Con motivo de la VII Cumbre entre la Unión Africana y la Unión Europe Comece y Secam llaman a los líderes europeos a rendir justicia al pueblo africano

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Pueblo africano Vatican Media

En un documento conjunto firmado por los episcopados de la UE, el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, así como por Cáritas y Cidse, se subraya la importancia de respetar la dignidad de los pueblos del continente africano, especialmente de aquellos que viven en la pobreza y el hambre

El texto ha sido redactado con motivo de la VII Cumbre entre la Unión Africana y la Unión Europea, que se celebrará los días 24 y 25 de noviembre en Luanda, Angola

(Vatican News).- Desde los acuerdos energéticos extractivos hasta las cooperaciones equitativas y los sistemas energéticos democráticos; desde la producción alimentaria industrial hasta la agroecología; desde el consumo excesivo en Europa hasta una sobria sensatez; desde la «trampa» hasta la justicia de la deuda; de las estrategias de inversión centradas en la UE al desarrollo basado en las personas: indica estos pasos necesarios para una transición urgente el documento conjunto difundido ayer, 10 de noviembre, por la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), la Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad (CIDSE) y Cáritas Europa, África y Oriente Medio.

El texto, titulado "For a partnership that brings justice for the African people" ha sido elaborado con vistas a la VII Cumbre entre la Unión Africana y la Unión Europea, que se celebrará los días 24 y 25 de noviembre en Luanda, Angola, con la esperanza de «una colaboración entre Europa y África basada en el respeto mutuo y orientada a la promoción del desarrollo humano integral y la responsabilidad compartida por nuestra casa común».

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La dignidad de los pueblos

Los sujetos desde los que partir son sobre todo «los que viven en la pobreza y el hambre, los agricultores, los pescadores, los pastores, los pueblos indígenas, las mujeres, los jóvenes», es decir, las personas a las que Cáritas y otras realidades eclesiales dedican gran parte de su servicio.

El llamamiento a los líderes reunidos en Luanda es que «pongan la dignidad de nuestros pueblos en el centro de las relaciones entre la UA y la UE», lo que «requiere elecciones decisivas en diversos ámbitos».

Aunque se reconocen los esfuerzos de la UE por contribuir a promover el desarrollo humano y la justicia social, ambiental y global, en el documento se denuncia la existencia de «falsas soluciones climáticas, un modelo de desarrollo basado en el extractivismo y la mercantilización de la naturaleza». Y existe preocupación por la «creciente atención de la Unión Europea a sus propios intereses geopolíticos y económicos, en detrimento de la justicia y la solidaridad con los pueblos africanos, sus necesidades y sus aspiraciones». Seguir este camino, se lee, «no conduciría a una verdadera colaboración que tenga como objetivo abordar los desequilibrios existentes y esté orientada a un auténtico beneficio mutuo».

Reparación por las injusticias

La cumbre de Angola tendrá lugar al término del Decenio Internacional para las personas de descendencia africana, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para el período 2015-2024, en el que se subraya la necesidad de reforzar la cooperación internacional en relación con el pleno goce de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos por parte de las personas de descendencia africana y su participación plena y en igualdad de condiciones en todos los aspectos de la sociedad.

Para 2025, la Unión Africana ha puesto en el centro la cuestión de las reparaciones. En el documento, Comece y Secam lo subrayan instando a los líderes de los dos continentes a «ofrecer reparaciones por las injusticias históricas y la explotación infligidas al continente africano».

Los europeos, en particular, «deben reconocer las causas profundas de los problemas actuales y que el legado del colonialismo y la esclavitud sigue afectando a los retos de la economía extractiva y la crisis de la deuda».

La ayuda y las inversiones no son suficientes: para sanar la pobreza y la desigualdad en África, es necesario abordar el proceso de resolución de las injusticias históricas. «Así es como los líderes europeos pueden allanar el camino para una relación con visión de futuro con los países africanos. Así es como la asociación UA-UE puede estar al servicio de la vida», concluye el documento.

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