El presidente, Georg Bätzing, preside una eucaristía ante la tumba del apóstol Pedro Los obispos alemanes apelan a "la unidad" en su visita al Vaticano, pero recuerdan que la meta del camino de la fe es Jesucristo, no Roma

Monseñor Georg Bätzing
Monseñor Georg Bätzing

Preservar la unidad y, al mismo tiempo, permitir la conversión y la renovación. Esa fue la petición que hizo esta mañana, ante la tumba del apóstol Pedro, en el Vaticano, el presidente de los obispos alemanes, en una eucaristía con la que quería dar oficialmente comienzo a la visita ad limina que desarrollarán a lo largo de esta semana

Con respecto a algunas acusaciones que sostiene que los católicos de Alemania se están "alejando de Roma", Bätzing quiso destacar que Roma ha sido un importante "punto de referencia para la fe católica y para toda la Iglesia" desde el principio de la historia de la Iglesia, pero que "no es el origen y la meta del camino que tomamos en la fe", sino que “el origen y la meta” de ese camino es Jesucristo

Preservar la unidad y, al mismo tiempo, permitir la conversión y la renovación. Esa fue la petición que hizo esta mañana, ante la tumba del apóstol Pedro, en el Vaticano, el presidente de los obispos alemanes, en una eucaristía con la que quería dar oficialmente comienzo a la visita ad limina que desarrollarán a lo largo de esta semana, y donde los trabajos del denominado Camino Sinodal alemán, será sin duda, uno de los platos fuertes.

Fue el propio Georg Bätzing uno de los impulsores de este camino de reflexión tras la amenaza de descarrilamiento de la Iglesia alemana a raíz de los casos de abusos sexuales destapados por algunos demoledores informes a partir de 2018, que revelaron un submundo de encubrimiento que salpicó incluso a destacados pastores.

Participantes en el Camino sinodal
Participantes en el Camino sinodal CS/M. Von Lachner

A modo de un nuevo comienzo, el Camino Sinodal ha querido replantear numerosas cuestiones que, como la ordenación femenina o de personas homosexuales, ha hecho saltar las alarmas no solo entre algunos teólogos y purpurados alemanes, sino también en la propia Santa Sede, lo que motivó incluso una carta del papa Francisco "al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania".

Admitió Bätzing en su homilía que esa tarea de preservar la unidad “no fue una tarea fácil”, como se ha podido observar la cuarta asamblea del Camino Sinodal, celebrada a principios del mes de octubre, donde el voto de veto de algunos obispos frenó la aprobación de cuestiones controvertidas relacionadas con la moral sexual.

Un obispo votando
Un obispo votando

Según recoge el portal Katholisch, Bätzing subrayó ante sus hermanos en el episcopado que el anuncio del mensaje cristiano es siempre "la mediación de la cultura y la fe, un camino de perfil mutuo, de discernimiento crítico y de penetración” y apeló a la “responsabilidad conjunta de obispos y fieles en este proceso”. Así, lo que se necesita, aseveró, es "escucharse bien unos a otros, argumentar minuciosamente y luchar honestamente con los demás".

Con respecto a algunas acusaciones que sostiene que los católicos de Alemania se están "alejando de Roma" con sus ideas reformistas, el obispo de Limburgo quiso destacar que Roma ha sido un importante "punto de referencia para la fe católica y para toda la Iglesia" desde el principio de la historia de la Iglesia, pero que "no es el origen y la meta del camino que tomamos en la fe", sino que “el origen y la meta” de ese camino es Jesucristo.

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