Que el "malo" es Uriarte, no Rouco

RD culpa a Rouco de la "censura". Luis Fernando Pérez Bustamente nos dice que consultadas fuentes eclesiásticas puede asegurar que la prohibición no es de Rouco ni de la Conferencia Episcopal sino del ordinario de Pagola, Uriarte.
Estamos ante algo muy importante. Parece evidente que cuando se ordena retirar el libro, con el más que notable quebranto económico que ello supone para la editorial ¡de los claretianos!, es que contiene mercancía averiada.
Y que ello lo haga el amigo de Pagola sólo se puede entender como un intento de paralizar otras actuaciones que todavía dejaran en peor lugar al exvicario de Setién y probablemente por algún tiempo de quien ahora le prohibe difundir el libro.
Cómo han quedado todos los que se lanzaron a cantar sus excelencias. Recuerdo a aquella monjita pagolera cuyo nombre no vamos a recordar extasiada con el texto. Pues se ha quedado con sus vergüencillas al aire. Que es donde no deben estar las vergüencillas de una monja.
Pero todo eso, con ser muy importante, no es nada comparado con lo verdaderamente trascendente. Le han pelado las barbas a Pagola y sus vecinos pueden empezar a poner las suyas a remojar. Se ha comenzado a hacer lo que se tenía que haber hecho hace muchos años. Los sacerdotes tienen que expresar la doctrina de la Iglesia. Para negarla ya están otros. O ellos mismos pero saliéndose. No desde dentro. Si se han terminado los tiempos de los submarinos enemigos y de los caballos de Troya esto va a cambiar mucho. Y a mucho mejor.
Hablaba yo ayer de los que no quieren que se hable. Hoy se entiende muy bien. Porque se nos escucha. Y se les termina el chollo.