Tres reyes... ¿o tres estrellas?

Orión. "Los tres reyes".
Celebra hoy la Iglesia de occidente la festividad de la Epifanía (del griego epi-fáinomai), es decir, la manifestación del dios a los hombres. Con un añadido más, la Iglesia celebra la "FESTIVIDAD DE LOS REYES MAGOS" como forma simbólica de hacerse visible ante el mundo.
Aclaremos, por anticipado, que a tales personajes --que no reyes-- sólo se les nombre en Mateo.2 ("Y unos magos venidos del oriente..."), por lo cual la pregunta primera ya centellea en la mente de cualquiera: "¿Cómo hecho tan significado se les pasó por altoal resto de los evangelistas?"
Estos tres personajes "raros" que vienen a adorar a destiempo al "rey nacido" son "magos", no "reyes magos", o sea "astrónomos", o sea "burócratas del zigurat", o sea, "empleados del cielo". ¿Por qué su reconversión en "reyes" y la "tergiversación" del texto "sagrado"? (1)
Nada habría que decir si tomara el relato del evangelista Mateo en el sentido que cualquier lector imparcial y no contaminado por el peso de tanta tradición le daría: una alegoría piadosa. Pero esto jamás lo dicen.
Se obstinan en celebrar como fiesta especial y específica el que tres Reyes de Oriente vinieran al Portal de Belén, hablaran con Herodes, siguieran una estrella-Guadiana, etc. Aunque de hecho el "kerigma", la predicación no incide en aspectos reales, sino en el simbolismo que encierra el relato, no hacen ascos a que la tradición popular se solace con este maravilloso cuento adoratriz. Da igual que fueran magos, reyes o que no fueran: Cristo ha nacido, Cristo es real, Cristo viene a salvarnos, Dios se hace hombre... ¡y vale ya!El mundo pagano, el mundo de la ciencia, se inclina ante él. Más aún, mezclan lo que "dicen" que es real, con lo que podría pasar por real.
Pues cada uno con su "rollo", los unos para meditar profundamente, los otros para seguir cantando "ya vienen los reyes" y los más para sufrir hasta el borde del infarto las infantiladas petitorias, que para eso éste es el "día de la boca" (pedid y se os dará y más si sois niños).
No divaguemos, porque esta fiesta tiene el mismo origen astronómico que el resto de las que rondan el re-nacimiento del sol o de Cristo o de Horus o de Mitra.
Es un desastre ecológico el producido hace más de un siglo: hemos perdido el cielo sustituido por la luz artificial. Ni siquiera somos capaces los urbanitas de imaginar cómo podían ver el "firmamento" quienes nos precedieron y lo que suponía estar situados hoy bajo una estrella y bajo la misma 23h 56' más tarde. Y ver cómo la imaginación veía "liras, leos, canopus, casiopeas..." dibujadas en el cielo. Hoy, con mucho esfuerzo, apenas si podemos ver el Ursus minor por encima del Ursus maior.
Una de las Constelaciones que mejor pueden observarse en el horizonte Sur de nuestro invierno septentrional es la de Orión. En la foto adjunta se muestra dicha constelación con las estrellas más "sobresalientes" a simple vista: Betelgeuse, arriba la izda; Rigel, abajo a la derecha; Bellatrix, la tercera en luminosidad, arriba a la derecha; en el centro, tres estrellas que forman el "cinturón o ceñidor" de Orión, el cazador. Para completar la figura, a la derecha en vertical, varias estrellas menores formando la espada que empuña el cazador (¿Que no se ve tal cazador? "Hombres de poca imaginación ustedes, ¿es que no ven la figura de un cazador?")
Para ver a Orión, basta levantar nuestros ojos en invierno hacia el cielo del sur, para encontrar la constelación sin dificultad. En el centro de la constelación, tenemos tres pequeñas estrellas, que se conocían desde siempre como los "Tres Reyes Magos" o las "Tres Marías" o el "Cinturón de Orión".
Un paso más. Hay una estrela, la estrella más brillante del firmamento, visible perfectamente en los cielos invernales como se pueda ver Venus o Marte, que es SIRIO, también en el horizonte S-E. [Es la ventaja de poder gozar del cielo en cualquier pueblo castellano y contrastar datos con realidad visual]
Viene ahora el dato --curioso para el profano de hoy, que no para el antiguo, y alarmante para el crédulo convicto--: en el lento declinar del sol hasta casi su desaparición el 22 de diciembre, hay un momento en que Sirio y, allá arriba, algo alejadas, las tres estrellas que forman el cinturón del Cazador Orión, están alineadas de tal manera que, trazando un vector, éste termina en el punto justo donde el día 25 de diciembre aparece el sol en el horizonte.
¿Qué indica todo eso? Intelligenti patet. Pero los hay que no quieren dar su brazo a torcer y siguen "meditando" en el sabroso relato de la Adoración de los Reyes. Pues tendremos que remitirles a Ockam y su famosa navaja dando a elegir entre varias posibilidades.
Después de todo este farragoso alegato astronómico, se nos presenta una quíntuple explicación de tal relato evangélico, con la correspondiente elección:
a) Unos dirán que Sirio es la famosa "estrella de Belén"; "los tres magos de Oriente", las tres estrellas de Orión; "el camino que lleva a Belén", la línea imaginaria que une Sirio con "los tres reyes" y que conduce al lugar donde renace el sol, Belén, 25 de diciembre.
b) Otros dirán que Mt.2 es un relato real, bien que tergiversado posteriormente. Dado que Mateo es palabra de Dios, es revelación, es Nuevo Testamento, los magos fueron reales... si no, ¿cómo iban a hablar con Herodes, que también es personaje histórico?
c) Otros buscarán hechos científicos para confirmar el cuento. Pudo suceder el advenimiento en ese tiempo de un cometa ¿Halley?... A decir verdad esta opción cae por absurda: ¿Y unos magos o científicos astrónomos caldeos --versados como nadie en eso de "estrellarse"-- lo van a seguir a ver dónde concluye su periplo?
d) Y los habrá que se conformen con decir que todo eso es algo simbólico; que expresa el reconocimiento del mundo rendido ante el hecho sorprendente y magnánimo de un Dios que se hace hombre.
e) Pero la gran mayoría acepta lo que hay, lo oye, no piensa en ello... Parecen decir sin que lo digan: ¿Y qué importa todo eso, hecho astronómico o relato mítico? Hoy se celebra la fiesta de los niños; los padres "paganos" --ya no de "pagus" sino de "pagos"-- se convierten en reyes por un día (y esclavos durante varios).
Pero volvemos a lo mismo: ¿qué explicación es más verosímil, creíble y aceptable? Entonces, ¿por qué la Iglesia pretende juntar simbolismos con realidades, en misturas imposibles? ¿Por qué tanta parafernalia entre profana y religiosa?
E insistimos: ¿Cual es más creíble de las cinco posibilidades?
Aplíquese, sí, aplíquese la "navaja de Ockam".
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(1)El nombre y condición procede de un Evangelio apócrifo (si lo era, por tanto falso, ¿por qué la Iglesia les dio luego carta de naturaleza?). Según dicen, estos tres "reyes" fueron convertidos al cristianismo por Tomás, en Saba, llegaron a ser obispos, murieron mártires hacia el año 70 y sus cráneos pueden "admirarse" en el Santuario de los Tres Reyes, en Colonia. ¡Criaturas! Y durante siglos así lo creyeron gentes de buena fe, dado que "lo habían dicho personas dignas de crédito", clérigos ellos.