EL HUMANISMO PROMETEICO DE K. MARX / 9


No podéis superar la filosofía sin realizarla (K. Marx)

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El análisis de la alienación económica, que es la fundamental, lo realiza Marx de forma detallada en los llamados Manuscritos de Economía y Filosofía, redactados en París en 1844 y publicados muy tardíamente, en 1932, los cuales constituyen la obra filosófica fundamental del joven Marx.

Fue su amigo Engels quien le introdujo en el conocimiento de la economía política, estudio que Marx intensificará sobre todo a finales de los años cincuenta, como exiliado en Londres.

Los Manuscritos de París, presentan notables dificultades, por su carácter fragmentario e incompleto y por la ambigüedad de la terminología empleada.

Esta complejidad se extiende también al concepto central, la alienación, por ser polivalente, al concepto de autoalienación de la esencia humana y al concepto de superación (Aufhebung) de la autoalienación del trabajo (Selbstentfremdung der Arbeit), la negación de la negación en clave dialéctica.

Según el filósofo húngaro István Mészaros (cfr. su obra Marx’s theory of alienation), la clave para entender la teoría marxiana de la alienación estaría en este concepto de superación, que además sirve de vínculo entre el Marx joven y el maduro, considerando su obra como un todo, pero comprendida en su proceso de evolución intelectual.

El tema de la alienación aparece en los Manuscritos de París en tres lugares: en un capítulo entero del primer manuscrito, que lleva por título “El trabajo alienado” (Die entfremdete Arbeit), donde se describen las cuatro formas de alienación del trabajo; en pequeños análisis de otras manifestaciones de la alienación, como la propiedad privada, el dinero, la división del trabajo o el intercambio, y en una discusión de la alienación según Hegel dentro del tercer manuscrito.

Por otra parte, los expertos marxólogos, marxistas o no, no se ponen de acuerdo sobre si la alienación ha de interpretarse en términos históricos o más bien ontológicos (véase Guijarro Díaz: La concepción del hombre en Marx). Los que consideran la alienación como un fenómeno histórico, típico de la sociedad capitalista, afirman de forma optimista su posible superación futura en un nuevo tipo de sociedad. Según ellos, Marx ya habría roto aquí con el idealismo de Hegel.

Sin embargo, los que interpretan la alienación como un fenómeno ontológico consideran que no existe todavía una ruptura con la filosofía de Hegel, por lo que la alienación dependería de la concepción del trabajo entendida como la esencia genérica del hombre (Gattungswesen).

Una tercera lectura, como solución conciliadora, defiende una interpretación histórica relacionada con el capitalismo, pero que conserva huellas de la visión ontológica hegeliana. Esta difícil cuestión se seguirá discutiendo durante el siglo XX no solo por parte de autores marxistas, sino también por autores no marxistas, en especial dentro del pensamiento existencialista.

Habría, pues, en los Manuscritos de París una mezcla de pensamiento histórico y ontológico, dado que también el trabajo viene considerado de dos maneras:

a) como actividad productiva en general, siendo la determinación ontológica fundamental de la naturaleza o esencia humana;
b) en particular, como la forma específica de trabajo alienado en el modo de producción capitalista, que incluye la división del trabajo (Teilung der Arbeit), la propiedad privada (Privateigentum), el intercambio (Austausch) etc., como mediaciones concretas, históricamente dadas, asociadas al trabajo enajenado.

La alienación del trabajo presenta en los Manuscritos cuatro formas fundamentales, que Marx analiza y critica de forma minuciosa:

1) La alienación con respecto al producto u objeto producido;
2) la alienación de la propia actividad (Tätigkeit) productiva;
3) la alienación con respecto al llamado “ser genérico” (Gattungswesen) y
4) la alienación con respecto a los demás seres humanos.

Por tanto, globalmente considerado, el análisis abarca por un lado la enajenación de la naturaleza y de sí mismo y, por otro, la enajenación en relación con el resto de la humanidad, dividida en clases sociales antagónicas, que es una de las tesis básicas de la interpretación materialista de la historia, que formulará en sus obras posteriores.
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