La elevación de la vulgaridad a rango de categoría: Leire Pajín Iraola.

Me está sucediendo en la vida civil –que no civilizada-- lo que me ha pasado con la fiebre santificadora de la Iglesia elevando a los altares a tantos individuos que deberían haber pasado el tamiz del tiempo para cribar virtudes.
Digo lo de los santos porque con sólo haber visto el proceso de santificación del marqués de Peralta...
Pero el asunto de hoy es bien distinto y se sale un tanto del marco referencial de este blog, Religión Digital.
Bien mirado, todo puede ser religión. En los últimos tiempos, hasta la mayor parte de los sacramentos han recobrado su carácter civil. Y viceversa, que se han elevado a la categoría de religión el culto al jefe, los actos de partido, el jefe indiscutible de la tropa adquiriendo caracteres de “dios”, etc. ¿No le llamaban así sus huestes al "missed" Felipe González?
Pero hete aquí que asciende a la máxima categoría profesional --nada menos que en Sanidad, Política Social e Igualdad-- alguien sin oficio ni beneficio civil, LEIRE PAJÍN IRAOLA, nacida el 16 de septiembre de 1976. A sus flamantes 34 años, jefa de unos Ministerios que podrían tener más de 5.000 empleados.
Y respecto al exabrupto de turno, una alegoría sirve al caso: mi hijo --es un decir-- es un "macarra"; está todo el día tumbado jugando a "la play"; al mínimo reproche, grita y se sube por las paredes; las notas no sirven ni para hacer mala música; continuamente me llegan avisos del colegio... Eso lo sé yo, pero que no venga nadie de fuera a "meterse" con mi hijo, que lo majo. Eso ha sucedido con la flamante "ministra" (¿o es "menestra"?). Ha bastado un comentario chocarrero para abrir las puertas de los truenos. Se lo temían.
En una profesión no hay hombres o mujeres, hay personas, hay trabajadores, se supone que "preparados". De la “preparación” para tal cargo de LEIRE PAJÍN IRAOLA… ¿para qué hablar? Parece que los Ministerios son sinecuras a entregar al primero que diga la palabra adecuada en el momento oportuno. ¿Relación profesional con el cargo? Da igual, de eso ya se encargan los subordinados. ¿Ideas? ¿Para qué? Sobran ideas en todos los ministerios. Lo que falta es empuje, juventud, ánimos, palabra encendida, verbo.
De LEIRE PAJÍN IRAOLA no me consta que terminara "Empresariales". No me consta que haya ejercido trabajo civil alguno remunerado. Eso sí, en su curriculum oficial reluce una enorme y dilatada carrera... del brazo de papá y mamá (los hay malévolos que hablan de otras paternidades) y siempre en puestos relacionados con la labia, con la palabra exaltada, con el “mear fuera del tiesto” y con la mala educación. De esto ha dado muestras sobradas. Es el “no saber estar” donde hay que estar; o comprobar cómo reluce “el pelo de la dehesa” cuando menos se espera ni desea.
Tendría esto poca importancia si se tratara de una persona común y corriente. Pero estamos hablando de un Ministerio (en realidad tres); presuponemos miles de personas a su cargo, todas ellas profesionales; de ingentes cantidades de dinero a controlar, repartir o gestionar; de decisiones delicadas que exigen mucha cordura y juicio crítico... Pues hete aquí que nos encontramos con "una tal" LEIRE PAJÍN IRAOLA, persona "digna y honesta" que, dejada al albur de su propio sino, no ejercería oficio alguno dado que no está preparada para ninguno. Lógicamente en la vida civil LEIRE PAJÍN IRAOLA no podría ejercer ni de peluquera. ¿Enfermera tras haber pasado por el Ministerio de Sanidad? ¡Por favor, no insulten al personal sanitario!
Es triste comprobar cómo lo anecdótico prima más que lo esencial. Es anecdótico si Leire tiene éste o esotro aspecto, si su habla es vulgar y sin enjundia alguna, si su cara tiene cierto parecido a quien sea, si sus morrillos... De eso, como mucho, se puede hablar confidencialmente o en charlas de café. Eso sí, lo queramos o no somos hijos de las modas y de las convenciones. Bien lo sabía su ex-colega Fernández de la Vega. Podrán gritar lo que quieran las feministas de turno, pero en “esta sociedad” una mujer desaliñada siempre recibe la reprobación social. ¿Está mal? Quizá, pero esos son los hechos.
Por otra parte, y esto es lo grave e importante, lo que crispa y enerva a la sociedad es que accedan a puestos de relevancia profesional personas no preparadas; saca de quicio que miles de funcionarios que han sufrido una dura oposición para acceder a tal puesto y son competentes en el mismo, tengan que hacer la venia a alguien que no tiene la más mínima idea de lo que se trae entre manos.
En LEIRE PAJÍN IRAOLA se ha cumplido a rajatabla el conocido “Principio de Peter”. Ha traspasado holgadamente el listón de la incompetencia. Consecuencia: el hazmerreír del personal; el tomarla a chirigota; el hacer chistes sobre ella… No, no es eso antifeminismo: ha sido ella misma la que ha accedido a rebajarse como profesional, como persona y como político.
Porque reluce en todo este asunto un efecto de mímesis, el ejemplo social que tal hecho traduce. En muchos ya están calando preguntas y comentarios como "para qué estudiar, para qué trabajar, para qué prepararse, para qué un máster, para qué… Aquí sólo medran tipos como éste, hija de, enchufada por…" Por lo tanto, conseguido un puesto en la Administración, lo importante será lamer el trasero al político de turno.
Menos mal que la sociedad civil se mira en otros espejos más prístinos y menos impregnados de porquería política: la sociedad civil vibra con la proeza de nuestros futbolistas, tenistas o pilotos; admira y toma ejemplo de empresarios decididos que crean riqueza; lee con fruición los éxitos editoriales; en las familias hay un afán de elevar cada día más el nivel cultural de los hijos; quienes buscan ascender profesionalmente realizan cursos y más cursos en la especialidad que les apasiona…
Gentes como J.LUIS RODRÍGUEZ --¿quién es éste sin su segundo apellido?-- o la Sta. PAJÍN sólo consiguen elevar más todavía el nivel de desprecio que ha logrado la clase política en estos treinta años de caída libre. Añádase el descrédito, la falta de confianza y una larga lista de (des)calificativos.
Si unimos a ello que las pocas ideas que tienen están equivocadas...