Los obispos de Galicia tendrían que decir algo.

Ayer daba cuenta de como una página web alemana se hacía eco de la escandalosa misa de la Romaxe. Hoy mismo veo que en una de habla inglesa, Rorate caeli, el mismo hecho ha causado indignación, multiplicándose los comentarios en su contra.

Galicia ha saltado a la opinión católica del mundo y no precisamente para bien. Cierto que los protagonistas de estos actos son unos curas, algunos en activo y otros secularizados, y unos seglares.

Los nombres de unos y otros no dicen nada ni siquiera en Galicia. En el resto de España y fuera de ella todavía menos. Aramburu, Carballo, Victorino Pérez, Chao..., sujetos unos a sus obispos y secularizados otros son nombres que apenas nadie retiene en la memoria.

Tampoco es que suenen mucho los nombres de los obispos que pastorean Galicia, tan opacos todos o casi todos, pero ellos son los responsables de lo que ocurre en sus diócesis.

Tantos años de silencio sobre unos hechos que conocían de sobra parecen dar a entender que había una especie de pacto entre obispos y curas: No arméis mucho follón y miramos para otro lado.

Pues el follón se ha armado y ya no vale llamarse a andana. Tendrán que decir algo. Ya les está mirando mucha gente. Aquí y en el extranjero. Nadie les va a creer el yo no sabía... Pero hasta ahora no se lo habíamos dicho.

Esperamos que digan algo. Porque de no hacerlo se van a aburrir de que les preguntemos un día sí y otro también por qué siguen tolerando semejante trapallada.
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