Obtenerlo todo en la esperanza

Después de un día lleno de cosas, se necesita parar, descansar y encontrar un momento de paz y tranquilidad para uno mismo. Es bueno, además de necesario, saber buscar esos momentos en los que te puedes llenar de fuerza y de reposo espiritual.

Miraba la liturgia, concretamente leía un pasaje del Génesis donde Dios le dijo a Abraham: “Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré”. Esta frase me ha llevado a pensar en el gesto de confianza que tuvo Abraham con el Señor, el momento en el que coge lo que tiene para salir de su casa…, ¡qué confianza la de Abraham!

Pero no se queda únicamente en esta acción, no sólo es un gesto de confianza sino que es un abandono total al Dios Amor. Creo que hemos de aprender a renunciar a nuestros propios gustos para saber dar, dar de lo que tenemos. No es fácil, a veces, olvidarse, un poco, de los propios “caprichos”, porque cuesta, porque duele… Uno de los grandes aprendizajes que nos harían mucho bien sería: ser capaz de abandonar mis seguridades para pasar a obtenerlo todo en la esperanza. Esto no significa que pasemos totalmente de todo porque Dios nos lo dará… sino todo lo contrario, nos está diciendo que hemos de trabajar por todo aquello que queremos y deseamos, sólo así alcanzaremos nuestros objetivos, sólo así podremos decir que tenemos esperanza, porque la “hemos trabajado”. Pidámosle a Dios que nos dé una fe como la de Abraham y que deseemos de todo corazón encontrar lo bueno y recto a ojos de Dios. Texto: Hna. Conchi García.
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