¿Universo? ¿Dios? Perder el tiempo.

Si dicen que Dios es infinito, por la misma razón (1) podemos decir que el Universo es infinito. A decir verdad, ya el mismo concepto de infinito es incomprensible o inabarcable por la mente humana, precisamente por el mismo concepto de infinito; preferible sería referirnos a "todo eso" como "indefinido". Pero decir "eso" de Dios... "Quod gratis afirmatur, gratis negatur". Ellos lo dicen.
Introducir a Dios como necesidad del Universo --dejemos aparte las tonterías laudatorias de salmos y demás-- es solución fácil pero a nadie le pueden prohibir la pregunta subsiguiente sobre él. El Universo es un "factum", está ahí, es observable... aunque imposible de "abarcar" con las técnicas y conocimientos actuales. Dios, sin embargo, no pasa de ser un concepto "creído" pero no demostrado. ¿Por qué no se admite la pregunta lógica que muchos se hacen: "de dónde nace ese concepto"? ¿Por qué se ha de admitir la existencia real de un concepto indemostrado? ¿Por qué no aplicarle el principio universal de la causalidad?
De todo este galimatías, se infieren pocas respuestas, con el añadido de que, con alguna, se pierde el tiempo. Los "límites" y el "inicio" del Universo son conceptos que escapan a nuestro conocimiento. Por ahora.
Coinciden, en la inconsistencia, con el conocimiento que tenemos de Dios y de su presunta relación con el Universo: no sólo escapan a nuestra comprensión "per se", sino que sus mismos tratadistas vienen a decir que no podemos saber nada de Dios sino por analogía.
Creemos que ni siquiera las analogías son admisibles en la relación hombre-Dios: parece que Dios no se rige por leyes –también es una opinión— pero suponemos que respeta las que rigen el mundo (él las estableció, como dicen); no puede haber leyes necesarias sobre Dios o por encima de Dios, como la ley de causalidad; no podemos admitir que Dios "piense" con la lógica del hombre...
Puestos a poner en parangón Universo y Dios, deberíamos terminar diciendo, del Universo, que es, que “ahí está”, pero no conocemos su origen; y, de Dios, que ni conocemos su origen ni sabemos qué y cómo es.
Hablar entonces de su "existencia” es banal, ni siquiera imaginariamente se podría hacer. Si dejáramos hablar al sentido común, deberíamos afirmar que tratar sobre Dios es perder el tiempo.
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(1) La razón de que en el concepto "Dios" ya está implícito el concepto "infinito". Bastaría pensar que también en el concepto "Universo" está implícito el concepto "infinito".