"Lamentablemente, algunos sectores de la Iglesia española no disimulan nada sus simpatías por estos grupos" La Iglesia alemana "barre" a los neonazis de los lugares diocesanos

"Los obispos alemanes, en el mes de febrero del año pasado dieron a conocer un documento donde afirmaban que 'el nacionalismo étnico y el cristianismo, son incompatibles'"
Estoy de acuerdo con el artículo de Jesús Martínez Gordo, donde que "sería deseable que los obispos españoles excluyesen a los militantes de este partido “de las diversas instituciones eclesiales"
"Y es que algún obispo (sin ningún tipo de disimulo), parece militante de VOX"
"Recordemos que el papa Francisco dijo, con audacia profética, que 'rechazar a un inmigrante es un pecado grave'"
"Y es que algún obispo (sin ningún tipo de disimulo), parece militante de VOX"
"Recordemos que el papa Francisco dijo, con audacia profética, que 'rechazar a un inmigrante es un pecado grave'"
Los obispos alemanes, muy preocupados por el auge de la extrema-derecha y con el recuerdo del horror del nacismo que vivió este país, en el mes de febrero del año pasado dieron a conocer un documento donde afirmaban que “el nacionalismo étnico y el cristianismo, son incompatibles”(Religión Digital, 26 de abril de 2024). Es por eso que, con valentía, el episcopado alemán decidió expulsar de las funciones en los órganos diocesanos, a los partidarios de la extrema-derecha.
Estoy de acuerdo con el artículo de Jesús Martínez Gordo, “Sobre VOX: una sugerencia a los obispos españoles” (Religión Digital, 9 de septiembre de 2025). Según el autor de este artículo, sería deseable que los obispos españoles excluyesen a los militantes de este partido “de las diversas instituciones eclesiales”. Como dice Jesús Martínez, “me gustaría contar, cuanto antes, con una postura tan clara y tan valiente como la de los alemanes”. Aunque creo improbable que esto ocurra. Recuerdo que hace muchos años (y, es verdad que una parte del episcopado español ha cambiado para bien), el P. Hilari Raguer, monje de Montserrat, en una entrevista en La Vanguardia, dijo, ante el escándalo de algunos, que “la mayor parte de los obispos españoles son neo-franquistas”. Alguien puede dar nombres y diócesis. Y es que algún obispo (sin ningún tipo de disimulo), parece militante de VOX.
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"Y es que algún obispo (sin ningún tipo de disimulo), parece militante de VOX"

A diferencia del episcopado alemán, algunos sectores de la Iglesia española, que, como he dicho antes, no disimulan nada sus simpatías por estos grupos y que incluso flirtean con ellos, el vicario general de Trier, el P. Ulrich von Plettenberg, dijo que “quien represente a un partido que difame, insulte, acose o niegue el derecho de asilo a personas por su origen, lengua, religión o cultura, no es aceptable en el servicio de la Iglesia”. En el País Valenciano y en Cataluña tenemos muchos ejemplos (y muy claros, de grupos que difaman e insultan a los inmigrantes y a los pobres. ¿O no recordamos las palabras de un dirigente político que afirmaba que se “había de hundir el Open Arms”? ¿O deportar a millones de inmigrantes del estado español?
"En el País Valenciano y en Cataluña tenemos muchos ejemplos"
También la diócesis de Münster decidió que “los extremistas no pueden formar parte de los consejos parroquiales”. Y es que a diferencia de lo que piensan algunos obispos españoles, “el Evangelio no es apolítico”, como afirmó el obispo de Magdeburg, Gerhard Feigee. Y es así: ni el Evangelio ni la Iglesia no son apolíticos, pero a la vez, sí que han de ser apartidistas y no apostar por un grupo político o demonizar a un gobernante, como hizo el P. Julián Lozano, delegado de Medios de Comunicación Social de la diócesis de Getafe, cuando dijo: “Ojalá el Sr. Sánchez deje su cargo ya. Es responsable de usar la mentira como principal estrategia política. Basta ya”.
Los obispos alemanes como el de Hamburgo, Stefan Hesse, dijeron que ante el aumento de la extrema-derecha, “no podemos quedarnos de brazos cruzados, mientras un partido intenta abolir la democracia”. Cómo nos gustaría oír también en el episcopado español, unas afirmaciones como las que hizo el obispo de Hamburgo.
Cabe que recordemos que en mayo de 2020, con motivo de los 75 años del final de la II Guerra Mundial, los obispos alemanes dieron a conocer un documento sobre el papel que tuvo la jerarquía alemana durante el nacismo. Aquel texto de hace cinco años, era un “mea culpa” de los obispos de Alemania por la actuación cobarde de sus predecesores, que apenas reaccionaron ante “los escandalosos crímenes contra aquellos que fueron discriminados y perseguidos como extranjeros, especialmente los judíos”. Por el contrario, en el estado español pocos obispos han pedido perdón por la simpatía y la colaboración de sus predecesores con el franquismo.

Conscientes del peligro que supone el ascenso de la extrema-derecha, los obispos alemanes no miraron hacia otro lado, ni se ampararon, repito, en una falsa neutralidad (tan invocada por algunos obispos españoles, cuando les conviene), ya que como decía el obispo Desmond Tutu, “si eres neutral en situaciones de injusticia, es que has elegido el bando opresor”.
"Como decía el obispo Desmond Tutu, 'si eres neutral en situaciones de injusticia, es que has elegido el bando opresor'"
Desgraciadamente en el estado español, como ha dijo el teólogoJuan José Tamayo, “está naciendo una nueva alianza entre grupos de derecha extrema y de extrema-derecha y de movimientos cristianos integristas, donde se tejen los discursos de odio, estableciendo la dialéctica amigo-enemigo en los terrenos de la política y de la religión”. Además, como dijo también Tamayo, “los movimientos religiosos integristas (con la bendición de algún obispo), se alimentan del odio, en contradicción con los principios del Evangelio”. Por eso el que fue religioso marianista, Daniel Pajuelo, decía con toda la razón del mundo: “Lo que más me preocupa es la continua identificación de la derecha con la Iglesia”. De aquí que hace un año largo, sabíamos que “PP y VOX citarán a Flores y grupos católicos para defender sus leyes en las Cortes Valencianas” (Levante, 2 de mayo de 2024), en una mala copia del nacionalcatolicismo. Como el que representa (si todavía sigue en esta delegación) el P. Julián Lozano, delegado de Medios de Comunicación de la diócesis de Getafe, que se atrevió a escribir en las redes sociales y sin el menor pudor: “Ojalá el Sr. Sánchez deje su cargo ya. Es responsable de usar la mentira como principal estrategia política”. I el P. Lozano acababa con un rotundo un: “Basta ya” (Religión Digital, 25 de abril de 2024).
Ante la demonización de la inmigración que hacen las derechas, el dominico y actual obispo de Sant Feliu de Llobregat, Xabier Gómez, que fue director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, dijo, con valentía, que “un católico no puede comulgar con el racismo y la aporofobia” (Religión Digital, 6 de mayo de 2024).
Por eso a aquella parte de la jerarquía española, que no disimula nada su flirteo con grupos intolerantes, le iría muy bien aprender del teólogo Johan-Baptist Metz, crítico con una religión aburguesada, cuando instaba al cristianismo a ser “un agente de cambio ante la injusticia que impera en el mundo”. Y también el monje trapense, Thomas Merton, decía: “Yo hago de mi silencio monástico una protesta contra las mentiras políticas y las falsas propagandas”. Y es que “el cristiano ha de comprometerse a transformar la injusticia de la sociedad”. Y no ha de reír las “gracias” a la derecha extrema y a la extrema derecha, con sus políticas sociales y migratorias totalmente antievangélicas.
Recordemos que el papa Francisco dijo, con audacia profética, que “rechazar a un inmigrante es un pecado grave”.

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