscar la clave de nuestro destino
el cual cruza sentido y sinsentido
pues el destino es una encrucijada

de caminos cruzados y desvíos:
el desvío del ser ante la nada
y el desvío del hombre ante la muerte
(muerte que es nuestra buena y mala suerte
y en consecuencia nuestra gran consorte).

INMORTALIDAD

Nuestra inmortalidad no es patente
nuestra inmortalidad solo es latente
implícita en el cosmos y su esfinge
implicada en el ser omnipariente.

Nuestra inmortalidad basa en amor
porque solo el amor es transmortal
pues mientras que el poder triunfa en lo externo
el amor es el triunfo de lo interno.

Solo venero al dios del corazón
corazón que es mi propia co-razón
solo venero al dios del alma mía
los demás no son dioses sino démones:

dioses de un viejo averno muy oscuro
o bien dioses de un nuevo acerbo abstracto.

Mi aliado en este mundo es el duende
que es un dios interior y no exterior
el dios de mis contornos transfinitos
el dios de mis adentros infinitos.

TRASFIGURACIÓN

Et exultabunt ossa humiliata
(Salmo 51).

Exultarán los huesos fenecidos
exultarán y exaltarán de gloria
en medio de los cerros y el bramido
de bestias más feroces que el sepulcro.

Exultarán y exaltarán de gozo
por verse renacidos y opulentos
exultarán y exaltarán de rabia
por una espera tan desesperada.

No han exultado mas exultarán
no han exaltado mas exaltarán
cuando los huesos se liguen enhiestos.

Entonces bailarán y danzarán
sobre la sombra de la muerte muerta
bajo la lumbre de la vida eterna.

(La carne quedará trasfigurada).

PANDEMIA

Esta pandemia que es un pandemonio
podría ser un símbolo del cambio
el traspaso del cura masculino
a la cura o cuidado femenino.

El pandemonio del coronavirus
debería anunciar el buen recambio
de nuestra vieja ciencia belicosa
a una nueva conciencia cuidadosa.

Esta no es una guerra masculina
del héroe contra la naturaleza
esta es la cura que nuestra cultura
ofrece al virus y su virulencia.

El virus no se vence para siempre
hay un virus del mal inexpugnable
pues queda para siempre su revuelta.

No se puede acabar con todo virus
solo es factible defenderse de ellos
solo es posible tratar de curarlos.

(Esta pandemia debe dar el paso
de la vieja milicia belicosa
a una nueva cultura del cuidado).

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