¿Dónde están los arzobispos de España?

Pero siempre han sido los arzobispos el paradigma episcopal. A ese rango llegaban los prelados más insignes, con más nombre y con más eco de la Iglesia hispana. Ellos eran su gloria y su retrato. Yo sé muy poco de años antiguos. Pero, de los que sé, puedo hacer una insigne galería de arzobispos de España. Gloriosísima. Fray Veremundo Arias Teixeiro, Inguanzo, Fray Rafael de Vélez, Costa y Borrás, García Cuesta, Moreno Maisonave, Spínola, Aguirre, Reig, Segura, Gomá, Pla y Deniel, Quiroga, Don Marcelo... Por citar sólo a algunos. Y no me duelen prendas si tuviera que nombrar también a Vidal y Barraquer o a Enrique y Tarancón.
Hoy los arzobispos han desaparecido. Y eso no es bueno para la Iglesia hispana. Hemos perdido referencias importantes y nos hemos sumido en la mediocridad.
Solamente tenemos tres arzobispos. Los demás no existen. Nadie sabe quienes son. Alguno puede ser noticia pero sólo por unos días. Pasados esos se olvida hasta su nombre.
Curiosamente los tres arzobispos que parece existen en España son todos cardenales. Don Antonio María Rouco, Don Carlos Amigo y Don Antonio Cañizares. Creo que les he nombrado por su promoción cardenalicia.
Son los tres distintos pero creo que no distantes. A mí me caen muy bien los tres. Aunque bien sé que algunos visitantes de este Blog no entienden en mi persona alguno de esos afectos. Pero el corazón es el corazón. Y los tres son arzobispos. Quiero decir que ejercen como tales. Y se les nota.
¿Los demás, existen? En mi opinión, no. Y eso es muy grave para la Iglesia de España. Que no tiene cabeza. O que sólo tiene tres cabezas. Dos de ellas próximas al retiro.
El arzobispo de Barcelona, Martínez Sistach, es la nada con sifón. Parece que su único interés es pasar desapercibido a ver si le cae un capelo. Y con ello sólo consigue que queden más al aire sus vergüenzas. Bastante notables.
El otro arzobispo catalán, el de Tarragona, está todavía por estrenar pese a llevar ya algún tiempo al frente de la archidiócesis histórica catalana. Ni se sabe ni contesta. Algún amigo me dice que lo está haciendo bien, que es muy largo y que no piensa en el hoy sino en el mañana. Quiero creérmelo. Pero me gustaría verlo aparecer aunque sólo fuera un visto y no visto.
Don Agustín García-Gasco, arzobispo de Valencia está esperando su relevo que se producirá en los próximos meses. Tal vez mañana mismo. Creo que en todo momento fue una figura digna pero de bajo nivel.
Y en esta vuelta a España llegamos a Granada. El arzobispo que está en todos los titulares. De momento. Porque todas sus actuaciones son muy locales. Y por tanto efímeras para el resto de España. Yo he sido crítico con Don Javier Martínez en actuaciones anteriores. Creo que últimamente está donde debe estar. Dignamente. Pero, ante tanto escándalo farisaico, no puede ser hoy figura arzobispal de relevo de los tres arzobispos con eco en la Iglesia hispana.
Y llegamos a Sevilla. Pues Don Carlos es Don Carlos. No pasa desapercibido. Ahí está.
A Badajoz ha llegado Don Santiago García Aracil. Contestadísimo. También por mi. ¿Nada incluso sin sifón?
Sin sifón también la nada de Braulio en Valladolid. No existe. Y mi archidiócesis de origen. Don Julián Barrio bis. Pues tampoco. Muy buena persona, eso sí. Y, ¿después qué? ¿Va a haber Romaxe este año?
Don Carlos Osoro, arzobispo de Oviedo, lo tenía difícil. Y era una gran esperanza. ¿Sigue siéndolo? ¿Está deseando su traslado?
Don Francisco Gil Hellín, en Burgos, creo que es una buenísima persona y posiblemente un buen arzobispo de la archidiócesis más humilde de España salvo la castrense. Pero, ¿sabe alguien, salvo sus curas, quién es Don Francisco?
El nuevo arzobispo de Pamplona, simpático y bueno donde los haya, creo que ha sido llevado al matadero. Ojalá me equivoque. Y que con su buen hacer sea capaz de hacerse con el arzobispado.
A Don Manuel Ureña, en Zaragoza, se lo ha tragado el Ebro. Era un obispo preparadísimo, una fuerza de la naturaleza y la gran esperanza de la Iglesia hispana. Se ha perdido. Nadie sabe donde está. Yo no me lo creo. Se habrá tomado algún tiempo sabático. Por los motivos que sean. Pero volverá. Seguro que el cuerpo se lo va a pedir. Ojalá sea pronto.
Ya sólo me quedan los arzobispos del centro de España. Madrid, Toledo y el castrense. Este último está vacante y tiene muy escasa importancia. Los otros dos arzobispos, con Don Carlos en Sevilla, son los únicos arzobispos que existen. Para bien o para mal. Yo no necesito decir que en mi opinión para muy bien. Pero cada cual opina como quiere. Yo ya he opinado.