Preparando la primera edición de los Catholic Music Awards Dios se hace presente en la historia de cada artista

Marcelo Olima, argentina, veterano en el mundo de la música católica y entregado a la evangelización en familia
Jaqui Lin, aunque la televisión la catapultó a la fama en las redes sociales su misión había comenzado años antes y Dios le va marcando el camino
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Calentando motores para asistir a la primera edición de los Catholic Musica Awards que se celebrará en Roma el próximo día 27 de julio.
Representando a España y dentro de una larga lista de nominados y de categorías tenemos a 12 artistas. Y con alguno de ellos hemos hablado:
Marcelo Olima

Cantautor argentino afincado en España cuyos trabajos se centran mucho en la catequesis y la evangelización, particularmente en familia.
¿Cómo llegas a ser nominado en estos premios?
Tras tener conocimiento por internet de la convocatoria de estos premios miramos los requisitos que se exigían como el de contar con un reconocimiento por parte de la Iglesia a través de la carta de un sacerdote que avalase la candidatura, y musicalmente se pedía también una trayectoria y un seguimiento de los videos que presentásemos que tenían que haber salido en el margen de los años 2020 / 2024. Así decidimos presentarnos a cuatro categorías y hemos conseguido la nominación en dos de las categorías, la de mejor canto litúrgico y la otra categoría el de mejor canto para la catequesis, la doctrina y el magisterio. Este segundo tema lo interpretan mis hijos pero yo soy su representante. Es un tema que sale del proyecto Laudato Si Kids.
¿Qué opinión te merece la puesta en marcha de los mismos?
Lo primero decir que es una propuesta que valora el ministerio de la música y el trabajo que hacemos los que nos dedicamos de manera profesional. Porque hay que decirlo, sacar adelante un tema, su grabación, remasterización, el videoclip, todo eso tiene un coste material y personal, y está bien que se reconozca. Son inversiones muy importantes las que hacemos. Es un hecho que en la Iglesia católica no hay una conciencia de consumir música católica, comprarla y ayudarla organizando conciertos. Estos premios ayudan a dar a conocer todo esto. Claro que estos reconocimientos llevan un riesgo de alimentar los egos particulares, pero si sabes llevarlo y tienes claro a Quién sirves, … somos el burro que lleva en sus lomos a Jesús entrando triunfante en Jerusalén el día de Ramos. Ello no obsta para exigirnos hacer el trabajo con calidad y profesionalidad.
¿Vas a acudir a Roma?
No puedo acudir a Roma porque tengo el compromiso de acudir al encuentro de Hogares Nuevos en Granada y tenía comprometida mi asistencia hace mucho tiempo. Pero estaremos unidos en espíritu.

Jaqui Lin

Es una joven que saltó a la fama a raíz de su participación en el programa Factor X, pero su historia tenía ya un recorrido de relación con Dios y de ponerse en sus manos. En esta primera edición de los Premios de la Música Católica que se celebrará en Roma ha sido nominada con dos temas, uno dedicado a María y otro en la categoría de mejor canción Pop.
¿Cómo ha sido el proceso de presentarte a estos premios?
El proceso fue muy sencillo. Me enteré a través de Instagram, al ver una publicación que anunciaba la primera edición de estos premios. Me llamó muchísimo la atención y me ilusionó ver que, por fin, se daba un espacio especial a la música dedicada a Dios. Sentí que tenía que formar parte de ello. Así que me registré sin pensarlo dos veces y presenté tres canciones en distintas categorías.
¿Cómo valoras estos premios respecto a la misión que personas como tú lleváis a cabo?
Es fundamental apoyar todo aquello que va a contracorriente. Hoy más que nunca, necesitamos alzar la voz para tocar corazones, para arañar almas. Y para eso, además de la gracia de Dios, necesitamos el respaldo de quienes forman parte de la Iglesia.
La industria musical solo da espacio a los mensajes del mundo, dejando fuera lo que edifica el alma. Por eso, nuestra misión necesita ser apoyada y sostenida para que pueda seguir dando frutos. Producir una canción hoy en día es muy costoso. En cada lanzamiento invierto gran parte de mis ahorros. Y lo hago porque me nace del corazón, es parte de mi misión.
Sin el apoyo de grandes emisoras o medios, nos toca construir comunidad entre nosotros. Por eso creo firmemente que los Catholic Music Awards van a fortalecer este espacio dentro de la industria y animarán a muchos más artistas a sumarse a esta música con propósito.
¿Cómo has planteado tu viaje a Roma en el marco de este año jubilar?
He dividido el viaje en dos etapas. Los primeros días estaré participando en la gala de los Catholic Music Awards y conectando con otros artistas que vienen de todo el mundo. Vamos a preparar algunas cositas para redes sociales. Además, voy a celebrar allí mi cumpleaños, el 30 de julio, y justo ese día he solicitado una audiencia con el Santo Padre. ¡A ver si tengo suerte y puedo hablar con él!
Del 30 al 4 estaré con mi diócesis de Urgell, compartiendo con unos 30 jóvenes, seminaristas, sacerdotes y con nuestro obispo, Josep Lluís Serrano. Tendré la oportunidad de dar mi testimonio, pero, sobre todo, voy con el corazón abierto para recibir la gracia de este año jubilar. Lo planteo como un “viaje misionero”.

Non solum sed etiam
Veteranos y noveles en este mundo de la música católica todos tienen algunos elementos en común, como entender su música como una misión, como un ministerio, como una tarea que Dios les ha encomendado y para la que les ha dado el don de la música y las herramientas y contactos para hacer el camino.
No están exentos de caer en la vanidad del éxito, lo saben y ellos mismos se lo repiten como un mantra que todo es obra de Dios y ellos son unos meros instrumentos.
Por otro lado la vida de estos artistas no se reduce a los momentos de adoración y alabanza, a los conciertos con aplausos, y a los likes de los followers. Hay muchas horas de soledad, de oración, de silencio, de trabajo en la habitación, en los estudios de grabación, de edición de los videos, hay mucho make in off a solas con Dios. Como todo aquel que desarrolla una actividad y la entiende como servicio a Dios y a los hermanos. Por esa razón y porque los entiendo y me identifico en parte con ellos hago esta difusión de la vida y el trabajo de los músicos católicos con los que me voy cruzando en la vida.

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