La teóloga quechua analiza la exhortación del Papa Francisco Tania Avila Meneses: “En Querida Amazonía, los sueños son mapas para construir realidades”

Tania Ávila
Tania Ávila

Sn los pueblos indígenas a quienes se les debe pedir permiso para hacer propuestas, como indicaba el Papa Francisco en diferentes momentos a lo largo del proceso sinodal

En el mundo amazónico, por el gran número de pueblos, ella habla de “poliálogo intercultural”. Siempre sabiendo que hay que buscar lenguajes comunes

Entender los lenguajes, lo que estos encierran, es uno de los grandes desafíos. En ese sentido, es importante entender lo que los documentos del proceso sinodal encierran, especialmente Querida Amazonía, publicado este último día 12 y que podríamos considerar como aquel en el que el Papa Francisco se expresa de forma más personal.

En ese sentido, la teóloga Tania Avila Meneses, afirma que a partir de Querida Amazonía, se puede deducir que el Papa Francisco está comenzando a corazonar, a latir con los pueblos indígenas, desde nuestra propias lógicas, según la teóloga quechua, una de las voces más respetadas de la teología indígena. Ella destaca la importancia de los sueños en el mundo indígena.

El lenguaje es una forma de comunicación, que se expresa de diferentes formas, sobre las que ella reflexionaba en la 40ª Asamblea del Consejo Indigenista Misionero – CIMI Norte 1, que reúne en Manaos unas 80 personas, de 14 a 16 de febrero, y que ha contado con la presencia de 8 de los 11 obispos del Regional, mostrando una vez más su apoyo a las causas indígenas, considerada una de las líneas prioritarias desde hace varios años. Envueltos dentro del proceso sinodal, que nadie puede considerar encerrado con la publicación de la exhortación postsinodal, el tema de reflexión ha sido, “Tierra, Agua y Territorios: Sínodo de la Amazonía e fortalecimiento de la Causa de los Pueblos Indígenas”.

Tania Avila, en el Sínodo

Uno de esos lenguajes es el canto, expresión de la voz y cultura de cada pueblo, que puede ser considerado como un instrumento que convoca, denuncia y propone. En Querida Amazonía se deja traslucir el canto de la floresta y de los pueblos. La narración, que otra de las formas de lenguaje según la teóloga boliviana, no hace referencia a algo que no existe, una fábula, sino que define situaciones concretas de injusticia, que se pueden entender no sólo con la mente sino también con el corazón. Ella cita como ejemplo de esas narraciones los números 8 y 14 de la exhortación papal, donde aparece una narración que provoca respuestas, que no se limita a una visión conservacionista, sino que recoge la vida de los pueblos.

Llevado al mundo indígena, Tania Avila, afirma que el modo de narrar de los pueblos indígenas provoca cambios. La narración es algo que describe, encarna y provoca.

Querida Amazonía está estructurada a partir de los sueños, que es otra forma de lenguaje, que en el mundo quechua, como sucede en otras culturas indígenas, suponen una planificación para hacer agenda de vida, planos de trabajo, mapas para construir realidades. También hay sueños que poenenen riesgo, que necesitan ser gestionados, 'limpiados' en-por la comunidad.

Los ritos también constituyen una forma de comunicarse, algo que se ha visto a lo largo del proceso sinodal. La teóloga quechua recordaba el ritual vivido en la abertura sinodal, la famosa procesión que condujo a los participantes de la asamblea desde la Basílica de San Pedro hasta el aula sinodal, donde una canoa era conducida de mano en mano, acompañada de una red sostenida entre muchos, expresión de ese caminar en red que ha sido asumido por la Iglesia de la Amazonía.

El gran peligro, en el que no podemos caer, es que esos ritos se conviertan en algo folclórico y sin sentido, que es como algunos, que no entendían las motivaciones, lo vieron. En ese lenguaje ritual, la ropa y las pinturas no es moda y sí una forma de expresarse, no siempre entendida por todos. Ella recordaba los comentarios despectivos de algunos al ver que los indígenas que participaron de la procesión de las ofrendas en la misa de apertura de la asamblea, el 6 de octubre, fuesen caracterizados con plumas, algo que fue reprochado posteriormente por el Papa Francisco, que en el fondo criticaba la falta de capacidad para entender lenguajes diferentes.

Piden un rito amázonico en el Sínodo
Piden un rito amázonico en el Sínodo

En los días de la asamblea sinodal también hubo momentos de rituales de música y danza, con los que se quería mostrar un modo de pedir permiso y de expresar una realidad. Son lenguajes simbólicos, que más allá de un discurso, nos muestran, en opinión de Tania Avila, que la realidad está llena de vida, pero también de riesgos, que existen cosas que nos cuidan, pero también otras que nos dañan.

Entre los símbolos que ella destaca del proceso sinodal están la red, que implica un cambio de lógica y que ha hecho posible tejer juntos ese proceso expresado en Laudato Si, el Instrumentum Laboris, el Documento Final y Querida Amazonía, que no podemos olvidar que no es algo ya concluido, sino que necesita ser continuado; el río, que no separa, sino que une, que nos conduce de un lugar a otro, en viajes que no siempre son fáciles y tranquilas; la mesa, que ella ve como lugar de diálogo y sustento, como espacio para aprender desde la escucha mutua, que nos ayuda a entender que son los pueblos indígenas a quienes se les debe pedir permiso para hacer propuestas, como indicaba el Papa Francisco en diferentes momentos a lo largo del proceso sinodal.

El diálogo intercultural se debe llevar a cabo en diferentes niveles, como nos recuerda la exhortación en el número 45, donde se sirve de referencias al mundo andino para explicar estos niveles. Ese diálogo intercultural entre los pueblos debe llevar a buscar hilos que permitan tejer juntos. También exige aprender unos de otros, conocer los símbolos de cada pueblo, los detalles, para no bloquear las posibilidades de diálogo, lo que demanda un agudo aprendizaje.

En el diálogo intercultural necesitamos hundir nuestras raíces, reconocer nuestra identidad, pues eso me permite moverme con flexibilidad. El diálogo, según Tania Avila, no es lo que es mío o tuyo, sino lo que es nuestro. En el mundo amazónico, por el gran número de pueblos, ella habla de “poliálogo intercultural”. Siempre sabiendo que hay que buscar lenguajes comunes, pues ella dice que desde su cultura y entendimiento es más fácil para ella comunicarse a través de símbolos, pero que hace un esfuerzo de usar la escritura que representan ese lenguaje común.

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