Vocación religiosa: ¿pero qué pasa en el Opus Dei?

Hoy dedica la Iglesia el día al Seminario, a expresar deseos en forma de oraciones, rogativas y súplicas por que crezca el número de entregados a Dios. Entregarse a Dios, buena cosa para quienes están iniciando su proceso de espiritualización, jóvenes que quieren comerse, cambiar, el mundo, repletos de ideales con hueco en sus sesera para que otros se la rellenen con humo.
En otro orden de cosas, los que abandonan. Podría parecer que el resentimiento, por aquello de que son “rebotados” --en los días precedentes hemos hablado de “la Obra"--, anima a aquellos que denuncian el pasado viscoso en que se vieron sumidos”, especialmente en quienes mantienen la Web “Opusdeilibros”, de donde hemos extraído la mayor parte de los datos de artículos dedicados a la vocación y al seminario (Festividad de San José, día del Seminario).
¿Qué pensar? Las preguntas lógicas que cualquiera se hace al leer tales historias no debieran causar turbación en quienes de buena fe siguen dentro de “la Obra”.
1. Primero: ¿es cierto lo que en los escritos de esta Web se dice?
2. Segundo: ¿no hay que conceder igual credibilidad a aquellos que hablan de “la Obra” en un sentido peyorativo como a los otros, los defensores de la misma o los sustentadores de la Web oficial?
3. Tercero: si de personas se trata, ¿no tienen muchos “huidos” de tal institución igual o superior categoría intelectual que aquellos que siguen dentro del redil opusdeísta?
4. Cuarto: cuando aparecen determinadas noticias no del agrado de la Obra, la Institución echa el cerrojo, no contesta a quienes buscan información, imponen el más espeso silencio. Y tildan a todos esos como enemigos del bien, como secuaces del demonio, como adversarios impenitentes.
5. Quinto: entre las característica que definen a una “secta” y las prácticas de esta Institución no existe diferencia alguna (1). VER
6. Sexto: Los suicidios referidos, los encubiertos bajo otro concepto… son indicio de que algo “no marcha” en la Obra.
Un suicidio podría deberse a causas exclusivamente individuales, enfermedad, en una institución que busca la perfección y la felicidad de las personas dentro de un proyecto vital que suscita una gran ilusión entre los jóvenes que acceden a ella. Con el paso de los años, una corporación dirigida al perfeccionamiento del individuo debiera suscitar en su seno personalidades pletóricas, con elevada auto estima personal, colmadas en sus aspiraciones… Las informaciones independientes no reflejan tal estado de cosas.
Dos suicidios en dos años sucesivos son algo alarmante, de personas muy cualificadas, son indicio de algo que ha perturbado gravemente la vida de tales personas. Pero si a eso se añaden testimonios de otras muertes que presumen suicidio o cuya existencia se ha extinguido por falta de aliento vital, lo procedente sería poner en entredicho a esa institución, debiera ser sometida a investigación y, de confirmarse las sospechas, proceder a su supresión.
Un Instituto religioso no debiera ser objeto de sospecha alguna, no debiera ser nunca noticia truculenta, no debiera suscitar recelo alguno. No es el caso del Opus Dei, que desde sus inicios ha sido objeto de controversia. Su trayectoria ha generado las más encontradas opiniones y de su seno han surgido noticias poco menos que alarmantes. Los datos que aporto a continuación están recogidos de la Web citada arriba.
La depresión, y su tratamiento en el Opus, pueden producir una situación tal de impotencia que... la tentación de suicidio comience a presentarse. “Crecientemente veía más claro que la única solución era el suicidio, que la vida no tenía valor para mi ni yo tenía fuerzas para salir de la situación” (acabó suicidándose).
“R”, numerario en Brasil durante veintiún años, escribe: “Las autoridades de la organización son muy diligentes en no dejar que se divulguen entre los miembros las noticias negativas o desalentadoras o, en el caso en que eso no sea posible, dan versiones en las que la organización no aparece como culpable.
C. P., un numerario mayor que hoy está incapacitado para el trabajo. La versión oficial es que el impacto de la muerte de su padre le ha desencadenado problemas mentales.
A.I.C. es un sacerdote mayor, de gran capacidad intelectual. Es visible su fragilidad psicológica y sufre persistentes migrañas. Ha intentado suicidarse ingiriendo una dosis letal de medicinas.
Una madre de familia numerosa, muy ligada a la organización, se tiró por la ventana de la consulta del ginecólogo. Sólo los más allegados sabrán lo que pasó.
Hay entre los numerarios de Brasil casos de depresión que exigen cuidados médicos especializados pero son médicos numerarios, sin especial preparación, los que les atienden y medican… …En “La Cuarta Planta”, (Revista el Siglo, nº 605, 31 mayo 2004), me referí a esa zona de la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra dedicada al tratamiento específico de numerarios y numerarias con enfermedades mentales.
Las informaciones sobre casos de suicidios de miembros del Opus Dei en España crecen a medida que se pregunta a antiguos socios que citan, entre otros, el de una numeraria en Andalucía, JJ.R.R. profesor de Filosofía, que se pegó un tiro en Pamplona…
…N. G. directivo del Opus en Córdoba, gran deportista, profesor de Física en un Instituto que se tiró por una ventana de su casa una noche y se dijo que era un caso de sonambulismo. Según parece, está enterrado en el cementerio de Córdoba con una lápida sin nombre.
“B”, otro ex numerario, cuenta casos de Zaragoza: “Un numerario, J.M., de unos veintitantos años, de una familia con muchos miembros en la Obra, tenía problemas escolares, depresiones y estaba en tratamiento psiquiátrico cuando el servicio doméstico, al entrar por la mañana a hacer la limpieza en el club Jumara de Zaragoza, se lo encontró ahorcado con el cinturón del traje de kárate.
Otro numerario, M.A.R. se cortó varias veces las venas en Miraflores, la residencia de estudiantes de Zaragoza en los años sesenta…
…Un supernumerario médico, de casi ochenta años, A.A., amigo de mi padre, se tiró por el balcón de su casa en Zaragoza.
ALBERTO MONCADA.
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(1) Características que distinguen a una secta:
1. Ser un grupo cohesionado por una doctrina demagógica y encabezado por un líder carismático que pretende ser la misma divinidad o un elegido por ella, o bien un poseedor de la "verdad absoluta".
2. Los dirigentes exigen que sus órdenes sean ejecutadas sin la menor crítica.
3. Exigir una adhesión total al grupo y obligar (bajo presión psicológica) a romper con todos los lazos sociales anteriores a la entrada al culto: padres, pareja, amigos, trabajo, estudios, etc.
4. Vivir en comunidad cerrada o en total dependencia del grupo.
5. Suprimir las libertades individuales y el derecho a la intimidad.
6. Controlar la información que llega hasta sus adeptos, manipulándolas a su conveniencia.
7. Utilizar técnicas psicológicas que sirven para anular la voluntad y el razonamiento del adepto; causándole, en muchos casos, alteraciones psíquicas graves.
8. Propugnar un rechazo total de la sociedad y de sus instituciones. Fuera del grupo todos son enemigos.
9. Tener como actividad principal el proselitismo y la recaudación de dinero.
10. Obtener, bajo coacción psicológica, la entrega del patrimonio personal de los nuevos adeptos y de grandes sumas de dinero.
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