"Hay que decir basta a quienes justifican lo injustificable" Migrantes: la quiebra de los derechos humanos

Las palabras del papa Francisco en Fratelli tutti expresan con claridad lo que está ocurriendo con las personas migrantes: Son víctimas de "una pérdida de ese sentido de la responsabilidad fraterna sobre el que se basa toda sociedad" (n. 40)
"Las inhumanas políticas migratorias son una negación práctica de los derechos de las personas migrantes. Pero constituyen también una profunda quiebra de los derechos humanos"
"En la Unión Europea, los discursos crecientes contra las personas migrantes, la externalización del control fronterizo a países que no respetan los derechos humanos, la militarización de las fronteras y los intentos de establecer campos de concentración para migrantes fuera del territorio comunitario, no hacen sino agravar el sufrimiento sin ofrecer soluciones reales"
"En España hay dos situaciones especialmente elocuentes: la de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), paralizada en el Parlamento como si se tratara de una cuestión menor, es una vergüenza. Pero aún más lo es la situación de los menores migrantes hacinados desde hace tiempo en Canarias y Ceuta"
"Esta situación es intolerable, y hay que decir basta ya a tantas excusas destinadas a justificar lo injustificable"
"En la Unión Europea, los discursos crecientes contra las personas migrantes, la externalización del control fronterizo a países que no respetan los derechos humanos, la militarización de las fronteras y los intentos de establecer campos de concentración para migrantes fuera del territorio comunitario, no hacen sino agravar el sufrimiento sin ofrecer soluciones reales"
"En España hay dos situaciones especialmente elocuentes: la de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), paralizada en el Parlamento como si se tratara de una cuestión menor, es una vergüenza. Pero aún más lo es la situación de los menores migrantes hacinados desde hace tiempo en Canarias y Ceuta"
"Esta situación es intolerable, y hay que decir basta ya a tantas excusas destinadas a justificar lo injustificable"
"Esta situación es intolerable, y hay que decir basta ya a tantas excusas destinadas a justificar lo injustificable"
(Noticias obreras).- Las palabras del papa Francisco en Fratelli tutti expresan con claridad lo que está ocurriendo con las personas migrantes: «Los migrantes no son considerados suficientemente dignos para participar en la vida social como cualquier otro, y se olvida que tienen la misma dignidad intrínseca de cualquier persona (…) Nunca se dirá que no son humanos, pero en la práctica, con las decisiones y el modo de tratarlos, se expresa que se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos» (n. 39).
Son víctimas de «una pérdida de ese sentido de la responsabilidad fraterna sobre el que se basa toda sociedad» (n. 40). «Nos corresponde respetar el derecho de todo ser humano de encontrar un lugar donde pueda no solamente satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia, sino también realizarse integralmente como persona» (n. 129).
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Las inhumanas políticas migratorias son una negación práctica de los derechos de las personas migrantes. Pero constituyen también una profunda quiebra de los derechos humanos, porque suponen una negación real de la igual dignidad de todas las personas. No acabamos de ser plenamente conscientes de la gravedad de este hecho. Esa quiebra de los derechos humanos es, en el fondo, una negación de nuestra propia humanidad.
"Esa quiebra de los derechos humanos es, en el fondo, una negación de nuestra propia humanidad"
Que las políticas migratorias sean poco humanas no es una novedad: lo han sido desde hace mucho tiempo. Sin embargo, la extensión de los discursos contra las personas migrantes por parte de laextrema derecha –asumidos en buena medida por otras fuerzas políticas y reflejados en las prácticas de muchos gobiernos– está agravando seriamente la situación. Cada vez más, se identifica a las personas migrantes como un problema de seguridad, como si fueran individuos de los que debiéramos protegernos. Hay un interés evidente en enfrentar a pobres contra pobres.
En la Unión Europea no se alcanza la extrema brutalidad de las políticas migratorias promovidas por Donald Trump en Estados Unidos, pero lo que ocurre en el ámbito europeo dista mucho de ser aceptable. Los discursos crecientes contra las personas migrantes, la externalización del control fronterizo a países que no respetan los derechos humanos, la militarización de las fronteras y los intentos de establecer campos de concentración para migrantes fuera del territorio comunitario, no hacen sino agravar el sufrimiento sin ofrecer soluciones reales. Todo ello refleja la realidad que el papa Francisco denunciaba con tanta contundencia.
En nuestro país, dentro de ese marco europeo, hay dos situaciones especialmente elocuentes, necesitadas de una respuesta social contundente. Una es la de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) presentada en el Congreso con el respaldo de más de 600.000 firmas, que busca regularizar la situación administrativa de cientos de miles de personas migrantes que viven y trabajan entre nosotros desde hace años. Son personas que afrontan enormes dificultades para vivir y trabajar dignamente debido a su situación administrativa. Hace más de un año que la ILP fue admitida a trámite, pero el Parlamento ha dejado pasar el tiempo como si se tratara de una cuestión menor. Como si la situación de esas personas no importara, cuando podría mejorarse sustancialmente con una medida tan sencilla como aprobar esa regularización. Parece que ahora podrían darse pasos hacia su aprobación, pero aún persisten la negativa de VOX y del Partido Popular, así como las reiteradas reticencias de Junts per Catalunya.
Es una vergüenza. Pero aún más lo es la situación de los menores migrantes hacinados desde hace tiempo en Canarias y Ceuta. El mercadeo con esos menores es una indecencia. A quienes se niegan a que sean trasladados a otras comunidades autónomas para recibir atención digna, se les debería caer la cara de vergüenza. Esta situación es intolerable, y hay que decir basta ya a tantas excusas destinadas a justificar lo injustificable. Como sociedad, deberíamos ser mucho más activos y mucho menos indiferentes ante tanta inhumanidad. Y deberíamos, con firmeza, penalizar moral y políticamente a quienes así se comportan.
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