Palestina, Lampedusa, Lamentaciones... El Papa de los Muros

(Jesús Bastante).- Están por todas partes. Separan hermanos de hermanos, padres de hijos. En ellos se empotran los sueños y se inscriben las reivindicaciones que tocan la fibra vital. Muchos mueren por intentar traspasarlos, otros pintan puertas imaginarias en sus corazones de hormigón. Son los muros de la vergüenza. Los de Arizona, Melilla o Belén, visiblemente presentes en la realidad del día a día. Los de las costas del Estrecho o Lampedusa, que sólo se hacen presentes cuando retumban la humillación, el terror y la muerte.

Francisco parece decidido a ser el Papa de los muros. Ya lo fue cuando puso la palabra "Vergüenza" frente a las costas de Lampedusa. En una Europa que continúa mirándose el ombligo y votando a partidos de extrema derecha xenófoba, sus palabras supusieron -lo siguen haciendo- un aldabonazo a las conciencias.

Y también lo ha hecho este fin de semana durante su viaje a Tierra Santa. En dos muros significativos: el de las Lamentaciones, adonde llegó para cumplir un sueño de unidad y fraternidad junto a sus amigos el rabino Skorka y el líder musulmán Abboud. Juntos se abrazaron: "¡Lo conseguimos!". ¡Cuánta gente abrazada al superar los muros de la intolerancia y la incomprensión, al alcanzar la supuesta "tierra prometida" del progreso y del desarrollo!; y en el de Belén, el Muro de la Vergüenza, que conforma una auténtica cárcel al aire libre para los palestinos.

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