Federico Jiménez Losantos, un epónimo.


Hoy presenta su último libro, "El Linchamiento", el muy conocido y controvertido autor, editor, divulgador, presentador... Federico Jiménez Losantos. Y, según lo pre-publicado en LD y El Mundo, hace memoria de lo que entre bambalinas se cocía en los medios de comunicación y en los círculos eclesiales en aquellos días.

Hay quienes tienen el don de Casandra y caminan hacia el desastre por más que lo vean venir, se den cuenta de sus causas, prevean las consecuencias y sean conscientes de la debacle. Casandras como Zapatero o Cañizares, por poner dos ejemplos. Al primero le debemos despojar de este don profético, por incapacidad para ello: veía venir la ruina de España ¡por ser él la causa!. El otro la de su emisora episcopal... pero ¡los principios son los principios!. ¿Ingenuidad o soberbia?

Algunos participamos un tanto del espíritu de Casandra, quizá por ese intelecto cirujano que nos afecta, y vemos que también hay afines en determinados medios de comunicación --la COPE en concreto-- aquejados del mismo mal. No quiero pensar que fuera por miopía.

Descartando a quienes buscaban y buscan la quiebra de esta emisora por ruindad o rivalidad, no cayeron en la cuenta de dos cosas: una, que en buena medida la COPE le debió a FJL lo que ha sido e incluso es; otra, que salido de la COPE, Esradio "es" una realidad de libertad y pensamiento digno de encomio.

No puedo decir que me cause hilaridad, pero... Cuando pregunto a quienes denuestan a FJL a qué hora lo escuchan para denigrarlo de tal manera, contestan: "Yo jamás escucho a este personaje". ¿?

Y yo, en la banda del oyente, necesariamente me pongo ante los tales como ejemplo, ahora también para que cualquier "misacantano" que entra en este blog descarte prejuicios sobre mis prejuicios. Me refiero a la red de corresponsales informantes que me sirven cuando quiero tener juicio imparcial sobre algo. Cuando estoy de vacaciones, y ahora son más que los días de laboreo, en el "cuarto de herramientas" tengo sintonizada la SER y RN 2(Clásica); en la cocina, la COPE, RN y ONDA CERO. En Internet tengo señalados como "favoritos" Periodista Digital, Semanal Digital, Libertad Digital, El Plural (y éste se las trae), El Mundo y El País. Para determinados asuntos, si entro en LD a continuación consulto El Plural.

Cuando busco "la verdad" sobre alguna noticia, paso de un sitio a otro. ¡Y aún así, a veces no sé qué pensar! Lo más normal es que determinadas noticias ni siquiera aparezcan cuando contradicen los valores estomacales de la emisora de turno. Puesto a elegir, aunque sea por descarte, me quedo con FJL.

Algo que no soporto es al periodista que ríe la gracia, provocadora y sin fuste, del personaje entrevistado, cuanto más alto en el escalafón político mejor. Se supone que el periodista-editor ha de mantener sus criterios. Recordemos aquél "risitas" de TV3 que entrevistó al cómico gallego ya fallecido cuyo nombre no quiero recordar, que se ciscaba en España.

Vayamos al personaje hoy en el candelero o "can de loro" de marras, Federico Jiménez Losantos.

Antes de su llegada a la COPE esta emisora era prácticamente marginal. Si no tanto, era una más. Gracias a él --y sólo a él desde su programa "La Linterna", por más que también sus adláteres o adheridos gozaran de su rebufo-- la COPE pudo parangonarse con emisoras de primer rango: para qué andarse por las ramas, con la SER.

Por ahora la SER es una "institución" potente, durante mucho tiempo la primera en audiencia, a la que sirven determinados "comunicadores". Éstos, gracias a la tupida red de postes emisores y a la soberbia concentración de medios, consiguen ascender de personas a personajes. Francino puede ser un ejemplo. En la COPE fue al revés, creció gracias al personaje Losantos y en menor grado César Vidal. Lo quieran o no, es así. Y quien tenga fría la mente lo sabe y lo reconoce. El siniestro Rouco, por ejemplo, que fue el primero en lamentar su salida anunciada.

Nuestro personaje de hoy ha sufrido una larga ristra de procesos judiciales ¡por decir lo que pensaba o por denunciar lo que veía! Por más que uno sea célebre y hasta celebrado, el que usa sillones giratorios no gusta sentarse en banquillos: para estos berenjenales no queridos nadie tiene la cara de cemento y cualquier bofetada duele. Los enemigos declarados no minan la moral ni las ganas de trabajar: son aquéllos a quienes uno cree defender los que más daño hacen. Y a FJL le llovieron bofetadas de "estas" partes. El aguante tiene un límite: perennemente los clérigos periféricos; antaño los jefes de Estado y de Gobierno; antiyer el "garzón gallardo"; ayer un obispo. Hoy precisamente cuenta todo eso... Ya que éstos no llegan ni a "casandras" ¿les movían al menos los principios? Dudo mucho que tengan siquiera principios personales y sí muchos intereses.

Participo plenamente de su opinión sobre personajes "anticonspiranoicos", algunos con tan poco peso como Enrique de Diego, ése que no ha ocultado por escrito su animadversión por cuantos pretenden saber la verdad sobre lo sucedido en la "masacre de Madrid". En su momento le emplacé para dentro de 10 años --espero que menos-- por ver si sería capaz de mantener sus ¿argumentos? contra la investigación sobre el 11-M y que SÓLO El Mundo, la COPE (de FJL) y Libertad Digital se atrevían a mantener. Muchos somos los que, con nuestro voto al PP, buscamos que la verdad se vaya abriendo paso. Y si, "de paso", se hunde "este" PSOE, festejaremos el naufragio. Más grande era la URSS.

Al hablar de personas y valorar su hacer, jamás se puede hablar de cien por cien... Todos nos movemos en términos percentiles. Lo mismo sucede con FJL.

1. Qué destaco en FJL:


Es de aquellos que cuando varios están hablando, sin gritar ni imponer volumen sonoro alguno, se queda con la palabra. Por algo será: porque sabe presentar lo esencial mejor que los otros, porque sus argumentos son contundentes, porque aporta la anécdota a tiempo y porque manifiesta una cultura no extraída de la LOGSE. Es un "saber hacer" radiofónico que puede ser aptitud connatural o técnica adquirida. Por lo que sea, tiene esa capacidad expositiva.

Domina los tiempos radiofónicos y esto es algo trabajado. Sabe de forma "natural", sin serlo, cuándo dar la palabra a éste o al otro, pasar a publicidad, mantener la pregunta u obviarla...

Tiene y crea opinión, que es lo más importante. Es claro y contundente en sus principios. Podríamos hablar de "liberalismo", de organización del estado, del sentido nacional, de la maldad ínsita en los nacionalismos, del valor del esfuerzo y del trabajo... Es difícil estar en desacuerdo con tales principios si a uno no le ciega la animadversión visceral.

Como aspectos colaterales, el hecho de defender su Teruel nativo le honra. Como Del Olmo su Ponferrada del alma.

Y sobrevolando por otras esferas, por descontado bien sabían y ahora lamentan los rectores de la Cope que la cuenta de resultados le debió mucho a su programa matinal. ¿Cómo echar en saco roto todo eso?

2. Qué peros se le pueden poner.


El afloramiento del ego, algo todavía no muy a las claras, pero que despunta. El callar y tratar de apabullar al adversario, incluso contertulio, cuando cree tener razón. Se enerva ante opiniones contrarias, cosa que está bien, pero que propicia el corte a la opinión de los demás para quedarse él con la palabra.

Tanto en la COPE como ahora en ESRADIO hay una franja horaria, la anterior a las 8, donde parece estar desbocado. No comenta las noticias, las pulveriza y denigra. Es más, parece escoger algunas para regodearse en y contra ellas. Las ocurrencias repetitivas se tornan verdaderamente indigestas a la tercera vez que se oyen. Es como si se solazase en sus propias gracias. Aunque tenga toda la razón en hacerlo, no deja de ser demagogia repetitiva.

Lo quiera o no, hay formas y formas en la persecución del personaje: es lo que ha manifestado en su "relación" con Rajoy, antes, y con Gallardón, siempre. Contradecir opiniones se trueca en afán no confesado de hundir a la persona. En sus palabras no hay separación clara entre la persona y sus opiniones.

FJL está, parece, a punto de iniciar la misma senda que aquéllos que en su día estuvieron en la cresta de la ola, los Gabilondo, Del Olmo y compañía, y que hoy más o menos han desaparecido o cuya opinión sociológicamente apenas cuenta: el personalismo, que no el endiosamiento, les hizo traspasar la frontera donde su rastro se pierde o difumina.

Bueno sería que tuviera a su lado --también los otros "comunicadores", por cierto-- alguien que le dijera como a los emperadores romanos "memento quia homo es" (recuerda que eres hombre).

En lo que atañe a Periodista Digital, tendremos que leer el libro para esclarecer esa irónica referencia en su editorial de LD a "Vidal". Debería al menos reconocer que Religión Digital es un portal de referencia en Internet en lo que a asuntos religiosos se refiere. Y todo gracias a J.M.L. Vidal, su director.


¿Con qué me quedo en definitiva? FJL es un personaje necesario. Podríamos estar hablando de un epónimo. Quiero decir que si no él, su figura es necesaria en la sociedad española. Fustigar sinecuras, desenmascarar engaños, aportar ideas y criterios es algo impagable. ¿Las formas? ¿Y qué importan las formas cuando fallan las estructuras sin haber nadie para denunciarlo o el que está no se atreve?

Entre otras cosas, si llegamos a saber la verdad sobre el 11-M será gracias a FJL, El Mundo y LD.
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