El Papa ve que "el caso del rito zaireño sugiere un camino prometedor también para la eventual elaboración de un rito amazónico" Rito zaireño, un ejemplo de que el rito amazónico es posible y está cada vez más próximo

Padre Luis Bolla, ejemplo de inculturación amazónica
Padre Luis Bolla, ejemplo de inculturación amazónica

El rito zaireño es visto por el Papa Francisco como “un rito prometedor para otras culturas

El Documento Final del Sínodo pide “la elaboración de un rito amazónico, que exprese el patrimonio litúrgico, teológico, disciplinario y espiritual amazónico”

Querida Amazonía afirma la necesidad de “recoger en la liturgia muchos elementos propios de la experiencia de los indígenas en su íntimo contacto con la naturaleza y estimular expresiones autóctonas en cantos, danzas, ritos, gestos y símbolos”

Un elemento que junto con la inculturación de la liturgia es recogido en Querida Amazonía es el de la inculturación de la ministerialidad, una necesidad que debe dar una respuesta ante el hecho de que “la pastoral de la Iglesia tiene en la Amazonia una presencia precaria"

“Hay que encontrar un modo de asegurar ese ministerio sacerdotal”, pues “es urgente evitar que los pueblos amazónicos estén privados de ese alimento de vida nueva y del sacramento del perdón”

Celebración en la Amazonía

Los cambios que permanecen en el tiempo no son aquellos que se hacen realidad de un día para otro, una afirmación que cobra más sentido cuando hablamos de la Iglesia. Al Papa Francisco le gusta hablar de procesos, de consenso, de diálogo, de escucha, de fijarse en las cosas importantes. En su visión del mundo y de la Iglesia aboga por la multiformidad, por la inculturación, por la interculturalidad, por dar valor a las diferentes expresiones de la fe que se ha ido fraguando en la vida de los pueblos y que han ayudado a descubrir el valor de lo sagrado en la vida del día a día.

El rito zaireño del Misal Romano puede ser considerado como expresión de todo eso. Frente a quienes se han empeñado en romanizar la liturgia a lo largo de décadas, nos deparamos con la apuesta decidida por aquello que el Concilio Vaticano II proponía, inculturar la liturgia. Este rito, “el único rito inculturado de la Iglesia latina aprobado después del Concilio Vaticano II”, como que afirma el propio Papa Francisco en el prefacio del libro “Papa Francisco y ‘el Misal Romano para las Diócesis de Zaire'", puede ser considerado “un rito prometedor para otras culturas”, como recoge el subtítulo.

Si hay una región donde esta tentativa de inculturación de la liturgia ya ha dado pasos, esa es la Amazonía. La celebración del Sínodo para la Amazonía, donde no podemos olvidar la importancia decisiva de su proceso de escucha, en el que participaron oficialmente más de 87 mil personas, fue recogiendo diferentes sentimientos, en los que los pueblos amazónicos expresaban su deseo de llevar a las celebraciones aquello que formaba parte de su propia vida, comenzando por su propia lengua.

Mons. Edson Damian, obispo de São Gabriel da Cachoeira

En la diócesis de San Gabriel da Cachoeira, desde hace varias décadas, se han llevado a cabo tentativas para hacer realidad esa Iglesia inculturada, expresiones de aquello que el Sínodo para la Amazonía recogió en lo que es conocido como rito amazónico. Existen músicas en diferentes lenguas indígenas, que la gente canta con devoción y alegría, en las celebraciones han sido introducidos ritos culturales, el sacramento del bautismo ha ido también asumiendo elementos propios de la cultura e inclusive se ha traducido el rito de la misa a la lengua tukano. Poco a poco se van traduciendo a otras lenguas, así como la celebración de la Palabra, que es lo que marca la vida del día a día en las comunidades.

Con lo poco que aprendí de esa lengua, pude celebrar en algunas comunidades en lengua tukano, algo que siempre fue acogido con alegría por los propios indígenas. Eso nos muestra la importancia que esas realidades tienen en la vida de los pueblos originarios y demanda la necesidad de continuar avanzando en aquello que el Documento Final del Sínodo nos dice, “la elaboración de un rito amazónico, que exprese el patrimonio litúrgico, teológico, disciplinario y espiritual amazónico”.

El Papa Francisco, que en Querida Amazonía asume lo dicho en el Documento Final, afirma que “ya el Concilio Vaticano II había pedido este esfuerzo de inculturación de la liturgia en los pueblos indígenas, pero han pasado más de cincuenta años y hemos avanzado poco en esta línea”. Por eso, ve como una posibilidad real, “recoger en la liturgia muchos elementos propios de la experiencia de los indígenas en su íntimo contacto con la naturaleza y estimular expresiones autóctonas en cantos, danzas, ritos, gestos y símbolos”. En ese sentido, podríamos decir que el Papa recoge en la exhortación postsinodal aquello que ya está siendo vivido en diferentes regiones de la Amazonía.

Avanzar en lo referente a ese rito amazónico es una de las tareas que la Asamblea Sinodal, como recoge su Documento Final, le encargó al nuevo organismo de la Iglesia en la Amazonía, que se concretó en la Conferencia Eclesial de la Amazonía – CEAMA, nacida el pasado 29 de junio, la primera de este tipo en la historia de la Iglesia. El Documento Final decía que se “debe constituir una comisión competente para estudiar y dialogar, según usos y costumbres de los pueblos ancestrales, la elaboración de un rito amazónico”. Como afirmaba el presidente de la CEAMA, el cardenal Claudio Hummes, en la primera asamblea plenaria, celebrada el 26 y 27 de octubre, coincidiendo con el primer aniversario de la clausura de la Asamblea Sinodal, se están dando pasos para hacer realidad ese rito amazónico, algo más que posible si tenemos en cuenta que existe el rito zaireño y lo afirmado por el Papa en Querida Amazonía.

Misa de Clausura Sínodo Amazónico

La celebración debe ser “un verdadero lugar de encuentro con Jesús”, como ha dado a entender el Papa Francisco en diferentes ocasiones. Según él, al hablar del rito zaireño, destaca la importancia de no celebrar “con palabras prestadas de otros, sino asumiendo toda la especificidad espiritual y sociocultural del pueblo congoleño, con sus transformaciones", insistiendo en que "la liturgia debe tocar los corazones de los miembros de la Iglesia local y ser sugestiva". La Iglesia no puede tener miedo de expresar su auténtica catolicidad, un elemento muy presente en la reflexión del actual pontífice, de asumir nuevos rostros, nacidos de las culturas que han acogido y en las que se ha enraizado el Evangelio.

Un elemento que junto con la inculturación de la liturgia es recogido en Querida Amazonía es el de la inculturación de la ministerialidad, una necesidad que debe dar una respuesta ante el hecho de que “la pastoral de la Iglesia tiene en la Amazonia una presencia precaria, debida en parte a la inmensa extensión territorial con muchos lugares de difícil acceso, gran diversidad cultural, serios problemas sociales, y la propia opción de algunos pueblos de recluirse. Esto no puede dejarnos indiferentes y exige de la Iglesia una respuesta específica y valiente”.

Como ya hemos dicho, el Papa Francisco asumió el Documento Final del Sínodo, donde se dice que “proponemos establecer criterios y disposiciones de parte de la autoridad competente, en el marco de la Lumen Gentium 26, de ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicación de la Palabra y la celebración de los Sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica”. En ese sentido, Querida Amazonía afirma que “se requiere lograr que la ministerialidad se configure de tal manera que esté al servicio de una mayor frecuencia de la celebración de la Eucaristía, aun en las comunidades más remotas y escondidas”.

El Papa Francisco siempre ha estado abierto al diálogo, también en temas ministeriales, afirmando en la exhortación postsinodal que “el modo de configurar la vida y el ejercicio del ministerio de los sacerdotes no es monolítico, y adquiere diversos matices en distintos lugares de la tierra”. Por eso, teniendo en cuenta “las circunstancias específicas de la Amazonia, de manera especial en sus selvas y lugares más remotos”, no duda en afirmar que “hay que encontrar un modo de asegurar ese ministerio sacerdotal”, pues “es urgente evitar que los pueblos amazónicos estén privados de ese alimento de vida nueva y del sacramento del perdón”. Es verdad que su consejo es promover la misionariedad en la Amazonía, pero las posibilidades de futuro están abiertas al diálogo, una actitud cada vez más presente en la Iglesia de la Amazonía, que no podemos olvidar que celebró su Sínodo con el objetivo de encontrar nuevos caminos.

Ordenación de sacerdote indígena

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