El prelado catalán pide sencillez, amistad y valentía en su primera alocución pública Daniel Palau, obispo de Lleida: "La sencillez viene a ser la gran aliada para vivir la fe hoy y convertirse en misioneros creíbles""

Daniel Palau, primer obispo nombrado por León XIV para Cataluña, ha sido ordenado y ha tomado posesión al frente del obispado de Lleida este sábado 19 de julio en la Catedral Nueva de la capital del Segrià
El nuevo obispo de Lleida ha reivindicado la presencia de hombres y mujeres de fe en el territorio diocesano que liderará a partir de ahora, "aunque sea una fe sencilla", haciendo énfasis en que "la sencillez es el camino preferido de Dios
La primera ordenación episcopal en la catedral de Lleida en 57 años ha reunido a unas 1.200 personas y ha sido presidida por Joan Planellas, Joan Josep Omella y Salvador Giménez. Y concelebrada por los obispos de Montserrat y otros diócesis
"Cuenta con nuestro cariño, con nuestra colaboración y nuestras plegarias para continuar por el camino de la corresponsabilidad pastoral, de la implicación de todos los miembros en las tareas propuestas y, en definitiva, de la sinodalidad a la que nos llama nuestra Iglesia con el papa Francisco y el papa León al frente", ha remarcado Salvador Giménez en el saludo inicial
La primera ordenación episcopal en la catedral de Lleida en 57 años ha reunido a unas 1.200 personas y ha sido presidida por Joan Planellas, Joan Josep Omella y Salvador Giménez. Y concelebrada por los obispos de Montserrat y otros diócesis
"Cuenta con nuestro cariño, con nuestra colaboración y nuestras plegarias para continuar por el camino de la corresponsabilidad pastoral, de la implicación de todos los miembros en las tareas propuestas y, en definitiva, de la sinodalidad a la que nos llama nuestra Iglesia con el papa Francisco y el papa León al frente", ha remarcado Salvador Giménez en el saludo inicial
| Jordi Pacheco/Flama
(Flama).- Daniel Palau, primer obispo nombrado por León XIV para Cataluña, ha sido ordenado y ha tomado posesión al frente del obispado de Lleida este sábado 19 de julio en la Catedral Nueva de la capital del Segrià.
"Nuestra Iglesia de Lleida, con fortalezas y debilidades, muy cercana al mundo rural, contiene realidades que reclaman la presencia de hombres y mujeres de fe", ha advertido en su primera alocución a los fieles, pronunciada pocos minutos después de recibir la ordenación y de oficiar su primera misa como obispo.
En un día que ha comenzado fresco en la ciudad después de los chubascos de la madrugada, pero que se ha calentado progresivamente hasta llegar a los 30 grados al mediodía, la celebración ha comenzado a las once de la mañana con la llegada al templo del “nuevo guía para la vida espiritual y diocesana de Lleida”, en quien la Santa Sede ha observado “abundancia de las imprescindibles virtudes humanas y sacerdotales”, como se ha destacado en la bula papal de designación del obispo.
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La primera ordenación episcopal en la catedral de Lleida en 57 años ha reunido a unas 1.200 personas y ha sido presidida por Joan Planellas, arzobispo de Tarragona, Joan Josep Omella, cardenal y arzobispo de Barcelona, y Salvador Giménez, hasta ahora obispo de Lleida, y concelebrada por los obispos de Montserrat y otros diócesis. También ha participado Giuseppe Commisso, consejero de la nunciatura apostólica y autoridades del mundo civil como Josep Rull , presidente del Parlament de Catalunya, Fèlix Larrosa, padre en jefe de Lleida, Ramon Espadaler, consejero de Justicia y Calidad Democrática y Ramon Bassas, director general de Asuntos Religiosos.

"Cuenta con nuestro cariño, con nuestra colaboración y nuestras plegarias para continuar por el camino de la corresponsabilidad pastoral, de la implicación de todos los miembros en las tareas propuestas y, en definitiva, de la sinodalidad a la que nos llama nuestra Iglesia con el papa Francisco y el papa León al frente", ha remarcado Salvador Giménez en el saludo inicial, repasando los más de quince siglos de historia de esta comunidad diocesana formada actualmente por un centenar de parroquias, decenas de movimientos apostólicos, cofradías y comunidades de vida religiosa.
Tras los saludos y las lecturas, ha llegado el momento de la ordenación, con el canto del Veni Creator, la presentación del elegido, la lectura del mandato apostólico y la homilía, en la que Joan Planellas ha destacado también "la larga historia de fe cristiana de Lleida, de comunidades resistentes, de exilios forzados", y de voluntad. "Como ocurre en todas las iglesias de la Tarraconense, Lleida ha sido primero cristiana antes que catalana", ha apuntado el prelado catalán en una predicación en la que ha destacado las "grandes cualidades humanas, académicas, pastorales y eclesiales" de su "buen amigo personal" Daniel Palau.
El arzobispo de Tarragona ha recordado que un obispo "pasa horas de todo tipo durante el ejercicio de su ministerio", durante el cual "disfruta contemplando cómo la semilla da fruto", pero también sufre en las dificultades, como en cualquier empresa humana". "En las horas bajas, sin embargo, el Espíritu irrumpe en el corazón, no dando la solución a los problemas y no dando la solución a los problemas fortaleza”, ha advertido en otro momento de la homilía, en la que ha remarcado que en ese “tiempo de gracia” que es el año jubilar en curso, “la Iglesia está en camino de sinodalidad, de reencuentro de las fuentes de conversión que se han mantenido siempre presentes”.

Al final de la celebración, que ha alcanzado el punto culminante con la imposición de las manos de los obispos concelebrantes, la oración de ordenación y la entrega del libro de los evangelios, el anillo, el báculo y la mitra, el nuevo obispo ha dirigido sus primeras palabras a los fieles para recordar que esta ordenación ha sido “gesto profundo de confianza de Dios hacia su pueblo”. "No vivimos abandonados, el buen Dios camina con nosotros", ha sentenciado el prelado, bajo la atenta mirada de los fieles entre los que se encontraban, sentados en primera fila, numerosos familiares suyos venidos desde varios puntos de Catalunya y desde Estados Unidos.
El hasta ahora decano de la Facultad de Teología de Cataluña y párroco de las parroquias de San Antonio Abad y Santa María de Corbera de Llobregat ha rememorado sus orígenes familiares, las “escapadas en bicicleta desde Vimbodí a Poblet”, los encuentros de jóvenes en Montserrat y Taizé, el paso por el mundo universitario, donde descubrió la historia del arte, la música, la filosofía y la teología, hasta llegar a la entrada, “llena de ilusión”, en el seminario Conciliar de Barcelona, que dio paso a una estancia como seminarista en las parroquias de Sant Just Desvern.
Ordenado sacerdote el 23 de noviembre de 2003 por el cardenal arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, Palau también ha recordado a todos aquellos con los que ha hecho camino posteriormente, desde sus años de servicio en la parroquia de San Antonio Abad de Vilanova i la Geltrú hasta la estancia en Roma, donde se doctoró en teología sistémica. Después de un lustro de la experiencia en la Ciudad Eterna, Palau regresó a Cataluña para ser párroco de la parroquia de la Palma de Cervelló y, finalmente, de las Corbera de Llobregat, tareas que combinó con el paso por la Facultad de Teología como alumno, profesor y decano.

El nuevo obispo de Lleida ha reivindicado la presencia de hombres y mujeres de fe en el territorio diocesano que liderará a partir de ahora, "aunque sea una fe sencilla", haciendo énfasis en que "la sencillez es el camino preferido de Dios". "La vida nos estira hacia muchos lugares, pero sólo desde la sencillez podremos devolver a Dios y ofrecer a la humanidad un humilde testimonio de coherencia y esperanza", ha apuntado Palau, asegurando que "la simplicidad de vida no nos hará perder el norte, ni el sentido del humor, tan necesario, empezando por nosotros mismos".
La misma sencillez ha pedido al prelado "por ser Iglesia, pero también por ser cultura, aquella cultura que construye espacios de acogida y propone un estilo de vida fundamentado en el servicio y el amor". Para Palau, esta calidad “aclara el camino” y ayuda a “deshacerse de argumentaciones retorcidas y pomposas para convertirse en testigos valientes de la fe, una fe vivida con normalidad, serenidad y paz”. "La simplicidad -ha remachado- viene a ser la gran aliada para vivir la fe hoy y convertirse en misioneros creíbles, sin descuidar que somos también discípulos".
En un discurso en el que ha alternado catalán, castellano, italiano, inglés e, incluso, guaraní, Palau también ha resaltado otras cualidades como la valentía, “para vivir y proponer la fe hoy en nuestra cultura y dialogando con todos”, y la amistad “para descubrir el don de la comunión” y construir así los lazos de esta “familia”, a cuyo frente fue nombrado el pasado 21 de mayo y a la que se ha incorporado hoy para hacer camino “con cierto temblor, pero también con mucha esperanza”.