Fue la creadora de la Obra Misional Pontificia de San Pedro Apóstol para el Clero Nativo Juana Bigard, 'madre' de 1.000 obispos y 23.000 curas

Juana Bigard
Juana Bigard

Todo comienza con una carta desde Japón en el año 1889

Juana Bigard, una muchacha francesa de 23 años, es la fundadora de la Obra Misional Pontificia de San Pedro Apóstol para el Clero Nativo

Hacen falta sacerdotes nativos para atender las necesidades eclesiales, conocedores de su tierra, de sus gentes, de sus costumbres, de sus lenguas. Hace falta el mundo seglar al estilo de Juana

Todo comienza con una carta que llega desde Nagasaki, Japón firmada por Mons. Cousin. Fue Juana Bigard, una muchacha francesa que junto con su madre Estefanía, puso en marcha una revolucionaria iniciativa que cambiaría y haría más misionero el rostro de la Iglesia.

Consigue el libro regalo 'Yo estoy con Francisco'

Esta joven muchacha, seglar, francesa, con su iniciativa da solución al grave y urgente problema de ayudar a las vocaciones nativas para el sacerdocio y episcopado en los territorios de misión. Su invitación sigue viva y necesaria para el pueblo de Dios al invitarnos a colaborar espiritual y materialmente en la formación  de los seminaristas.

Toda Iglesia local, si quiere estar en comunión con la Iglesia universal, debe ser misionera. Es decir, aprender a dar y recibir en todos los sentidos, también en el envío de personal  a otras iglesias, en concreto, desde Oaxaca, con la diócesis hermana de Cienfuegos en Cuba, donde trabaja el P. Juan Loera y  cuyo Obispo Mons. Emilio Aranguren nos honró con su visita la semana pasada. Las cartas, el apoyo, la colecta de la diócesis de Oaxaca en el mes de enero, va en este sentido.

En estos más de dos mil años de evangelización, el corazón de la Iglesia ha sido el anunciar a Cristo. Y será su razón de ser en el futuro. Evangelización, misión, misiones, cristianismo, la vida misma de la Iglesia, son realidades entrelazadas. No contrarias sino complementarias.

¿Cómo ha sido el rostro de la Iglesia?

La cosa comenzó en Galilea, con el Maestro de Nazaret. Después de su muerte y resurrección, la pequeña comunidad de seguidores rompió fronteras con gran dolor de corazón y fuertes tensiones. Fueron llegando nuevos hijos, hijas, no judíos, con los mismos derechos y obligaciones. Culturas y pueblos se enriquecieron con la Biblia y el paso del cristianismo. Y el cristianismo se enriqueció también. Es el proceso de inculturación. La religiosidad popular es parte del evangelio inculturado.

El evangelio de Jesús, el único y gran misionero de todos los tiempos, fue la Gran Noticia anunciada a los no cristianos, ya que parte de su propio pueblo, lo rechazó.

Piedad popular como modelo de inculturación
Piedad popular como modelo de inculturación RD

En este caminar histórico, que es la vida del hombre, donde Dios está presente, y se  llama historia de la salvación, hubo atropellos, errores, y pecados. Se dio grandeza y belleza, vidas entregadas, testimonios elocuentes, y martirio, es decir sangre derramada.  Y gracia, mucha gracia, es decir, presencia de Dios.

Y Dios sigue presente en nuestros pueblos, en nuestra historia. Reciente está el recuerdo   de la beatificación de Jacinto de los Ángeles y Juan Bautista para regocijo de la comunidad católica e indígena de Oaxaca. “Profesamos el bautismo y seguimos en la verdadera religión”, contestaron los dos fiscales.

No sólo fachada, sino honda raíz

Necesitamos que este Buen Anuncio llegue a los no cristianos, a los descristianizados, anime a los creyentes, y penetre y cambie el mundo de la cultura, de la técnica, del ocio, de la política, de los derechos humanos. Tenga no solo la fachada de barniz, sino honda raíz con sentido social, para que sea un cristianismo auténtico. “México necesita de los indígenas y los indígenas necesitan de México”, en frase del papa Juan Pablo II.

Juana quiere ser madre de un sacerdote y la dote que ha recibido con vistas a su matrimonio, así como su herencia, su casa de acuerdo con su madre, las joyas y sus vestidos pasaron a otras manos. Esto es compartir. Fundan becas que ayudan a seminaristas de Japón, Corea, India...

Juana Bigard
Juana Bigard

Sus jaquecas, sus dolores de cabeza, sus ataques de nervios, sus insomnios... será el precio  del parto. Está decidida a ser MADRE de sacerdotes. Y esta “maternidad” se ve honrada con más de mil obispos, y más de 25 mil sacerdotes del Tercer Mundo.

En las últimas décadas esta Obra ha ampliado horizontes al preocuparse por las vocaciones a la vida religiosa y a su formación. También el apoyo al florecimiento de los nuevos ministerios en las Iglesias jóvenes. Hacen falta sacerdotes nativos para atender las necesidades eclesiales, conocedores de su tierra, de sus gentes, de sus costumbres, de sus lenguas. Hace falta el mundo seglar al estilo de Juana, de los mártires de Cajonos, desde su profesión, desde su matrimonio, desde su servicio como fiscales al pueblo y a la iglesia, dinamicen nuestro entorno y nuestra Iglesia.

Con estos hermosos ejemplos queremos animar y felicitar a todos los que se esfuerzan por la causa misionera.

* Artículo publicado originalmente el 18 de agosto de 2022

Volver arriba