La carta del obispo Williamson ya es pública.

Como ya ha señalado algún comentarista la carta dirigida por el obispo Williamson al cardenal Castrillón ya es pública. Y coincide exactamente con lo que habíamos adelantado en el Blog.

Creo sinceramente que es muy respetuosa con Su Santidad y que a esa actitud actual es a la que hay que estar y no a posiciones anteriores sobre el Papa. Personalmente creo que sus palabras a la televisión además de imprudentes eran falsas. Yo estoy convencido del genocidio de los judíos por el régimen nazi. Si él no lo está, o lo disminuye a unas cifras insostenibles, es que no está bien informado. Pero eso no es un tema eclesial. Como si un obispo se empeñara en sostener que dos y dos eran cinco. Será un ignorante en matemáticas pero eclesialmente no es excomulgable por ello. Por mucho que se empeñen algunos.




Eminencia:

En esta tremenda tormenta mediática provocada por mis declaraciones imprudentes a la televisión sueca, le ruego que acepte, con el debido respeto, mi sincera contrición por haber causado a usted y al Santo Padre tanta aflicción y problemas innecesarios.

En cuanto a mi respecta, todo lo que importa es la Verdad encarnada y los intereses de Su única y verdadera Iglesia, sólo por la cual podemos salvar nuestras almas y dar gloria eterna a Dios todopoderoso, en nuestra pequeñez.

Sólo tengo una cosa que decir, de Jons I,12: "Levantadme y echadme al mar, y se os calmará; pues yo sé que es por mi causa que os ha sobrevenido esta gran tempestad".

Le ruego igualmente que acepte y transmita al Santo Padre mi más sincera gratitud personal por el decreto firmado el pasado miércoles y publicado el domingo.

Muy humildemente celebraré la Misa por ambos.

Sinceramente en Cristo,

+Richard Williamson

27 de enero de 2009


Rogaría a los dos o tres que se han empeñado en sostener tesis análogas a las de Williamson que no nos las repian de nuevo. Ya se las hemos oído suficientemente. Y habrán comprobado que la gran mayoría de los comentaristas no las comparten.

Esta animadversión a los judíos, en la que hoy se unen la extrema derecha con la extrema izquierda, lo que no deja de ser curioso, a mí personalmente me parece impresentable. No me cabe duda que hubo, y hay, judíos pérfidos. Pero ese odio a los judíos es absurdo en quienes tienen por Dios a Nuestro Señor Jesucristo, veneran a su Santísima Madre y tiene entre los más grandes santos de la Iglesia a José, Juan el Bautista, Pedro, Pablo, Santiago, Juan, Andrés... Lo quieran o no todos los católicos somos de algún modo judíos.
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