Proceso de paz, fin de ETA, 11 M.… "Rajoy, vas a perder las elecciones".

Porque el golpe de efecto va a ser de órdago.

Estas reflexiones me vienen a la mente a raíz de un “lapsus linguae”, de esos que tan sabiamente maneja este gobierno que desgobierna: uno o el principal motivo por el que San Sebastián ha sido elegida “Ciudad Cultural 2016” es, dicen, “el proceso de paz en que está inmersa esta ciudad”…

¿Pero no dijo en su día el Brujo Mayor del Reino –el otro, el Sr. Rodríguez, ha sido un vulgar "aprendiz de brujo"--, tras el atentado de la T-4 que el proceso de paz o de negociación con ETA se había roto? Pues no: el “lapsus linguae” por el que se designa a San Sebastián lo dice. El proceso negociador seguía…

Parece como si todo estuviera planeado, finamente planeado, desde arriba: 11-M, "un gobierno que no mienta", "guerra de Iraq", "Al Qaeda", "proceso de paz", "los tontos necesarios en el engranaje del Estado (del Constitucional al macro juicio)"... Y ahora los continuadores del proyecto de ETA, los becarios del “programa cultural” de ETA, al fin se benefician de los múltiples beneficios que dedicarse a la política traen consigo, como son poder, dinero, bienestar, posición social… El proceso, no de paz, sino de cambalache llega a su término:

“A cambio de que ETA diga al fin que desaparece, nosotros (Partido Socialista) os prometemos acceder a un cierto grado de gobierno en las Vascongadas”.

Y así está sucediendo: la ciudad más hermosa del país vasco por no decir de España, en poder de los hijos de ETA.

¿No tendrá todo esto una relación de origen en el atentado de Atocha? Creo que sí.

Acabamos de celebrar un nuevo "estado de la nación"… por utilizar palabras que son todas ellas contradictorias: ni hay nada que celebrar, ni hay algo que se pueda llamar "estado normal" ni podemos hablar de una verdadera nación, rota en diecisiete parcelas. Asimismo hemos asistido a la debacle socialista en las elecciones autonómicas y locales, aunque el poder central todavía lo detenten. Y el Presidente del Gobierno (por decir algo) y su lebrel siguen enrocados al fondo del tablero sin decidirse a salir a la palestra a jugar el juego democrático. Están esperando el momento, su momento.

¿Qué momento? ¿Por qué?

Volvamos unos años atrás, 7 años atrás: España sufrió el mayor atentado de su historia y de la historia de Europa; España quedó conmocionada y, lo que es peor, sigue en un shock postraumático, ése que impide a la memoria recordar qué ha sucedido. La amnesia se ha he hecho dueña de la memoria colectiva. Nadie quiere recordar.

Y no es que no quiera recordar, es que no puede: al igual que el enfermo que pierde la memoria tras un accidente, la sociedad necesita un largo proceso de recuperación psicológica donde la verdad vaya saliendo poco a poco para comenzar a digerir lo que sucedió.

Bien es verdad que el comienzo puede estar en que uno de los “interesados” en el asunto, el tristemente famoso Sánchez Manzano, vaya largando a su pesar parte del desmadre investigador posterior a los hechos. Poco a poco, porque la verdad total no se puede digerir. Tiempo al tiempo, que el enfermo social curará su amnesia… si dejan que la terapia se aplique, cosa que está en el alero y no será si se aplica el bloqueo de todos conocido.

Yo viví de modo especial el trauma de Atocha, por cercanía y luego por amistad, por vivir cerca de los hechos y por seguir recordando, con una determinada familia de Alcalá de Henares, a uno de los fallecidos. Y yo, dentro del colectivo que se niega a olvidar como dijo G.Moris, no quiero olvidar.

La conclusión final a la que uno llega después de leer TODO lo que ha ido apareciendo con relación al atentado de Atocha es que fue, por decirlo de forma grosera, un golpe de estado utilizando en ese momento todos los elementos disponibles: ETA, “moros”, Al Qaeda, descontento social por apoyar la guerra de Iraq… todo para lograr acceder al poder sabiéndolo perdido. Pero los “favores” hay que pagarlos. Y ahora se están pagando.

Ahora el lebrel escondido pretende servirse de algo que, piensa, le dará de nuevo el poder. Esgrimirán como fin del “proceso de paz” el fin de ETA. Los sicarios políticos y mentores doctrinales de los descerebrados que matan, han conseguido lo que querían, gobernar. Sabían y saben que su fin estaba cerca, que su proyecto político-macabro no tenía salida, que de alguna manera todo eso debía terminar… ¿Pero gratis? ¿Vencidos? ¿Encarcelados?

Es ahora cuando las promesas que en su día se dieron unos y otros, antes o después del 11 de Marzo de 2004, pueden hacerse efectivas y dar sus frutos:

“Vosotros lanzáis al viento la noticia de que ETA entrega las armas y desaparece; nosotros, como artífices del proceso de paz, lo manejamos sabiamente en la campaña de elecciones y, con este as en la manga, conseguimos de nuevo volver al poder. Lo que venga después –excarcelaciones y demás—la generosidad del Estado y de la Sociedad lo procurará con largueza. De momento ya tenéis vuestro pedazo de tarta bien servido en la mesa del País Vasco”.


Y la sociedad que se rige por normas democráticas ¿en qué situación queda? ¿Y las víctimas? ¿Y la legalidad? ¿Y la cara de Rajoy en el balcón de Génova?
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