Mil participantes reflexionan sobre eclesialidad, ecología integral, superar la polarización, fraternidad y justicia social Comunidades eclesiales de base en la Prelatura de Tefé buscan el camino a seguir como Iglesia sinodal

CEBs que son “expresión de la Iglesia en salida: una Iglesia que rema contra corriente, que se involucra en la vida del pueblo, que escucha los dolores de la tierra y de los pobres”
Ante la degradación del planeta, la misión es cuidar, una actitud personal y colectiva que lleve a “crear una sociedad del cuidado”
El fenómeno de la polarización, presente en la sociedad y en la Iglesia, exige soluciones que surjan del trabajo comunitario
La fraternidad y la justicia social son elementos necesarios. Son actitudes que llevan a reconocer la dignidad de todos y a promover la solidaridad, el cuidado del prójimo y el respeto mutuo
El fenómeno de la polarización, presente en la sociedad y en la Iglesia, exige soluciones que surjan del trabajo comunitario
La fraternidad y la justicia social son elementos necesarios. Son actitudes que llevan a reconocer la dignidad de todos y a promover la solidaridad, el cuidado del prójimo y el respeto mutuo
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Las comunidades eclesiales de base son la forma de ser Iglesia presente en muchos lugares de la Amazonía. Comunidades misioneras, cuidadoras de la Casa Común, atentas a la realidad social, comprometidas con la justicia social. Estos han sido elementos presentes en la reflexión de los mil participantes de la VI Asamblea de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), de la Prelatura de Tefé, celebrada en Alvarães, en la Amazonía brasileña, del 9 al 13 de julio de 2025, procedentes de las 14 parroquias y tres áreas misioneras que forman parte de esta iglesia local.

Eclesialidad de las CEB
Una Iglesia que es “un barco misionero que incluye a todos y todas”, según el obispo auxiliar de Manaos y referente de las comunidades eclesiales de base en el Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB Norte 1), monseñor Zenildo Lima. Comparó las CEBs con una casa y con un barco. Una casa cuyos pilares son la Palabra, el Pan, la Caridad y la Acción Misionera. Comunidades que sean lugar de encuentro, con su identidad, con su especificidad.
“Comunidades que se reúnen para compartir la Palabra, la Eucaristía, fortalecer la fe, discernir la vida y salir al encuentro de los hermanos y hermanas con gestos concretos de solidaridad, justicia y anuncio del Reino”, según el obispo. CEBs que son “expresión de la Iglesia en salida: una Iglesia que rema contra corriente, que se involucra en la vida del pueblo, que escucha los dolores de la tierra y de los pobres”, subrayó. “Una barca que promueve la inclusión, la corresponsabilidad y la sinodalidad”, que se deja iluminar por la Palabra y por el caminar de la Iglesia en la Amazonía.
Ecología integral
La reflexión sobre la ecología integral es una urgencia ante el avance del negacionismo, que desmonta la urgencia de cuidar la Casa Común. La falta de cuidado tiene consecuencias negativas para la salud y el buen vivir, por lo que es necesario avanzar en la organización social y la espiritualidad, lo que lleva a un compromiso de cuidado con las personas y el medio ambiente. Ante esta realidad, la misión es cuidar, una actitud personal y colectiva que lleve a “crear una sociedad del cuidado”, según el padre Dário Bossi, asesor de la Comisión Socio transformadora de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil.
La realidad del planeta muestra que, ante los pueblos crucificados y una naturaleza martirizada, es necesario avanzar en la ecología integral, que “une fuerzas, crea lazos, para responder al grito de la Tierra y al grito de los pobres”. El reto es sustituir el dominio por el cuidado, una invitación que Francisco hacía en Laudato si', superar una economía que mata, que exige otras formas de vivir las relaciones económicas. Por eso, los hombres y mujeres de fe están llamados a ser “sembradores de cambio”, mediante acciones concretas, nacidas de una Iglesia sinodal, con pistas concretas a partir de Laudato si´.

Superar la polarización
El fenómeno de la polarización, presente en la sociedad y en la Iglesia, exige soluciones que surjan del trabajo comunitario. El secretario ejecutivo de la Comisión Brasileña de Justicia y Paz, Daniel Seidel, advertía que Brasil es un país donde la democracia está amenazada, con un claro desequilibrio entre los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. El sociólogo analizó el papel del papa Francisco y del papa León XIV, dos papas con una fuerte vinculación con la Iglesia latinoamericana, preocupados por el cuidado de la Casa Común, la sinodalidad, el reconocimiento de las mujeres en los ministerios eclesiales y en los espacios de decisión de la Iglesia.
Una Iglesia de CEB que asume una agenda de luchas, buscando superar las herencias históricas que marcan la conciencia política en Brasil. Una realidad que exige profecía, anuncio y denuncia que genere esperanza, discerniendo los llamamientos que Dios hace en la realidad, que lleva a denunciar las injusticias, las estructuras y los sistemas que niegan la vida y cultivan la muerte. Todo discípulo está llamado, según Seidel, a anunciar la buena nueva, a dar esperanza, a reaprender el valor de la sobriedad feliz, a seguir el ejemplo de María, a utilizar las redes sociales como instrumento de comunicación estratégica y de incidencia política y cultural.

Fraternidad y justicia social
En la vida de las comunidades eclesiales de base, la fraternidad y la justicia social son elementos necesarios. Son actitudes que llevan a reconocer la dignidad de todos y a promover la solidaridad, el cuidado del prójimo y el respeto mutuo. Estamos ante un valor central, que “actúa como motor para la construcción de una sociedad más justa”, que invita a ‘trascender las diferencias y reconocer la humanidad común en todos, promoviendo la solidaridad y el respeto mutuo”, según el padre Ademar Henriques, profesor de la Universidad Estatal de Amazonas.
Más que un ideal, nos encontramos ante “un camino concreto hacia la transformación social”, basado en el cuidado y la igualdad. De ahí la necesidad de cuestionarse la importancia de la justicia social en las comunidades y en la Iglesia como vía para la cohesión social, la estabilidad social y la prosperidad, la ciudadanía y la reducción de las desigualdades. Una realidad basada en principios: cuidado, respeto, responsabilidad universal y cooperación incondicional; y virtudes: hospitalidad, convivencia con lo diferente, tolerancia y comensalidad, según propone Leonardo Boff. Principios y virtudes que deben llevar a las comunidades a reflexionar sobre cómo están presentes en la vida de las personas y de la propia comunidad.
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