Siguiendo con las anomalías de los Evangelios.

¿Por qué unos evangelios ignoran u omiten hechos importantes que otros sí relatan? Dado que está sobradamente demostrado que los sinópticos o bien se copiaron entre sí, o bien dos copiaron de uno o los tres dispusieron de una fuente común, resultan sospechosas tales omisiones o bien no se nos alcanzan los motivos.

Pudiera ser que la comunidad a la que estaba destinado tal o cual evangelio no tenía tragaderas suficientes para admitir o entender determinados relatos. Pudiera ser. Sigo pensando que las gentes de aquellos tiempos no eran tan diferentes a nosotros como estamos dados a pensar, aunque la inmensa mayoría fueran analfabetos.

Los Evangelios se escribieron como material catequético de comunidades muy distantes entre sí y la predicación tenía como base alguno de los tres sinópticos. No creemos que todavía en fechas tan tempranas hubiera copias para aquellos para quienes sabían leer. Simplemente se leían los relatos y luego se comentaban.

Cuánta diferencia con nuestros días, que se dispone de ejemplares del Nuevo Testamento pero la inmensa mayoría no los lee: he leído que se editan o venden del orden de 25 a 30 millones de ejemplares al año.

Por poner unos ejemplos:

  • LUCAS: no incluye los relatos de MATEO sobre la adoración de los tres reyes magos. Tampoco la matanza de inocentes ordenada por Herodes. Tampoco incluye la huida a Egipto. Eso induce a pensar que el primer relato era insustancial; el segundo sabía que era falso; y el tercero que no fue posible o era irrelevante, porque su auditorio “pasaba” de tener interés por Egipto.
  • MATEO: nada escribe de lo que cuenta LUCAS sobre Zacarías e Isabel, ya mayores y ella estéril; cómo le fue anunciado a Isabel que tendría un hijo varón; cómo concibió a Juan el Bautista y cómo nació. Tampoco habla de la visita de María a Isabel; tampoco escribe el “Magníficat” ; ni el “Benedictus”; nada sabe de pastores que acuden a Belén a adorar al niño Jesús; tampoco refiere la presentación de Jesús en Templo y lógicamente nada puede decir de las profecías de Simeón y Ana.
  • Mientras LUCAS dice que Jesús nació en Belén porque habían acudido a censarse desde su residencia habitual en Nazaret (cosa del todo increíble), MATEO hace nacer a Jesús en Belén, porque José y María residían en esa ciudad.

Estos son pequeños ejemplos de incongruencias a las que ningún creyente piadoso da importancia, entre otras cosas porque no se suelen leer los evangelios en columnas. ¿Para qué, dirán?

Y sin embargo esas y otras incongruencias están ahí. Los motivos, ellos los sabrían. Y seguro que también los saben quienes por aquí ramonean de vez en cuando. Por cierto, como despedida, gracias por vuestra presencia espiritual, que sé que rezáis por la conversión de los pecadores (o sea, por mí).

Pero es lo que le digo a mi querida hermana monja, a la que no dejan salir de Filipinas por si porta virus más letales: “Gracias por rezar por mí; eso es signo de que me tienes presente y te acuerdas de mi persona. Otros más cercanos ni de mi cumpleaños hacen memoria, aunque se lo diga Facebook”. Amén.

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