Las mujeres son protagonistas de la vida cotidiana en la Amazonía Valorar a las mujeres, una realidad y un desafío para la Iglesia de la Amazonía

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En la diócesis de Potosí, existe una vicaria de pastoral, en quien destaca que “la forma como convoca al camino de esa región es muy distinta, porque los problemas no los afronta para imponer ideas, sino que convoca para recoger sugerencias"

“No es posible negar nuestra presencia en las comunidades, nosotras somos Iglesia y hacemos Iglesia”

“Que la Iglesia como un todo y la sociedad asuman eso como una causa para enfrentar ese mal que hiere la vida del ser humano”

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La importancia de las mujeres en la sociedad y en la Iglesia es fundamental, son ellas las cuidan de la vida, que al fin y al cabo, es la base de todo. Otra cosa es lo que sucede en las instancias de decisión, donde debemos reconocer que todavía no llega al nivel de los hombres. Los cambios, en eso siempre ha insistido el Papa Francisco, deben venir desde abajo, algo que también reconoce el padre sinodal Monseñor Ricardo Centellas, obispo de Potosí y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana.

El Sínodo para la Amazonía, aunque no sea ese su objetivo principal, ha abordado el tema del protagonismo femenino y su necesario reconocimiento. Por eso, es fundamental partir de ejemplos concretos, que en la medida en que se conocen y se descubre su riqueza pueden ser experiencias que iluminen y sirvan como modelo a seguir en otros lugares. Desde su experiencia personal, Monseñor Centellas señalaba que en una de las regiones episcopales de la diócesis de Potosí, existe una vicaria de pastoral, en quien destaca que “la forma como convoca al camino de esa región es muy distinta, porque los problemas no los afronta para imponer ideas, sino que convoca para recoger sugerencias y permite que la comunidad sea sujeto de las decisiones, y no solamente de unas cuantas personas o de una persona”.

El obispo boliviano afirma que “la visión del varón y de la mujer son complementarias, son distintas, pero no contrarias, la manera de afrontar la vida, de enfrentar los problemas, la manera de hacer que la Iglesia camine en comunidad”. En el mismo sentido, la hermana Rose Bertoldo, de la Red un Grito por la Vida y auditora sinodal, dice que “no es posible negar nuestra presencia en las comunidades, nosotras somos Iglesia y hacemos Iglesia”, algo que se demuestra en que en el Sínodo las mujeres tengan voz activa.

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La religiosa dice que “sabemos que somos protagonistas en ese proceso, pero sabemos que todavía falta mucho, pedimos y reclamamos ese reconocimiento y participación más efectiva en el derecho de decisión”. Esa realidad la expresa Monseñor Centellas cuando dice, en referencia a las mujeres, que “todos necesitamos un cambio de mentalidad para que sea una participación activa, equitativa e igualitaria”. Lo que demuestra la importancia de la mujer en la vida de la Iglesia de la Amazonía es el hecho de que “quien va para los lugares más distantes son las mujeres, que son presencia y hacen que el proceso tenga lugar, no sólo de evangelización, sino de cuidado, de defensa de la vida”, enfatiza Rose Bertoldo, que reconoce que en algunos espacios ese trabajo es conjunto entre hombres y mujeres.

En esa dimensión del cuidado de la vida herida es donde el papel de las mujeres resulta decisivo, un cuidado de mujeres para con mujeres, víctimas de múltiples violencias, entre ellas la trata. En ese campo, la vida religiosa, casi siempre la femenina, hacen un gran trabajo en la región amazónica, como también sucede en otras regiones del planeta. La Red un Grito por la Vida, a la que pertenece la hermana Rose Bertoldo, es una de las que forman parte de la Red Sumak Kausay, en Latinoamérica, o Talhita Kum, a nivel mundial.

Esa es una preocupación muy presente en el pontificado del Papa Francisco, que según la religiosa, quiere “que la Iglesia como un todo y la sociedad asuman eso como una causa para enfrentar ese mal que hiere la vida del ser humano”. La realidad de la trata estuvo muy presente en el proceso de escucha sinodal, fue recogido en el Instrumentum Laboris y ha estado presente en el debate del aula sinodal y de los círculos menores. Eso puede ayudar, según Rose Bertoldo, a que pueda ser asumido en los diferentes niveles eclesiales como una prioridad el trabajo permanente de enfrentamiento y prevención de la trata.

Para eso, podemos recordar algunas de las propuestas que la religiosa hacía en su presentación en el aula sinodal, que hacen referencia al ámbito intra y extra eclesial, que tienen que ver con la desigualdad económica, el combate al abuso y explotación sexual por parte de los países, el trabajo pastoral dentro de la Iglesia y la prevención en todos los niveles. Ese ejemplo de cuidado debe impregnar la vida eclesial, son testimonios concretos de quienes desde la vida cotidiana se presentan profetisas de actitudes cada vez más necesarias, de nuevos caminos para la Iglesia.

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