Habló el arzobispo. Pues casi mejor callado

Por fin hubo en Badajoz un acto de desagravio por las fotografías blasfemas. Que tuvo que organizar la Junta de Cofradías seguramente abochornada por el silencio del Pastor.

En una parroquia porque la catedral debe estar para otras cosas. García Aracil habló un poquito con ese motivo. Y regular. Se alegró de que el acto se debiera a una iniciativa seglar. No entiendo por qué. Pienso que la iniciativa y la convocatoria debió ser del obispo. Pues esas cosas van incluidas en el sueldo. Pero se ve que él prefiere pasar lo más desapercibido posible. Y que si alguien tiene que molestar algo a las autoridades mejor que sea otro.

Protestó un poquito por las blasfemias pero nos dijo que lo verdaderamente importante era perdonarles. Y el final es ya de traca, al menos según el medio del que tomo la noticia. Después del perdón, bronca a los católicos. Porque "no han sido suficientemente valientes en la defensa del nombre de Dios, de la Santa Madre Iglesia, de la Verdad evangélica, de la Santísima Virgen y de las acciones sagradas, tantas veces sometidas a la crítica arbitraria, a la ironía e incluso el desprecio".

Así, cómo lo oyen, quienes han acudido al desagravio no han sido suficientemente valientes. El valiente sin duda ha sido él. Vamos, como para que le llamen a partir de ahora Santiaguín matablasfemos. Es que no deja uno sano. Ve un blasfemo y lo primero que hace es ocultarse en su palacio, después le perdona y por último abronca a quienes han protestado de las blasfemias por cobardes. ¿Habrá enloquecido este arzobispo?
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