34 misioneros se preparan para la misión en la "Querida Amazonía" Curso de realidad amazónica: formando a quien debe concretar los nuevos caminos sinodales

Participantes del Curso de Realidad Amazónica
Participantes del Curso de Realidad Amazónica

"Desde la preparación, el Sínodo ha realizado un gran estudio de las realidades, de las experiencias y también de la reflexión que se ha hecho durante mucho tiempo en el contexto amazónico"

"Llegar a la Amazonía y trabajar con los pueblos de la Amazonía, para mí es un gran proceso de conversión"

"Nuestra expectativa es que esto realmente se aplique en las comunidades donde trabajamos"

Que la exhortación post-sinodal "nos ayude a mejorar nuestro trabajo evangelizador"

"Se me viene a la mente cómo va a ser la preparación de toda la Iglesia amazónica para poder trabajar en conjunto y cómo van a formar a estas personas para implantar esos nuevos resultados que se dieron del Sínodo"

Curso de Realidad Amazónica en Manaos
La Iglesia de la Amazonía vive un tiempo de espera y esperanza. Los nuevos caminos sinodales ponen a la Iglesia en la región en una actitud de expectativa frente a las provocaciones que el Papa Francisco debe formular en "Querida Amazonia", la exhortación postsinodal que se presentará a la Iglesia y al mundo mañana, 12 de febrero.

Esta actitud también está presente en los nuevos misioneros que llegaron a la Amazonía en los últimos meses. Se están preparando para su nueva misión, participando en el Curso de Realidad Amazónica, que se lleva a cabo en diferentes lugares de la región desde hace más de 20 años. En Manaos, 34 misioneros y misioneras participan en el curso organizado por el Instituto de Teología, Pastoral y Educación Superior de la Amazonía - ITEPES. Vienen de la República Democrática del Congo, Mozambique, Tanzania, Rumania, Italia, Chile, Argentina, Kenia y diferentes estados de Brasil.

Del 5 al 20 de febrero, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas están realizando un curso donde, a partir de la realidad política, económica y socio-ambiental, se discuten diferentes temas en relación con la antropología, las diferentes tradiciones religiosas, la espiritualidad, la lectura bíblica en la Amazonía, ministerios y práctica pastoral. También se reflexiona sobre fenómenos presentes en la región, como la migración y la trata de personas.

Elisandra Oliveira

En la situación eclesial actual, el Sínodo para la Amazonía está presente en los diferentes debates. Según el padre Ricardo Castro, director del ITEPES, "desde la preparación, el Sínodo ha realizado un gran estudio de las realidades, de las experiencias y también de la reflexión que se ha hecho durante mucho tiempo en el contexto amazónico, tanto a nivel de las ciencias como a nivel de la Iglesia, de teología". Destaca el Documento Final como un texto que "se convirtió, en este período de transición, en la base para que pensemos y preparemos a los misioneros para insertarse en la realidad amazónica".

En el curso, según el director de ITEPES, aparece "lo que se trabajó durante la preparación del Sínodo y en el contexto del Sínodo". En este sentido, la segunda semana del curso, "se centrará mucho más en este tema de los elementos sinodales, teniendo en cuenta también que ya tendremos la exhortación". Considera el Sínodo para la Amazonía como "un gran contenedor de elementos para trabajar en el contexto del curso de preparación".

Padre Oscar Liofo

Entre los participantes en el curso se encuentra el padre Oscar Liofo, misionero de Consolata, nacido en la República Democrática del Congo, que ha estado trabajando en Raposa Serra do Sol, una reserva indígena del pueblo Macuxi en el estado de Roraima, desde hace tres meses. Según él, "llegar a la Amazonía y trabajar con los pueblos de la Amazonía, para mí es un gran proceso de conversión". Esta actitud surge del hecho de que "muchas personas en el mundo no tienen información concreta sobre la realidad de la Amazonía", según el religioso de Consolata. "Lo que se comunica en los medios a veces es muy diferente de lo que vives", dice el padre Oscar. Según él, “estando aquí en esta tierra sagrada de la Amazonía, me doy cuenta de que realmente estoy haciendo este proceso de conversión, porque la información que había recibido a lo largo de la formación, a lo largo del tiempo, es un poco diferente de lo que vivo actualmente aquí, en la Amazonía".

Nacida en la Amazonía, en la ciudad de Santarém, estado de Pará, Elisandra Oliveira se está formando para ser religiosa de la Congregación de las Adoradoras de la Sangre de Cristo. Ella destaca "la grandeza de las discusiones del Sínodo, la discusión sobre las mujeres, los pueblos indígenas, los afrodescendientes, los ribereños". Refiriéndose a los participantes del curso, afirma que "nuestra expectativa es que esto realmente se aplique en las comunidades donde trabajamos". Por lo tanto, "la expectativa de este curso es inmensa, para poder trabajar, para poder difundir esta idea aún más, para poder elaborar este concepto aún más", según la joven.

Ella dice que cree "que esto implica un conocimiento sin precedentes en nuestras comunidades donde trabajamos", enfatizando que el trabajo directo con los pueblos indígenas, con los pueblos ribereños, "aumenta nuestra visión de cómo son". Elisandra insiste en la importancia, "para que no perdamos su esencia, para que trabajemos juntos, ya que estos pueblos originarios han estado aquí desde hace mucho tiempo". Ella, que es ribereña, destaca "este intercambio de ideas, este intercambio de experiencias".

Padre Claudio Barriga

Entre los participantes del curso se encuentran aquellos que llegaron a la Amazonía a solicitud de su congregación. Esto es lo que le sucedió al jesuita chileno Claudio Barriga Domínguez, quien está trabajando en Roraima desde hace seis meses. Pidió ser enviado a un servicio donde hubiese más necesidad, “y el provincial decidió enviarme aquí", que es donde "en América Latina, se ve que hay una mayor urgencia y la necesidad de acompañamiento".

A los 60 años, estar en la Amazonía "es un gran desafío, un desafío cultural y de aprendizaje para mí". Al mismo tiempo, el jesuita reconoce que "también es una presencia muy buena y bonita, de una Iglesia que quiere estar cerca de los indígenas, de situaciones de mayor vulnerabilidad y mayor necesidad". Cuando habla de la exhortación post-sinodal, espera "que nos ayude a mejorar nuestro trabajo evangelizador". Él dice que sostiene que "no es sólo promoción humana, que está muy bien promover los derechos, pero también anunciar a Jesucristo”. Por esta razón, dice que cree "que la exhortación nos va a ayudar a fortalecer el rol específico de la Iglesia en un mundo que necesita escuchar la buena noticia de Jesucristo".

El grupo también tiene misioneros laicos. Yesenia Blanco, nació en El Salvador, y forma parte de la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec. Desde hace nueve meses, es misionera junto con su esposo en Manaos. En ese tiempo descubrió que "trabajar en la Amazonía en este momento es todo un desafío, todo un reto". Según ella, en el contexto de la nueva etapa que se presenta con la publicación de la exhortación post-sinodal, "se me viene a la mente cómo va a ser la preparación de toda la Iglesia amazónica para poder trabajar en conjunto y cómo van a formar a estas personas para implantar esos nuevos resultados que se dieron del Sínodo". Junto con su esposo, dice que “estamos muy atentos y con una gran apertura realmente para poder acoger realmente esos nuevos retos que se nos vienen, también a nosotros, siendo extranjeros en esta tierra del Amazonas".

Yesenia Blanco

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