Nos visitará el sol que nace de lo alto

Sol
El evangelista Lucas sitúa en su primer capítulo este versículo: “Nos visitará el sol que nace de lo alto” (v 78). Sí, esta es la finalidad del tiempo de Adviento: Hacernos pasar de las tinieblas a la luz. El libro del Génesis en su primera página nos narra que al principio la tierra no tenía forma alguna; todo era un caos cubierto de profunda oscuridad; el espíritu de Dios planeaba sobre las aguas y Dios dijo: “Haya luz”. Y hubo luz porque la palabra de Dios hace lo que dice, es una palabra actuante.

De un modo semejante Dios quiere que nuestra vida sea luz para nosotros y para cada ser humano. Su deseo es que nosotros seamos luz para los demás. En nuestro mundo hay mucha oscuridad: guerra, dolor, hambre, odio, y tantas cosas negativas que encontramos cada día en los informativos. Al menos que nosotros, como preparación a la próxima Navidad, aportemos un rayo de luz ante tanto desastre. Dispongamos nuestro ser a extirpar de nosotros todo aquello que desagrada al Señor. Dejemos penetrar en nuestro interior la luz de su gracia. Será una pequeña luz, la luz de una cerilla pero si muchos encienden una cerilla habrá más claridad.

El amor cubre una multitud de pecados, amemos no nos dejemos vencer por el mal, al contrario venzamos el mal a fuerza de bien. De este modo en la celebración del aniversario del Hijo de Dios hecho hombre hallará un mundo más humano, con menos oscuridad. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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