Parecería un tema intranscendente que hoy a casi nadie interesa pero... ¡está ahí! Se sigue celebrando, le dan carta de naturaleza, lo llenan de alta teología y supone el comienzo de todo. Oteando el horizonte sacro desde cierta lejanía mental, podemos considerar tal hecho con un cariz irónico, pues de otra manera deberíamos ahondar en anti teologías de nulo interés polémico. Más que nada porque hay días en que la sesera no encuentra aliciente para pergeñar algún párrafo digno de decirse tal.
[Tema habría con lo sucedido en Cataluaña, pero éste y similares no queremos que sea asunto de nuestra competencia. Mi comentario en algún foro: "Por menos de lo sucedido ayer, Milans, Tejero y Armada purgaron años de cárcel"]
[Tenía otro "in mente", pero ya hay suficiente con la página Web correspondiente: hoy celebra sus 398 años de existencia una hermandad laica, formada por prohombres de alta alcurnia, abolengo y nobleza, bien que ligada a la Iglesia y dedicada a hacer el bien entre los pobres, a socorrer a los hambrientos y a recoger a niñas abandonadas a su suerte en aquel Madrid de 1615: HERMANDAD DEL REFUGIO. Visiten su página Web]
Míralo: es la placidez del que siente que ha sido despojado del pecado de Adán y se ha revestido de Cristo e incorporado a su Cuerpo Místico. Se le nota hasta en el chupete.
Pero voy a mi caso, a mi súbita revelación. Acudo al supermercado, estoy metiendo los tomates en el carro de la compra y, de repente, el destello de que estoy bautizado: ¡cataclismo emocional!.
In ictu temporis noto vibrar mi espíritu, mi ánimo da saltos de alegría, se esponja mi corazón, estoy tentado de gritar, de comunicárselo a todos cuantos esperan en las cajas... El credo se ha fundido con el humanismo.
Tal acción lavó mis impurezas y perdonó mis pecados, efundió el Espíritu Santo sobre mí, fui circuncidado en Cristo, mi hombre viejo fue destruido, fui revestido de Cristo, pertenezco a Él [con mayúscula, que la gramática ha de ser respetuosa con Dios], recibí una nueva existencia, la escatológica, fui incorporado a la comunidad de salvación...
Al punto recobro la calma, cierro los ojos, aspiro profundamente y me digo: ¿Quieres provocar la carcajada general?
Recapacitemos: lo que para unos es mero recuerdo de una fiesta, memoria hecha fotos, es vivido por otros como esencia transmutada de la caracteriología individual, según expresión teológica.
Pero la vivencia me sigue reconcomiendo: "El que va al supermercado es la misma persona que el bautizado; no hay dos naturalezas, no se pueden disociar". Ya. Es ahora cuando surge el humanismo sin credo.
El bautizado no sabe que lo bautizaron aunque vive del hecho de que se lo dijeran; o lo sabe por haber visto el acta baustismal; o revuelve las fotos del evento... Para la inmensa mayoría, eso es el bautismo.
Infeliz --dirá el teólogo--, no sabes que “eso” es un componente esencial de tu espíritu y que no puedes dejar de serlo jamás por los siglos. Podrás renegar, apostatar, borrarte de los archivos... pero siempre llevarás sobre ti la impronta del bautismo.
Pues no señor. Para el bautizado el carácter que aporta el bautismo estriba en eso, en el hecho intrascendente de no poder olvidar que alguna vez le echaron agua por la cabeza.
No diferente a como si, feliz de haberlo sido, dijera: Yo pertenecí al Club de Mus de mi pueblo y tengo carnet de socio. Y más hoy día, que recibes tarjetas mil, con puntos incluidos, para ser miembro virtual de cualquier entidad económica que se precie. Sugerencia para bautismos.