La religión se ha convertido en uno de los puntos clave de la campaña política en Brasil, que el día 30 de octubre elegirá a su presidente en la segunda vuelta, teniendo como contrincantes al actual presidente, Jair Messias Bolsonaro, y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Cirio de Nazaré

El pasado sábado, el actual presidente se sirvió del Cirio de Nazaré, uno de los eventos religiosos más numerosos del país, que se celebra en la ciudad de Belém, estado de Pará, para conquistar el voto católico, lo que tuvo la reacción del arzobispo local, Mons. Alberto Taveira. Prueba de esa tentativa de manipulación fue el hecho de que la procesión fluvial con la imagen de la Patrona de la Amazonía fue postada en Twitter por Eduardo Bolsonaro, diputado federal e hijo del presidente, como un homenaje a su padre.

Un nuevo episodio se ha producido pocos días después, con motivo de la Fiesta de Nuestra Señora de Aparecida, Reina y Patrona de Brasil, que tiene lugar este 12 de octubre, lo que también ha tenido la reacción de Mons. Orlando Brandes, arzobispo de Aparecida.

Bolsonaro en Aparecida

En nota dada a conocer este 10 de octubre, Mons. Brandes recuerda que la fiesta es “organizada por el Santuario Nacional bajo la supervisión del arzobispo de Aparecida y de los Misioneros Redentoristas, ha sido tradicionalmente el destino anual de miles de devotos”. Se trata de un homenaje a la Virgen María, según el comunicado, que relata a grandes rasgos el programa de este 12 de octubre.

Desde la Presidencia de la República se ha informado sobre la asistencia del actual presidente a una de las misas, lo que ha sido acogido por el Santuario Nacional, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, si bien insistiendo en que se buscará “que la rutina de los peregrinos no se vea afectada por las condiciones que requiere la visita”.

Reacción de Mons. Brandes

Junto con eso, el comunicado deja explícitamente claro que el Rosario que se rezará en la ciudad de Aparecida, en el que Bolsonaro ha anunciado su presencia, “esta actividad no está organizada por el Santuario Nacional, ni tiene el consentimiento del arzobispo de Aparecida”. A la gravedad de la actitud del actual presidente brasileño se une el hecho de que el Rosario está programado en el mismo horario en que se celebra la Consagración a Nuestra Señora de Aparecida, que tradicionalmente se reza en este momento desde hace 65 años.

Resaltando que es una iniciativa de “un grupo independiente que no tiene ninguna relación con el Santuario Nacional y su y su programa oficial del día”, el arzobispo dice esperar “que la Fiesta de la Patrona de Brasil sea un tiempo de honrar a Jesús y su Madre”, y junto con ello que los devotos, que participan de manera multitudinaria “puedan vivir plenamente los momentos que se han previsto para ellos”.

En una campaña dominada por las fake news, muchas de ellas de cuño religioso, con el apoyo de buen número de iglesias evangélicas pentecostales, y de grupos de la Iglesia católica, estas actitudes vividas en los últimos días y que no se descarta que continúen, a pesar de las reacciones contrarias de los obispos, ponen de manifiesto las artimañas que se están llevando a cabo. Lo peor de todo es que es a costa de Dios y la fe del pueblo sencillo, muchas veces engañado por alguien que tiene como eslogan Dios por encima de todo, pero que este tipo de acciones muestran su distancia real con el Dios cristiano, el Dios encarnado en la vida de la humanidad.