Córdoba estaba anunciado en esta torre desde hace tiempo.

Ya no recuerdo que día de octubre o primeros de noviembre hice una velada alusión a la confidencia del cardenal Re que Don Antonio Lasierra captó inmediatamente. Y así lo dijo en un comentario cuya fecha seguro que tendrá la amabilidad de facilitarnos. El 14 de noviembre ya os dije que estaba designado el obispo de Córdoba, Distrito Federal. Si Don Antonio corta un pelo en el aire en esta ocasión ya no tuvo que resolver ningún complicado jeroglífico. Distrito Federal, D.F., Demetrio Fernández. Y el 27 de noviembre, hace exactamente un mes, habiéndome levantado la reserva Su Eminencia Reverendísima, pude publicar que Don Demetrio sería el nuevo obispo de Córdoba. Una vez más los lectores del Blog fueron los primeros informados.
Ahora estoy preocupado por Aragón. Tenía cuatro obispos extraordinarios hasta el punto de que no había región española que se le acercara. Pues ya sólo le queda uno. El de Teruel y Albarracín, monseñor Lorca. Los otros tres tienen destino adjudicado. Y hasta pudiera ser que Don Demetrio no fuera el primer traslado que conociéramos. Porque Don Manuel Ureña y Don Jesús Sanz también se van.
De tener un episcopado pésimo pasó Aragón a tenerlo magnífico. Pero han sido muy pocos años de labor y aquello estaba arrasado. En Zaragoza, en Huesca, en Jaca, en Tarazona y en Teruel florecían ya hermosamente los almendros en gozosa anticipación de primavera. Cualquier helada puede acabar con la floración. Y el fruto no llegaría. Confiemos en Dios y en el cardenal Re. Y que los que vengan al menos se parezcan a los que se van. Sería trágico matar las ilusiones eclesiales renacidas.