Marta y María: hospitalidad, hospicio, huesped, hospital: todo muy humano y cristiano

- Hospitalidad.
Las lecturas de hoy: (Génesis - Abrahán) y el Evangelio (Marta y María nos hablan de acogida y hospitalidad. Acogida y hospitalidad de Abrahám así como de Marta y María.
Abrahám recibe a aquellos tres hombres y les da lo mejor que tiene: les acoge en su casa, en su tienda, se sienta con ellos, les ofrece pan y carne. Abrahám era un hombre hospitalario.
Abrahám, atendiendo a aquellos tres hombres, estaba acogiendo a Dios mismo. Poéticamente se ha interpretado en la historia de la Iglesia, que las tres personas que Abraham acogía eran la Trinidad de Dios. (Como se dice en italiano: se non é vero, é ben trovato: si no es verdad, está bien hallado y dicho).
Pueda que tal afirmación -acoger a Dios- no sea de mucha precisión dogmática, pero sí de gran sentido cristiano.
Jesús nos dirá que cada vez que acogimos y dimos pan a un hambriento, o cada vez que visitamos y ayudamos a un enfermo, a un necesitado, a Él mismo se lo hicimos.
Abraham fue hospitalario con aquellos tres hombres (con Dios). Lo mismo hacen Marta y María que acogen en su casa a Jesús.
Es una actitud noble, humana y cristiana saber acoger a los demás: en la vida familiar, en la amistad, en situaciones de dificultades, debilidad y sufrimiento.
- Corren tiempos de acogida.
Siempre han habido migraciones. En la misma tradición bíblica se repite un cantus firmus: “no maltrataréis ni oprimiréis al extranjero, porque extranjeros fuisteis vosotros en Egipto” (Ex 22,21)”. Ya entonces, 1.350 años antes de Cristo, había desplazamientos migratorios.
+ En tiempos no lejanos -que muchos de nosotros hemos conocido- hubo mucha emigración por motivos políticos.
+ Por los años 1960’ muchos españoles, italianos, portugueses, turcos, yugoslavos, griegos, etc. emigraron a trabajar a países europeos…
+ En estos momentos estamos viendo y viviendo grandes movimientos migratorios: África, Latinoamérica, China, Ucrania, etc…
+ Estos mismos días entre nosotros un grupo de malienses (Malí) vive en la calle en el barrio de Amara.
La hospitalidad es anterior e infinitamente más importante que los “papeles” y que la legalidad o ilegalidad que permite -o no- una ideología, unos partidos, etc. La hospitalidad es muy anterior y más noble que la “pureza étnica”.
Sin embargo el Mediterráneo sigue siendo un cementerio. Algunas ideologías propugnan la “deportación” de los emigrantes; se construyen muros para que no se puedan traspasar fronteras. Se habla también por desgracia de que los inmigrantes atentan contra nuestra identidad étnica y nacional…
El ser humano, todo ser humano es “anterior” es más importante en sí mismo que su pasaporte, que el color de su piel y su religión, y merece un respeto.
Como seres humanos y como cristianos seamos conscientes de que siempre y en estos momentos más, corren tiempos y situaciones de acogida y de hospitalidad como Abraham, como Jesús, como Marta y María.
- Marta y María
Sería un reduccionismo hacer una competencia entre la acción y la contemplación, entre el trabajo y la oración, entre Marta y María...
Marta y María representan dos vertientes de la persona humana. Por una parte está el pensamiento, la ideología, la fe (María), por otra parte la acción, el trabajo, (Marta).
En la medida en que le es posible uno vive conforme a lo que piensa. Lo primero es el pensamiento, la ideología, la fe… Como consecuencia vendrá la actividad
De ahí que hemos de cuidar el pensamiento, la ideología, la fe.
El evangelista San Lucas pone el acento en que María ha optado por la mejor parte y la mejor parte es escuchar a Jesús. Lo decisivo es encontrar y escuchar a Cristo. Tal es la mejor parte. Luego ya vendrá la actividad.
La fe de una persona es aquello de lo que espera la salvación, el bienestar supremo. Muchas personas viven, -vivimos-, fascinados por la nación, por el dinero, la ideología política, por el placer, por el progreso tecnológico, el éxito social, la Iglesia, etc.
Si quieres saber cuál es tu fe y tu Dios piensa en lo que te fascina en la vida, aquello por lo que estarías dispuesto a darlo todo.
La fe tiene una cierta tonalidad contemplativa, extática (éxtasis, contemplación): uno queda sobrecogido y fascinado: en éxtasis. Es fe contemplativa y mística:
María ha escogido la mejor parte: JesuCristo.
Para el cristiano la mejor parte es Cristo.
- Seremos místicos o no seremos.
Quizás ahora podamos captar mejor aquello que decía Rahner: el cristiano del futuro será místico o si no, no será.
Nuestras preguntas son muy clericales y de tipo pragmático: se puede no se puede hacer… está permitido o no… Y posiblemente por eso el mensaje eclesiástico no tiene ya mucho interés.
Escojamos la mejor parte.