Nuevo Power Point: "LOS NIÑOS", de Khalil Gibran

He subido al azul de las ondas un nuevo PPS con los impresionantes versos del poeta libanés Khalil Gibran, en "Los niños". Una madre, con niño en el regazo, solicita al Maestro un discurso sobre los hijos.



Inicia el Profeta su exposición afirmando:"Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros. Y aunque están con vosotros, no os pertenecen".

Pero es mejor que leamos detenidamente el poema completo. De Dios nos llegan y a Dios se los devolvemos. Somos arcos generosos que, como flechas vivas, proyectan hacia la eternidad los hijos:

LOS NIÑOS

Vuestros hijos no son hijos vuestros: son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma.

Vienen a través vuestro; pero no vienen de vosotros. Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen.

Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos. Porque ellos tienen sus propios pensamientos.

Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas. Porque sus almas habitan en la casa del mañana que vosotros no podéis visitar, ni siquiera en sueños.

Podéis esforzaros por ser como ellos; pero no intentéis hacerlos como vosotros. Porque la vida no marcha hacia atrás ni se detiene en el ayer.

Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivas, son impulsados hacia adelante.

El Arquero ve el blanco en la senda del infinito y os doblega con su poder para que su flecha vaya veloz y lejana.

Dejad alegremente que la mano del Arquero os doblegue. Porque así como Él ama la flecha que vuela, así ama también el arco que es estable.


Yo pensaba que podría encender corazones, alumbrar fantasías, la realización en lenguaje total (texto, imagen, música)... Y, pinchando aquí, podéis acceder a este nuevo PPS que, por cierto, termina con una fotografía muy linda, casi diría que arrebatadamente mítica, de mi sobrino/nieto café-con-leche en brazos de su madre senegalesa, de quienes hablé en otro post.

UN POCO MÁS SE APARTA CADA INSTANTE QUE VIVE...

En su poema "El amor", María Victoria Atencia se asoma a la cuna y, al ver los objetos transicionales de los afectos del niño, sus juguetes, se entristece y lamenta (ver poema completo):

Quien a mí estuvo unido como carne en mi carne,
y un poco más se aparta cada instante que vive...
Pero esa es mi tristeza y mi alegría a un tiempo,
porque se cierra el círculo y él camina al amor...


El pequeño camina al amor. Y va alejándose de la madre, viva flecha disparada a la eternidad... Giuseppe Ungaretti ha escrito un tremendo poema, en el que su madre, que nunca ha renunciado a la maternidad, intercede por el hijo en la suprema hora de la verdad:

LA MADRE

Y cuando el corazón, de un último latido,
haya hecho caer el muro de sombras,
para llevarme, madre, hasta el Señor,
me darás la mano como antaño.

De rodillas, decidida,
serás una estatua delante del Eterno,
como ya te veía
cuando aún vivías.

Alzarás temblorosa los cansados brazos,
igual que hiciste al morir,
y dirás: Dios mío, heme aquí.

Y sólo cuando Él me haya perdonado
tendrás deseos de mirarme.

Recordarás aquel esperado tiempo,
y tendrás en los ojos un rápido suspiro.


Y ella, como María, seguirá siendo, ya para siempre, madre salvada definitivamente salvadora...
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