Un bombazo en Alemania.

Es cardenal seguro en el próximo consistorio. Que previsiblemente no ocurrirá hasta fines de 2009 o en 2010. En diciembre de 2009 Benedicto XVI contará con siete vacantes en el Sacro Colegio que serán dieciocho en noviembre del año siguiente. Contando sólo las bajas que se producirán por llegar a los 80 años los cardenales con voto en Cónclave más viejos del Colegio Cardenalicio. Cabe suponer algún fallecimiento de cardenal con menos años por lo que dicha cifra podrá aumentarse en uno, dos o tres.
Monseñor Marx, nacido en Geseke, archidiócesis de Paderborn el 21 de septiembre de 1953, va a ser uno de los cardenales más jóvenes de la Iglesia. Si hubiera recibido el capelo en el pasado consistorio, cuando aún no era arzobispo de Munich, sería el benjamín de los purpurados pues el más joven de estos, el húngaro Erdö, creado por Juan Pablo II, es un año mayor que el alemán.
La anécdota, sin mayor trascendencia, es que este Marx viene de Tréveris, cuna del Marx más famoso de la historia. Pero eso es sólo una casualidad simpática. Lo importante es que para suceder a un gran cardenal como Wetter, muy conservador, el Papa ha designado a quien era seguramente el obispo más tradicionalista de la Iglesia germana. Simpático, extrovertido, populista, feliz entre sus fieles y sus fieles con él, a quien es fácil encontrarlo en un campo de fútbol -en la foto que ilustra el artículo le vemos con la bufanda del Trier-, y no es raro tropezárselo en una terraza con un puro en la boca y consumiendo con otros sacerdotes o unos laicos unas botellas de vino renano. Costumbre que seguramente tendrá ahora que cambiar porque en su nueva archidiócesis impera la cerveza.
Pero a esas cualidades personales de facilísimo y campechano trato une una más que notable energía y firmísimas convicciones. Quienes pretenden una reeforma de la Iglesia encontrarán en él a un decidido partidario de la misma. Hace unos tres o cuatro años declaró que la Iglesia precisaba una reforma desde el interior de la institución. Y la definió con absoluta precisión desde cuatro bases:
-El redescubrimiento del Evangelio volviendo a escuchar la Palabra de Vida.
-El puesto central de la Eucaristía y la adoración al Santísimo.
-La unión a la Iglesia visible y al Papa.
-La espiritualidad mariana.
Creo que Benedicto XVI ha dado al cardenal Wetter un extraordinario sucesor. Señalando al mismo tiempo lo que quiere para el catolicismo alemán. La larguísima línea Lehman, pues con Kasper parece que ya se ha hecho y Sterzinsky cuenta poco, puede comenzar a quebrarse, Y quizá fuera un Papa alemán el destinado a ello pues los polacos siempre levantan recelos allí.
La sustitución de Wetter era preocupante pues la línea tradicional apenas quedaba representada por el cardenal de Colonia, Meisner (1933). Frente al trío Kasper (1933), Sterzinsky (1936)(Berlín) y Lehman (1936) (Maguncia, Mainz). Como hemos dicho a Kasper no le han sentado mal los aires romanos y nos parece hoy en una posición bastante más moderada de la que había mantenido.
En el último consistorio el nombramiento cardenalicio del curial Cordes (1934) reforzó sin duda el sector conservador. Lo de ahora con Marx viene a remachar lo que parece una decidida opción de Benedicto XVI sobre su Iglesia natal.
Creo que estamos ante una noticia muy importante.