Intereses espurios de la Iglesia contra Educación pª la Ciudadanía.

¿Hay que decirlo o gritarlo? ¿Dónde está la ínsita perversión de la asignatura Educación para la Ciudadanía? Sinceramente o yo soy muy corto y no huelo el veneno que se encierra entre unas líneas llenas de cordura y sensatez o los obispos se han subido definitivamente a las pilas bautismales para ser sólo ellos los "meapilas". Y que cunda el ejemplo.
Léase la página WEB de S.M. para "saber" algo sobre el currículo de EpC: contenidos, objetivos, planteamientos y criterios de evaluación. En archivo Word me ha ocupado una docena de caras que he leído para tener una somera idea del asunto.
[Dudo mucho que todos esos que, pancartas al frente, manifiestan su oposición a esta asignatura sepan de qué va la cosa. El cura del lugar, o quien sea, les ha dicho que este Gobierno quiere suprimir la religión, quiere hacer de los niños unos ateos... y así han esgrimido EpC como tridente de Satanás. Señores discrepantes, señores objetores, señores obispos, jerifaltes todos... ¿saben Uds de qué va EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA?]
¿Qué hay entonces en esta lid? ¿Qué se dirime a partir de septiembre del Curso Escolar 07/08? ¿Qué se esconde en esta batalla argumental entre obispos y sociedad? [El Gobierno parece hacer oídos sordos]
La Iglesia lo ha entendido perfectamente aunque lo esconde tras una pantalla de victimismo catastrofista. De ahí que, después de recibir clases particulares de Antístenes y de Diógenes [el "künikós"], salgan ahora en tropel a espantar las moscas que les acosan.
Sabe esta tropa que está en juego gran parte de su subsistencia. Sabe que puede perder el repuesto generacional. Sabe que es un mazazo si no definitivo sí sustancial a su presencia social... De ahí que hayan puesto en funcionamiento todo su aparato mediático para defenestrar EpC. Y lo conseguirán si cambian las tornas políticas.
Saben también que es muy importante que no comience su impartición el próximo curso, porque, abierto el portillo, se verá que dicha asignatura tiene más de positivo que de negativo, si algo de esto tuviere. Y, además, su consolidación no dará opción alguna a la asignatura "religión".
Padres, alumnos --claman los jerifaltes del credo-- entiendan que por ahí se colarán todos los anticlericalismos habidos y por haber; que nos veremos atufados por todos los sinsentidos de la vida; que seremos absorbidos por los agujeros más negros del vacío vital; que será el triunfo del relativismo moral, algo que tanto asusta a los padres... y tanto atrae a los hijos; que al no haber principio moral rector, campará por sus respetos la máxima expresión del "laissez faire".

O sea, más o menos el cataclismo ético. A partir del curso próximo escolar no habrá cárceles en España ni centros de menores suficientes para tanta población degenerada.
¿De veras todo eso supone EpC? Entonces habrá que clamar al unísono con ese vanguarda negroide que avanza al son de trompetería guerrera: "Delenda est EpC hic et nunc!", "vade retro Sathanas"...
Pero las cosas no son así. Véanse los criterios de la mismísima FERE y de otros comentaristas citados en la página WEB de S.M. de que EpC es una asignatura poco menos que necesaria. Pero aquí damos un paso más para airear lo que se esconde en esta cruzada "parto de los montes" nutrida por objetores viscerales de cualquier cosa que provenga de un Gobierno "laicistófilo". Pero, ay, se ocultan otras cosas que no quieren ver aireadas... y es necesario aventar:
1. Se acabó la prebenda, el reinado escolar de la fe. Las escuelas católicas, digno es reconocerlo, siempre han tenido fama de calidad. Y siguen teniéndola. Eso no es óbice para denunciar el secular adoctrinamiento de las conciencias. Los mismos institutos religiosos que "nacieron" con el carisma de la enseñanza, han visto que la misma ya no tiene vigencia... Digámoslo con otras palabras: ¡ya no es negocio!. Los colegios religiosos están pasando a manos seglares, paso primero para que desaparezca su "espíritu propio". En parte por imperativo biológico: pocos y viejos.
2. El contenido humano de EpC desbarata el tinglado de lo misterioso: no hay más que echar una ojeada a los contenidos de EpC para darse cuenta de ello. Resplandece lo humano, desaparece lo mistérico; se realzan los valores sociales, desaparecen los criterios eclesiales místico-corporativos; aparecen --ya era hora-- contenidos psicológicos, de esfuman los fideístas; se reafirman los principios éticos, no se ven por ninguna parte las virtudes teologales o cardinales. ¿Relativismo moral? ¡Todo lo contrario!, visión clara de cómo debe ser una conciencia recta.
3. El negocio/chanchullo/prebenda de los profesores de religión, gratis en todos los sentidos para la Oligarquía Episcopal, fuente continua de nepotismo, uno de los pocos asideros estatales que le queda al Episcopado...
4. La Religión, asignatura optativa, estará abocada a desaparecer del horizonte escolar. ¡Cuántas veces hemos dicho que la enseñanza religiosa se ha de impartir como catequesis en los centros de culto! Los padres que obligan a sus hijos a "quedarse" en el Colegio a recibir enseñanza religiosa ¿no les es lo mismo dejarles en la "escuela catedralicia"? Exactamente igual.
Podríamos aportar otros argumentos, pero quede el fondo de la cuestión bien claro: la Iglesia se opone a "esta" asignatura no por principios morales o de fe sino por interés vital: el agua limpia de sus enseñanzas lava siglos de adoctrinamiento oscurantista e irracionalismo.