Webinair de Caritas Chile sobre los aportes de Laudato Si´ante la pandemia Mauricio López: “Hoy no se puede creer en Jesucristo, sin asumir profundamente el cuidado de la casa común”

Webinair organizado por Caritas Chile
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“Vivimos una pandemia que amenaza la vida, nuestra seguridad, nuestra salud, una pandemia que ha puesto en evidencia las desigualdades que tenemos, que pone en prueba todo este modelo productivo, que es insostenible, que no ha tenido la capacidad para cuidar la vida”

“La encíclica no es neutral, tiene una mirada desde los pobres, y por eso es una mirada global, integral, desde los gritos que llegan hasta Dios”

“No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual, somo seres espirituales teniendo una experiencia humana

“Desde hace tiempo se ha buscado exprimir a la naturaleza, se piensa que la ciencia nos hace capaces de dominar a la naturaleza, pero esta crisis nos hace ver que solo entendemos algunas cosas del funcionamiento extremadamente complejo que tiene la naturaleza”

Catherine Mella
La Semana Laudato Si´ está propiciando muchos momentos de reflexión a lo largo y ancho del mundo, que dadas las circunstancias actuales está permitiendo un seguimiento desde diferentes lugares a través de los medios tecnológicos. Uno de ellos tenía lugar este martes, 19 de mayo, con un webinair organizado por Caritas Chile, con el apoyo de la Conferencia Episcopal de Chile, el CELAM y Caritas América Latina y el Caribe. Los participantes, mediados por Catherine Mella, eran Monseñor Luis Infanti, obispo de Aysén, Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la REPAM, y la bióloga y profesora, Fernanda Salinas.

Con el tema “Todo está Conectado”, el encuentro pretendía reflexionar sobre los aportes frente a la pandemia desde la encíclica Laudato Si´, que este 24 de mayo cumple 5 años. No podemos olvidar, como señalaba Catherine Mella, que “la salida a esta crisis también nos involucra a todos desde el compromiso con la ecología integral”. Tenemos que ser conscientes, según ella, que “vivimos una pandemia que amenaza la vida, nuestra seguridad, nuestra salud, una pandemia que ha puesto en evidencia las desigualdades que tenemos, que pone en prueba todo este modelo productivo, que es insostenible, que no ha tenido la capacidad para cuidar la vida”.

En medio de la pandemia que estamos viviendo, a nadie se le puede escapar, según Luis Infanti, “la relevancia de esta encíclica en este momento histórico de la humanidad”, quien insistía en dos elementos clave: los pobres y el poder. De hecho, el obispo de Aysén afirma que “la encíclica no es neutral, tiene una mirada desde los pobres, y por eso es una mirada global, integral, desde los gritos que llegan hasta Dios”. El prelado recordaba la importancia de los encuentros del Papa Francisco con los movimientos populares, donde ha denunciado “los sistemas económico-políticos que se creen dueños de la tierra, de los bienes, de los pueblos, incluso de la conciencia de las personas”, especialmente elementos como los ídolos, el consumismo y la cultura del descarte, lo que nos lleva a cuestionarnos sobre nuestras necesidades y deseos.

Ante esto, Luis Infanti insiste en la conversión a la que nos llama el Papa, que condena el antropocentrismo, defendiendo la comunión y no agresión con los bienes de la tierra y los hermanos, así como nuevos estilos de vida, valorar la cultura indígena y promover una revolución cultural. Esto debe superar las actuales estructuras de poder, que enfatizan la privatización, el adueñarse de los bienes esenciales, mercatilizar los bienes, endiosar la economía, privando a mucha gente de esos bienes, no matar, enumera el obispo, que afirma que “eso es gravemente creciente en nuestra sociedad actual”. Por eso, somo desafiados a “exigir justicia, no a pedir, porque la justicia no se pide, se exige, porque es un derecho de las personas y de la Madre Tierra el ser respetados en su dignidad y en su valor como tal”.

Mauricio López

Vivimos una crisis que tiene un trasfondo espiritual, algo en lo que insistía Mauricio López, “estamos enfermos de misterio, hemos perdido la capacidad de admirar la belleza trascendente en todo lo creado”, recordando una frase de Gabriel Marcel, que nos dice que “las posesiones nos deboran”, promoviendo la lógica del descarte y el vaciamiento de nosotros mismos. Por eso, debemos ser conscientes, según el Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica, que “esta pandemia nos confronta con nuestra pequeñez, con nuestra vulnerabilidad, con el compromiso ético del cuidado de la creación”. Eso debe traer a nuestra vida la idea de Theilard de Chardin, que nos dice que “no somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual, somo seres espirituales teniendo una experiencia humana”, lo que nos exige redimensionar todas nuestras relaciones desde esa perspectiva trascendente, preguntarnos donde está lo esencial.

En muchos espacios eclesiales no se ha asumido la encíclica, la ven como una encíclica verde. Frente a eso, Mauricio López es tajante “hoy no se puede ser creyente en Jesucristo, en su Reino de justicia, sin asumir completamente y profundamente un compromiso con el cuidado de la casa común”. Esta afirmación debe llevarnos a reflexionar sobre la necesaria transformación de las estructuras de pecado, a partir de Laudato Si, que él define como “el texto más importante de nuestra generación para toda la humanidad”, a pesar del desprestigio al que se ha visto sometida, como también el Sínodo Amazónico, hijo de Laudato Si, criticado por muchos sectores como sínodo pagano, muchas veces teniendo detrás intereses económicos y políticos de alto nivel que no quieren que 1.300 millones de católicos asuman como norma de vida la defensa de la casa común.

Fernanda Salinas

Desde el campo científico, Fernanda Salinas, nos hace ver que “poner en primer lugar el crecimiento económico desencadena esta crisis, que genera pobreza”, a lo que se debe contraponer la necesidad de “cuidar de las personas y de la naturaleza, respetar la identidad de cada uno, luchando contra la homogeneización que nos impone este mundo globalizado”. Eso implica, según la bióloga, “reconocer las visiones locales, de los pueblos originarios, permitiendo la descolonización”, promoviendo una ecología de la vida cotidiana, ecología humana desde el reconocimiento del propio cuerpo, entender su funcionamiento y descubrir la necesidad de cuidarnos a nosotros mismos para cuidar a los otros. También nos tiene que llevar a cuestionar nuestro rol en el mundo, “¿qué es lo que queremos dejar, cuál es el sentido de nuestra propia existencia?”.

La situación que vivimos tiene que llevarnos a entender que “cuando maltratamos la naturaleza, ésta reacciona, en la medida en que maltratamos la Madre Tierra reacciona con estas salidas que nos afectan a todos”, según el obispo de Aysén. Alguien que es uno de los grandes defensores del acceso universal al agua en Chile, reconoce que “quien no tiene agua son los más afectados por el coronavirus”, algo que cuestiona nuestro sistema político y económico, nuestra estructura de poder. En ese sentido, “este virus nos obliga a replantearnos qué mundo queremos construir”, según Luis Infanti, que ve como algo inaceptable, en Chile, la privatización del agua, pues “eso significa pobreza y muerte de muchas personas”, lo que demanda una necesaria solidaridad.

Luis Infanti

La incertidumbre que nos hace vivir esta pandemia es algo que nos debe cuestionar, según Fernanda Salinas, que afirma que “desde hace tiempo se ha buscado exprimir a la naturaleza, se piensa que la ciencia nos hace capaces de dominar a la naturaleza, pero esta crisis nos hace ver que solo entendemos algunas cosas del funcionamiento extremadamente complejo que tiene la naturaleza”. De hecho, según la profesora, “la naturaleza debe mantener una cierta integridad para que pueda mantener su rol regulador”, lo que demanda “volver a la producción y consumo local, a la autodeterminación local, preguntarnos por nuestras motivaciones, mirar más allá, reconocer que hay necesidades que tienen otros que no están satisfechas. Eso nos debe preocupar, resolver ahora la inequidad”, algo que se manifiesta por el ejemplo en la pandemia del hambre que desde hace muchos años afecta a una parte de la humanidad.

Un punto fundamental para entender el Sínodo, Querida Amazonía y Laudato Si´, es que la periferia es el centro, como afirmaba Mauricio López. En ese sentido, él insiste en que “todo lo que ha sido considerado descartable, segundón, indeseable, ahora se torna, y nada más evangélico que eso, como fuente de vida”. El secretario ejecutivo de la REPAM destaca que “los pueblos indígenas, tantas veces considerados atrasados, fuera del progreso, que necesitaban ser civilizados, colonizados, evangelizados de modo impositivo, hoy se tornan una fuente de vida, también ante la pandemia y la crisis ambiental”.

Estos elementos son recogidos en Querida Amazonía, que nadie puede olvidar, insiste Mauricio, es magisterio universal. En el análisis de los sueños se va descubriendo “la interculturalidad, enriquecerse mutuamente a partir de las culturas específicas, en diálogo que engrandece el Misterio del Reino, el proyecto de Dios”. También se deduce de la exhortación papal la necesidad de “comunidades cristianas en salida, en diálogo, que se encarnan y comprometen en la realidad”, aunque, en realidad, Mauricio reconoce que estamos lejos de estos sueños, lo que demanda una “conversión integral, radical, una metanoia”, como algo que surge del Sínodo.

Querida Amazonía

En una sociedad en que “somos manipulados por la propaganda para que seamos un consumidor, más que una persona”, en opinión de Luis Infanti, somos desafiados a “ser ejemplo de vida, de conversión, facilitar la concientización, exigir, no pedir, cambios estructurales a diferentes niveles”. El obispo recoge las palabras del Papa Francisco, que “nos llama a ser protagonistas”, algo que, según monseñor Infanti, se ha podido ver en el Sínodo para la Amazonía que él ve como “ejemplo de metodología, contenido y participación significativa de nuestras comunidades”.

Este momento que estamos viviendo nos debe llevar a entender, según Mauricio López, que “se ha querido establecer un único modelo de desarrollo, de consumo, que supera la capacidad de regenerarse del planeta, hipotecando a las futuras generaciones, hipotecando los bienes de la Creación”. El motivo de todo esto está en que se han impuesto los intereses de muy pocos y eso se percibe incluso en este tiempo de pandemia, con leyes que favorecen a los poderosos. Por eso, el secretario ejecutivo de la REPAM, ve imprescindible “volver a los principios de redistribución, reciprocidad y solidaridad, a la sobriedad feliz que propone Laudato Si´, qué es lo que necesitamos para vivir y para que otros puedan vivir”.

Uno de los desafíos que el mundo actual presenta en referencia a estas cuestiones es como hacer este mensaje atractivo a los niños y jóvenes. Ante eso, Fernanda Salinas destacaba la importancia de la educación y la necesidad de que todos tenemos que aprender muchas cosas. La profesora afirmaba que “la educación ha sido segmentada, carece de integralidad”, lo que exige, en su opinión, “aprender desde la experiencia, educar profesionales para que puedan cambiar el mundo, no parar ponerse al servicio de las transnacionales, transformar desde nuestra vida cotidiana”.

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