Las brujas de Zugarramurdi

Entrevista al prof. Andrés Ortiz-Osés
por Andrea Gutiérrez Bermejo

---El film de Alex de la Iglesia “Las Brujas de Zugarramurdi” toca el tema del matriarcalismo vasco. Háblanos de él.

---En el trasfondo de nuestra civilización hay una cosmovisión matriarcal, una visión del mundo centrada en la Diosa (Madre) y no en el Dios (Padre), como ha mostrado la arqueóloga Marija Gimbutas y el Círculo Eranos. Se trata de una concepción del mundo de carácter naturalista, ya que la Diosa personifica a la madre tierra o naturaleza, con su carácter comunal o comunitario, puesto que todos y todo forma parte de esa Tierra Madre. La mitología vasca, recogida oralmente por J.M.Barandiarán, es una tradición matriarcal, porque al frente de su cosmovisión está la Diosa Mari, rodeada de brujas o sorgiñas, ella misma Bruja mayor, y que es la personificación de la Madre Tierra (Ama Lur).


---En un momento de la película de Alex, Carmen Maura grita “¡Dios es una mujer!” ¿Es este otro elemento de la cosmovisión vasca?
---En efecto, el Dios vasco es una Diosa (Mari), la divinidad es matriarcal-femenina, con todo lo que ello conlleva de importancia de la madre (Etxekoandre), más que de la mujer. Se trata del trasfondo matriarcal de nuestra civilización patriarcal, ya que en nuestra civilización patriarcal tanto europea como semita la divinidad es un Dios (Padre), tal y como ocurre en las mitologías indoeuropeas (Zeus, Júpiter) y en las religiones monoteístas (judaismo e islamismo). Curiosamente el Cristianismo originario de Jesús de Nazaret no es matriarcal ni patriarcal, sino “filial” o “fratriarcal”, ya que la nueva divinidad es el Hijo-Hermano (Cristo), un lema el de la Fraternidad que recogerá posteriormente la Ilustración.

---Nos gustaría conocer un poco la tipología de las brujas…
---Las brujas son las sacerdotisas, diaconisas o ayudadoras de la Diosa (Madre), participando de la potencia vital de esta. Por eso se caracterizan por su magia y sortilegios, por su carácter positivo y/o negativo, ya que como la Diosa (Mari) resultan bifrontes o ambivalentes, buenas con los buenos y malas con los malos. Por lo demás la brujería es fundamentalmente femenina, y solo derivadamente masculina. Mientras que en la cultura matriarcal la bruja funciona bien con sus artes naturalísticas, posteriormente en el patriarcalismo la bruja es sometida a una descalificación y desvalorización en nombre del principio patriarcal-masculino. De este modo, la Diosa procreadora del universo es destronada por el Dios creador del universo, y el principio ecológico matriarcal-femenino es devaluado por el principio uránico o celeste, abstractoide. El aquelarre o fiesta de la sexualidad dominada por la mujer se trasformará en el posterior “guateque” o fiesta erótica dominada por el hombre.


---Alex nos contó que su asignatura en la carrera de Filosofía en Deusto había sido muy influyente en su interés por el tema y en la escritura de esta película. ¿Qué asignatura era? ¿Qué estudiabais en ella?
---Era la asignatura de Metafísica y Hermenéutica, que yo interpretaba como una Antropología de la cultura y una Filosofía de las culturas, haciendo especial hincapié en los mitos, los símbolos y el imaginario psicosocial. Realizaba una interpretación simbólica de las imágenes, y a veces comentábamos alguna película. Pero sobre todo el posible interés estaba en el estudio de los grandes arquetipos de nuestra cultura, como el héroe y el dragón, el Dios y la Diosa, el diablo y lo demoníaco, la iniciación mistérica, el ánimus masculino y el ánima femenina, lo consciente y lo inconsciente, la lucha del bien contra el mal… Daba su importancia a la mitología y los cuentos de hadas, a la alquimia y la hermética, a lo irracional o translógico, en definitiva a lo imaginal. Mi obra “Libro de símbolos” (Deusto) es la expresión actualizada de aquellas clases que influyeron en Alex.


---¿Qué recuerda de Alex en esa época?
---El joven Alejandro era ya un líder estudiantil en nuestra transición contracultural a la democracia, dirigía el cine-forum y era un heterodoxo simpático y majo. Era y es un tipo estupendo, con un toque tímido que sobrepasa barrocamente, incluso con cierta ternura (o quizás ternera, je, je), que en todo caso lo distinguía radicalmente del etarra Josu Ternera y del mundo de la violencia y el terrorismo.


---¿Así que la violencia es tanto patriarcal como matriarcal?
---No hay que olvidar que las brujas vascas, si bien reprimidas por la Inquisición patriarcal, eran mujeres de armas tomar, mientras que los etarras eran ya hombres de armas tomadas. Yo pienso que Alex ha exorcizado la violencia real simbólicamente, por cuanto la ha sometido a un tipo de astracanada o disparate de signo burlesco, carnavalesco o paródico. Frente al patriarcalismo dictatorial representado por Franco, y frente al matriarcalismo cerrado del nacionalismo, Alex se desmadró y se despadró, buscando una salida internacionalista propia del “hijo” libre o liberado. Contra lo que pueda parecer por su tipología, Alex es un auténtico antropólogo, y no un antropófago.


---¿Ha reconocido algunos temas que tratabais en clase en sus anteriores películas?
---En general, yo diría que Alex ha tomado en serio de nuestras elucubraciones el montaje dialéctico de sus películas, y ha proyectado enérgicamente los grandes arquetipos en personajes fuertes, como el protagonista del Día de la Bestia, que es un franciscano vasco radical, milenarista y apocalíptico. También comparece en sus films la compresencia del mal radical, así en Mirindas asesinas. Finalmente usa el método de la exageración a modo de pedagogía, tal y como preconizaba Ortega y Gasset, y que en clase nos daba buenos resultados.


---Hay por tanto un trasfondo cultural en Alex…
---En efecto, la ritualización de la violencia es un homenaje de Alex a la cultura, la cual se define como simbolización de la violencia para evitar su realización. Por eso tras la astracanada queda latiendo un toque cuasi afectivo o sentimental, como ocurre en Las 800 balas. En su último film Las Brujas de Zugarramurdi está de nuevo presente el simbolismo y la simbólica, por ejemplo de los anillos de oro, en donde el oro señala real o químicamente el poder y el dinero, pero simbólica o alquímicamente la potencia, el eros y el amor latentes y latientes.
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