(Sor Lucía Caram).-Decir que Dios es misericordioso, que perdona siempre, que ha venido a buscar lo que estaba perdido, es tan real, como es la palabra de Dios. Pero es Él quien perdona, acoge y regenera. Benedicto XVI -y esto no está en contra de lo que digo arriba, sino en absoluta sintonía- en el tema de abusos de menores, está siendo muy riguroso y está, parece ser, dispuesto a hacer una limpieza a fondo en la Iglesia. Y esto es sin duda signo de la justicia, la misericordia y la compasión de Dios: hacia las víctimas, y también hacia los enfermos, degenerados y pervertidos, que siendo sacerdotes y/o religiosos, han traicionado sus compromisos, han traicionado la confianza de las personas, y han profanado el nombre de Dios y la dignidad de las personas, que son el templo del Espíritu, el espacio donde Dios habita.
En los últimos meses se ha oído de todo: Holanda, Alemania, Legionarios. En la última semana, la mierda ha aparecido, se ha destapado o ha comenzado a apestar en nuestra Iglesia de España. Los casos de corrupción y abuso, han salido del armario, ¡mejor, se encontraron en él!
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