Sí y no.

---el caudal de cultura que ha emanado de la creencia y aportado hasta ahora por las religiones seculares es gigantesco;
---en sus ritos civiles, especialmente los “ritos de paso”, la sociedad todavía se rige por celebraciones sacras convertidss en costumbres sociales;
---Las sociedades se están haciendo urbanas, pero las vivencias, ideas, criterios, mitos, festividades... son todavía agrarios. Las mismas sociedad rurales asumen modos de vida urbanos, con lo que, aunque la tradición y los festejos centrados en lo sacro se juzgan como algo esclerótico y cosificado, se siguen celebrando "porque no hay otra cosa". El proceso que conduce a una nueva visión filosófica de lo urbano es tan lento que tardará decenios en surgir una cultura nueva.
---Surgen rebrotes de fundamentalismo, ortodoxo y radicalizado, que si por una parte es visto con preocupación incluso por los mismos jerarcas de la religión organizada, por otra puede ser signo indicativo del renuevo vital de la creencia;
---están surgiendo movimientos religiosos nuevos, que no dejan de ser “savia nueva” aunque pequen de cariz numinoso, fetichista, espiritista o adivinatorio.
Frente a ese “renacimiento” más voluntarioso que otra cosa, LA REALIDAD es otra.
---Símbolos, funciones e incluso el número absoluto de fieles, especialmente dentro de sociedades “adelantadas”, están en franco declive frente al empuje de la sociedad civil. Para unos esto es el inicio de la muerte de la religión; para otros una decantación sublimada de la creencia: quedan los que viven en profundidad su fe.
---Aunque la autoridad de la casta religiosa todavía es “referente” moral e incluso un elemento de cohesión social, la religión organizada va perdiendo el monopolio del sentimiento religioso, que cobra vida extramuros de los templos.
---Otras veces es la misma creencia la que divaga buscando caminos inexplorados: “New-Age”; neomisticismo; neoesoterismo; “cristiandad irreligiosa” (Bonhöffer); “el significado secular del Evangelio” (van Buren), la “teología del diálogo” (Buber), “el Dios sobre Dios” (Tillich), “la muerte de Dios” (Altizer, Hamilton, etc).
---Hay datos de menor calado estructural, pero que inciden sobre lo mismo y a veces se perciben con mayor peligro:
a) cualquier creyente se cree con autoridad y derecho a interpretar los textos fundacionales;
b) la manifiesta indiferencia general frente a esos ritos cosificados;
c) individualismo frente a práctica social gregaria: es el individuo que “vive” a su manera lo religioso;
d) una permeabilidad vitalista entre los diversos credos, con enorme flujo e influjo de los orientales sobre los occidentales... .
Y no es que se trate de una efervescencia renovadora; asistimos, más bien, a la descomposición del credo organizado. Lógicamente la Jerarquía de la Multinacional del Rezo no tolera, sino que reprime tales "desviaciones"