Obispos contra la sentencia del TC Genios y figuras
(Ramón Baltar).- El episcopado español lleva tiempo librando batallas políticas en las que despilfarra el crédito que necesita para obras de mayor estima y momento, pero no aprenden. Poco tardaron algunos de su ala más escorada a estribor en ir contra la sentencia del TC que avala la ley sancionadora de los matrimonios entre homosexuales.
El primero el obispo de San Sebastián, para quien el TC no ha juzgado de acuerdo con letra de la Constitución por seguir el criterio tiránico de la corrección política. Pero si la mitra del prejuicio no le tapara los ojos de leer, vería que su artículo 32 busca solo que en el contrato matrimonial la mujer se equipare en derechos a su hombre, y ninguna hermenéutica puede sacar del texto una base legal para prohibir otro tipo de uniones. Además, el espíritu de la ley es eliminar la discriminación por razón de sexo.
No se paró en barras el de Alcalá de Henares, siempre inquieto y ventanero, el cual calificó la aprobación legal de tales uniones como catalizadora de la destrucción del matrimonio y de la familia.
Mientras no se digne aclarar en qué datos objetivos se funda para sostenerlo, su denuncia catastrofista suena a eslogan publicitario destinado a mantener la lucha contra los molinos de viento. Todavía no ha caído en que tamaña simpleza no se aviene con la racionalidad de la fe.
Luego soltó la sinhueso el Martínez Camino, que se limitó a señalar que todos los niños tienen derecho a tener padre y madre, sentencia catoniana con la que hará caja por derechos de autor (Urheberrecht, que diría don Antonio María) .
Se nota que, aunque célibe y de letras, está enterado de que todos nacemos de la unión de un óvulo y un espermatozoide, medie o no machihembrado carnal.
Y para colegiar el ridículo, la CE alumbró una nota donde más largamente se contienen todas las sinrazones con las que se afanan en demostrar que nuestras leyes civiles son inmorales sin su visado. Eso sí, reconociendo con humildad que no les incumbe juzgar el trabajo de los tribunales.